domingo, 12 de enero de 2014

Insidious: Chapter 2

Ya me explayé largo y tendido acerca del cine James Wan en mi crítica de su otro filme estrenado el año pasado, la maravillosa The Conjuring que logró darle oxígeno y revitalizar un género que ya parecía al borde de la extinción. James Wan es en mi opinión el mejor director de cine de terror de nuestros días y tras haber visto Insidious: Chapter 2 agregó que está de racha. No solo logró mejorar la buena primera parte, con la que logró llamar nuevamente la atención de Hollywood tras haber dirigido y creado Saw, que terminó aburriendo con sus secuelas insulsas, sino que terminó de marcar los parámetros para todos los filmes de casas embrujadas y posesiones diabólicas - elementos difíciles de ser mezclados de manera efectiva- que sean filmados desde aquí en más.

Insidious: Chapter 2 retoma en el lugar donde quedó el filme previo. Wan, muy inteligentemente, decide contar toda la historia de Josh Lambert (Patrick Wilson) pues esta había quedado en el tintero. Nos traslada varios años atrás para mostrarnos como una mucho más joven Elise Rainier (Lin Shaye) conoció al joven. Tras esta muy buena introducción, nos encontramos con que los Lambert se han mudado de casa para escapar de aquello que los acechaba y que ellos creen extinto tras la misteriosa muerte de Elise. Y se equivocan, pues esa entidad maléfica que siguió a Josh cuando regresó de ese mundo paralelo donde estaba perdido su hijo Dalton (Ty Simpkins) regresó con él y acecha a la familia. Los dos ayudantes de la difunta médium se hacen de las viejas cintas que ella guardaba en su casa y ven por primera vez el video del procedimiento ritual al que el pequeño Josh fue sometido para poder liberarse de eso que lo perseguía. Encuentran un detalle que había sido pasado por alto y entonces deciden ir al encuentro de los Lambert para terminar de armar el rompecabezas. Mientras tanto, Josh lucha contra esta presencia para evitar que destruya a su mujer y sus hijos. Cada segundo que pasa es clave, pues el tiempo se agota muy rápidamente.


El guión es mucho más intrincado que el de Insidious. Se atan todos los cabos sueltos y las conexiones temporales y entre el mundo de los muertos y el de los vivos están magistralmente manejadas. El espectador nunca pierde el hilo central de la trama ni se confunde ante tantas idas y venidas, lo cual es digno de elogio. La historia del espectro que no deja en paz a Josh es muy interesante y es el elemento con el que el director malasio escapa - y con mucho éxito- del ámbito familiar que si bien no llega a agobiar, queda al borde de tornarse repetitivo. Por suerte esa bala es esquivada de manera satisfactoria.


Las actuaciones son muy buenas, en especial las de Patrick Wilson - actor fetiche del director- y la de Rose Byrne como la esposa cansada y desesperada que intenta por todos los medios salvar la vida de sus dos pequeños y de su atormentado marido. El combo que caracteriza a James Wan está presente desde el comienzo del filme: el sonido altísimo al borde de la saturación y el gran manejo de los silencios llevan adelante la película. 


Insidious: Chapter 2 es un mucho mejor filme que el que los críticos de todo el mundo denostaron. Como ya dije, todos los elementos del cine de James Wan están allí y la historia mejora - y completa, algo muy importante en una secuela- la del filme original. De a ratos es un poco denso, pero el director siempre tiene una de esas escenas que hielan la sangre para volver a introducirnos en la historia. La comparación con The Conjuring no tiene sentido, pues son dos filmes completamente distintos y que cumplen con sus objetivos individuales. Claro que tienen la misma esencia, pues son dos genuinos productos de James Wan pero nunca se debe hacer una crítica basándose enteramente en otra película y mucho menos si no es parte de la misma saga. Quienes quieran tener otra clase maestra de sustos y de suspenso alla Wan, corran a mirar este filme.


Puntaje: 7.5/10


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario