lunes, 1 de julio de 2013

Algunas reflexiones acerca de Kick-Ass: Un cambio de paradigma

En estos últimos 5 años, hemos asistido a una explosión en cuanto a filmes de superhéroes. Marvel y DC Comics se disputaron las audiencias a nivel mundial con un claro triunfo  y aplastante triunfo de los primeros. Por el lado de Marvel nos encontramos con Iron Man (3 enormes películas), Thor (una buena primera parte y una segunda a punto de estrenarse), The Incredible Hulk (fallida pero aun así noble), y el tanque cinematográfico por excelencia: The Avengers la reunión de los personajes más importantes de su universo. DC nos ofreció Green Lantern (desastrosa por donde se la mire), Batman (una excelente trilogía dirigida por el siempre fastuoso Christopher Nolan que reposicionó a la firma tras quedar al borde del knock-out en 2008) y Man Of Steel (la nueva versión de Superman a cargo de Snyder y Nolan a tono con la oscurísima saga de Batman). Podemos agregar a esta lista al psicótico Ghost Rider que nos entrega el cada vez más al límite Nicholas Cage. Y ni que hablar de la excelente y sangrienta Punisher: War Zone que finalmente fue lo que los fanáticos de este gran personaje esperábamos y merecíamos. Pero estos dos personajes no son superhéroes sino que forman parte de las series más oscuras de Marvel Knights. En fin, tal vez creímos que habíamos visto todo pero en el año 2010 llegó a los cines una película que a mi parecer es infinitamente superior a todas las que acabo de enumerar. A propósito del inminente estreno de su secuela este año, vamos a hablar de Kick-Ass y el cambio de paradigma que significó en las películas de superhéroes.


Kick-Ass es un comic escrito por Mark Millar e ilustrado por John Romita Jr. que Marvel publica bajo el sello Icon Imprint. Se nos cuenta la historia de Dave Lisewzki, un geek neoyorquino que pasa desapercibido en la escuela y que es un gran fanático de los comics. Hasta aquí, nada peculiar. Pero cuando sufre un robo en un callejón mientras regresa a su casa, decide convertirse en un superhéroe para poder ayudar a la ciudad. Sus intenciones son nobles, pero no posee ningún tipo de superpoder ni de tecnología que pueda ayudarlo a llevar esta tarea adelante. Más allá de sus evidentes limitaciones, compra en Ebay un traje de neoprene verde y comienza a entrenarse físicamente para llevar adelante su tarea. Su recorrido comienza cuando protege a una persona que está siendo brutalmente golpeada por otras tres y recibe a cambio una gran cantidad de golpes y puñaladas. Un grupo de jóvenes que está comiendo en un lugar cercano a los hechos, comienza a grabarlo mientras lucha a puño limpio contra los tres criminales. Cuando estos se retiran, le dice a uno de los tantos curiosos que él es Kick-Ass y que está aquí para ayudar a Nueva York. Cae maltrecho, pero logra esconder el traje desnudándose y le dice a su padre que él fue la persona asaltada. Tras varias operaciones, donde le colocan demasiadas placas metálicas en su cuerpo, sale del hospital y arma una página de MySpace para que la gente pueda contactarse con él. La entrada en el juego de otros tres superhéroes (Hit-Girl, Big Daddy y Red Mint, cada uno con distintos planes y motivaciones), que inspirados por él deciden ayudarlo a combatir el crimen, completa el cuadro. La historia del amor imposible entre la chica popular y el eterno perdedor se desarrolla de una manera muy peculiar y posee un giro final muy divertido y bastante original para lo que es el género de superhéroes. Quedan en evidencia las logradas y divertidas conexiones con Spider-Man, Batman y hasta con Wolverine. Si bien esta historia a muchos les puede parecer infantil y aburrida, rozando la parodia más burda, les puedo afirmar que es todo lo contrario. El nivel de violencia y de oscuridad que hay en esta pieza literaria es espeluznante. Y no, no fue una confusión que haya llamado "pieza literaria" a una historieta. Así como digo que la película es superior a todas las demás del género, me encuentro en condiciones de afirmar que como comic Kick-Ass se encuentra al mismo nivel que los mejores exponentes de su especie.


Creo que el filme es la mejor adaptación cinematográfica de un comic que se ha hecho hasta aquí. Supera con creces a Sin City que también había logrado que nos sintiéramos literalmente dentro del libro. La estructura es la misma: el protagonista narra los sucesos y nos lleva a través de su historia - hay una hilarante mención a esta similitud entre ambos filmes- desde el principio. La película es un gran flashback, que logra mantenernos en vilo en cuanto a la suerte final de nuestro superhéroe y sus compañeros de lucha. La estética del comic es respetada a la perfección sin caer en la necesidad de crear un universo cuasi-surreal como en Sin City, algo que sin dudas también se debe al hecho de que esta historia transcurre en Nueva York y no en una ciudad ficticia. El filme está dirigido por Matthew Vaughn y protagonizado brillantemente por Aaron Taylor-Johnson (Daniel Lisewzki o Kick-Ass), Mark Strong (el capo mafia de la ciudad, Frank D’Amico), Christopher Mintz-Passe (Chris D’Amico o Red Mint, hijo de Frank D’Amico y antagonista de Kick-Ass), Chloe Grace-Moretz (Mindy Macready o Hit-Girl, una niña de once años especializada en artes marciales y el manejo de armas) y Nicholas Cage (Damon Macready o Big Daddy, un ex policía y el padre de la pequeña Mindy que junto a ella busca venganza contra D’Amico por haberle arruinado la vida enviándolo a la cárcel con falsas acusaciones provocando el intento de suicidio de su esposa que estaba embarazada de su hija y muere tras dar a luz). Kick-Ass es una lección de cómo se debe pasar del texto a la pantalla sin ninguna fisura. Claro que esto no significa que no haya nada para editar, ya que varias escenas fueron retocadas y rearmadas. Pero los personajes son los mismos tanto en su esencia como en su apariencia y la violencia no es dejada en un segundo plano, algo que sin dudas es un gran riesgo a la hora de filmar cualquier película cuyo eje sea la parodia (si no, vean todas las películas del tipo Its not another love, horror, etc. movie). El humor está allí, pero a la par de los demás componentes. Progresivamente el filme va tomando un tono oscuro que tiene su clímax en la escena donde los sicarios de Frank D’Amico torturan violentamente y por televisión nacional a Kick-Ass y a Big Daddy, terminando con la dolorosa muerte de este último - sin olvidar la sangrienta masacre que realiza la pequeña Hit-Girl armada con pistolas y cuchillos intentando salvar a su padre-. Como ya dijimos, la película no le escapa a la sangre y la violencia- que por suerte para los fanáticos son muy explícitas- presentes en el comic algo que justifica su “Calificación-R”. El lema de la historia "Shut up. Kick ass" no puede ser más claro.


Cada vez que surge una adaptación, se discute acerca de la fidelidad o no de esta con respecto del libro original. En este caso, no hay posibilidad de que ningún purista y/o fanático de la historieta se vea decepcionado por el resultado final. La venganza, el honor y la problemática adolescente están perfectamente retratadas y situadas en una Nueva York brillante pero lúgubre a la vez, que nos muestra su cara más esplendida y sus profundidades al mismo tiempo. El director cumple con su objetivo de llevar a la pantalla uno de los comics más originales de los últimos tiempos, con un excelente guión adaptado y unos actores envidiables por su talento. Nos entrega una historia que esta disfrazada de parodia, pero que en realidad es la de un superhéroe mucho más real, más humano y vulnerable que todos los demás - lo cual no deja de hacerlo importante-. También nos enseña que la oscuridad siempre está presente en nosotros y que debemos aprender a lidiar con ella si no queremos con nos consuma. Que nunca el héroe y su alter-ego son personas distintas, sino la misma y que todo lo que afecte a uno va a afectar al otro. No es casualidad que el personaje más violento y sádico sea la pequeña Hit-Girl, una genuina mezcla entre inocencia y violencia causada por un pasado desgarrador.

La película y el comic nos dejan la sensación de que todos nosotros podemos ser Kick-Ass, pero que ser un superhéroe no es una tarea simple ni mucho menos. Pero vemos que la posibilidad, con todos sus peligros y consecuencias, no está ni remotamente lejos. Es tal cual como dice el protagonista al final del filme: “Dicen que sin poderes no hay grandes responsabilidades. Excepto, que eso no es verdad”.  


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