miércoles, 22 de enero de 2014

12 Years A Slave

Este filme dirigido por el genial Steve McQueen (Shame, Hunger) es el gran ganador de lo que va de la temporada de premios y es un firme candidato a quedarse con el Oscar a Mejor Película en un mes y monedas. Yo espero que esto no suceda, pues es una de las películas más chatas del año pasado. Tuvo un gran operativo publicitario que ha embelesado a toda la crítica, que la considera una obra maestra, aunque la realidad es otra. Hay una expresión que me encanta: "vendehumo". Los argentinos usamos mucho para describir a las personas que se inflan demasiado a sí mismos para luego demostrar que detrás de todo ese discurso no hay nada fuera de lo común o - mucho peor- algo realmente mediocre. 12 Years A Slave ha sido vendida como EL filme definitivo acerca de la esclavitud, al punto de ser glorificada por todos los progres de nuestras pampas. Se nos dijo que por primera vez se hablaba en Hollywood en serio y de una manera profunda acerca de un tema tan molesto para los norteamericanos aún al día de hoy. Si le agregamos a esto la envergadura del profesional que se colocó detrás de las cámaras, era muy difícil creer que el producto final podía ser malo. Si bien no es un pésimo filme, tampoco es la maravilla de la que tanto nos hablaron. Apenas si supera - y solo de ratos, más que nada por algunas actuaciones- la media general de las películas acerca de este tema y nunca logra convencer del todo. Se puede decir, y retomando el concepto que acabo de enunciar, que emana una masiva cantidad de humo.


El guión está basado en la historia real de Solomon Northup, un hombre libre que vivía en Nueva York con su familia cuando fue secuestrado por dos oportunistas y vendido como esclavo con una identidad falsa. La historia nos sitúa en los años previos a la Guerra de Secesión y es un preciso retrato de lo que era el Sur de los Estados Unidos. Solomon (Chiwetel Ejiofor) primero pasará por la plantación de un hombre noble y lleno de buenas intenciones llamado Ford (Benedict Cumberbatch) en la que recibirá todo su apoyo e incentivo. Tras un incidente con uno de sus cuidadores, es vendido a Edwin Epps (Michael Fassbender) un cruel, sádico e hipócrita millonario que disfruta con el sufrimiento de sus esclavos. Si bien su padecimiento es total es en este lugar donde conocerá a una persona que va a ser clave para su futuro, un canadiense llamado Bass (Brad Pitt) que es un activo militante anti-esclavitud y con el que traba una buena relación. En este arduo y épico recorrido, cruzara caminos con una esclava llamada Patsey (Lupita Nyong'o) que también marcará su vida para siempre.


La historia busca ser épica y en líneas generales lo consigue. El material original es muy interesante y en buenas manos es muy difícil que derive en un filme de mala calidad. Más allá de estar bien desarrollado, el enfoque que elige McQueen no es para nada novedoso. Como ya expliqué, se muestra como vivían los esclavos en los Estados del Sur en los años anteriores a la guerra. El elemento central es el secuestro de hombres de color libres y su posterior venta a traficantes de esclavos. No es una arista que el cine haya abordado en profundidad, es verdad, pero no nos cuenta nada que no sepamos. Sin lugar a dudas que al ser una historia real - y encima acerca de un tema tan sensible- logra conseguir el interés del espectador de manera inmediata. Es imposible no conmoverse y enojarse ante la inhumanidad a la que fue sometido Solomon Northup por doce años consecutivos. Esto el director oriundo del Reino Unido lo sabe y por ello mismo hay que remarcar que fue muy inteligente al elegir la manera en la que cuenta la historia. La combinación entre sendos flashbacks y flashforwards le agregan un poco de dinamismo a un guión estático que en varios momentos se torna tedioso y demasiado moralista.


Las actuaciones de Chiwetel Ejiofor y Lupita Nyong'o son buenas pero no se acercan ni un poco a todo lo que se dice de ellas. No son maravillosas y de a ratos parecen bastante forzadas. Chiwetel se desenvuelve bastante bien pero no logra imprimirle a su personaje toda la emoción necesaria, aunque si su fuerza de voluntad (esa cara de sufrido que tan bien le sale). Redondea un buen trabajo pero este no termina siendo del todo creíble. El caso de Lupita a mi me desconcertó pues no entiendo que es lo que hay para alabar de su performance. Cumple con su rol de manera efectiva, pero no deslumbra en ningún momento. Lo mejor de la película viene de la mano de las tres estrellas (Pitt, Fassbender y Cumberbatch) que aquí tienen roles secundarios y que entre los tres suman como mucho 35 minutos de pantalla. 12 Years A Slave es un monólogo de su protagonista principal que solo toma un poco de aire cuando llegan a relevarlo estos tres grandes actores.


La dirección de Steve McQueen y la recreación de la época son perfectas. Pero si a mi me dan a elegir,  a la hora de ver un filme que vaya a fondo con el tema de la esclavitud en los Estados Unidos  yo me quedo con la genial y políticamente incorrecta Django Unchained del maestro Quentin Tarantino. Su manera de abordar el tema es entretenida, sangrienta y dinámica pero no por ello poco profunda o poco seria - más bien todo lo contrario-. 12 Years A Slave es un drama bien filmado pero que carece de movimiento y novedad. No merece ninguno de los premios que ha cosechado hasta el momento y mucho menos el Oscar. Pero con la Academia uno nunca sabe.


Puntaje: 6.5/10 




No hay comentarios:

Publicar un comentario