jueves, 9 de enero de 2014

Captain Phillips

Soy un gran admirador del trabajo de Paul Greengrass. Creo que sus películas logran dar de lleno en el factor humano de los conflictos o tragedias que describen y que además nos mantienen tensos hasta el final más allá de que en varias de ellas - como Bloody Sunday, Flight 93 y Green Zone- sepamos como termina la historia. Me gustó que haya decidido filmar la historia del Capitán Richard Phillips y su tripulación quienes durante un viaje que pasaba por la costa de África fueron abordados por un grupo de piratas somalíes que sin más que su ropa - la poca que tenían, sin incluir el calzado- y unos rifles kalashnikov lograron crear un conflicto internacional que tuvo a los Estados Unidos en vilo durante varios días. Captain Phillips me gustó mucho más allá de lo absurda y bizarra que llegó a ser la situación real. Es una de las mejores películas del año pasado sin lugar a dudas y una firme candidata al Oscar en varios rubros.

El guión es una recreación más o menos exacta de lo que sucedió durante esos ajetreados días en altamar. El Capitán Richard Phillips (Tom Hanks) es un veterano de mil batallas que se encuentra al comando del Maersk Alabama cuando es secuestrado junto a su tripulación por un pequeño grupo de piratas provenientes de Somalía y liderados por su temerario y feroz líder Muse (Barkhad Abdi). Luego de que Phillips intenta sin éxito convencerlos de que tomen todo el dinero que hay en la nave y se retiren hacia su país, la situación comienza a escalar velozmente hasta llegar a involucrar a la Marina Norteamericana.


Lo interesante de Captain Philillips es el juego de ajedrez que se plantea entre los dos capitanes. Como los dos quieren siempre engañar al otro, como llegan a diversos acuerdos y como de una manera bastante extraña llegan a respetarse mutuamente más allá de tener objetivos totalmente opuestos. El otro factor en juego es el choque entre dos culturas y realidades sociales inversas. Hay una frase que describe perfectamente esta incómoda situación que aqueja al mundo hace varios siglos. Cuando Phillips le dice a Muse que en lugar de ser pirata él podría ser pescador o alguna otra profesión digna, pues lo considera un buen hombre, este le responde con la verdad: "tal vez en América sí, pero no en Somalía". La ilusión que estos piratas de medio pelo tienen es llegar a los Estados Unidos con el barco en sus manos y pedir un millonario rescate que les cambie la vida para siempre. El retrato de la opresión mundial - no solo EEUU es el malo de la película- sobre África es muy duro y honesto. Desde el comienzo uno entiende la situación de los somalíes y logra identificarse con ellos en muchos tramos de la película. Pero también hay en el filme un americanismo insoportable que se ve reflejado en las estúpidas secuencias en las que la Marina con sus Portaaviones y sus armas de largo alcance persigue a una simple barcaza con un grupo de personas armado con unos fusiles viejos y sin siquiera un par de zapatillas.


La actuación de Tom Hanks es - cuando no- digna de un Oscar, como casi todo lo que ha hecho hasta el día de hoy. Con una mirada es capaz de decir todo y su interpretación es sentida y profunda. Phillips era un buen hombre que estaba cumpliendo con su trabajo y se encontró con una situación imprevista logrando resolverla de la mejor manera posible. Lo que empieza como una negociación se convierte en una carrera por la supervivencia, donde el miedo es lo que reina. Lo del gran Barkhad Abdi es un caso especial: este somalí no es actor y llegó de casualidad al papel tras presentarse en un casting realizado por Greengrass en el país africano - el mismo proceso de selección vale para sus tres compañeros-. Esto fue un gran acierto pues dio con lo que necesitaba física y emocionalmente. La mirada de Abdi es la de un hombre sin nada que perder y transmite una frialdad muy pocas veces vista en el cine. Su trabajo es digno de aplauso y es mi opinión que debe tener una oportunidad en Hollywood.


La dirección tiene el sello de Paul Greengrass. Es frenética y te mantiene al borde del ataque de nervios durante sus 134 minutos de duración. Las tomas son excelentes, en especial las de las persecuciones en altamar. Dejando de lado el norteamericanismo presente en algunos momentos, Captain Phillips es un intenso thriller y una interesante reflexión acerca de las desigualdades que son moneda corriente en el mundo desde hace varios siglos.


Puntaje: 9.5/10 

 

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