jueves, 16 de enero de 2014

Carrie

Con la versión cinematográfica de Carrie dirigida por Brian De Palma, que tuvo su estreno en el año 1976, era más que suficiente. Una remake no era necesaria en lo absoluto pues no había mucho más que agregar, aún con las libertades que De Palma se tomó respecto al libro de Stephen King. Es verdad que esta nueva versión dirigida por Kimberly Peirce (directora de la muy buena Boys Don't Cry) se apega un poco más al libro, pero no llega en ningún momento a igualar a la película que busca imitar y/o homenajear. Las actuaciones son chatas y la tensión y violencia presentes en la película original brillan por su ausencia.

La historia de Carrie White la conocemos todos. Esa adolescente reprimida por una madre religiosa hasta el extremo, que la golpea y la encierra en un cuarto debajo de la escalera para que rece y reflexione acerca de sus acciones o pensamientos - da lo mismo- impuros que ella considera que ofenden al Señor. Víctima de un abuso casi criminal en la escuela, un buen día a Carrie le viene por primera vez. La mala suerte es que el momento ocurre en las duchas de la escuela, con todas sus compañeras allí. Al no saber que es lo que le sucede, comienza a gritar pensando que se está desangrando viva. Pasa a ser - como si no fuese poco con lo que ya venía cargando- la gran broma de la escuela a medida que la anécdota se dispersa entre todo el alumnado. En medio de todo esto el muchacho más guapo y popular de la secundaria la invita al baile de graduación. Ella va ilusionada, asegurándose de una manera muy creativa que su madre no arruine su noche especial, pero todo termina en una tragedia de gran magnitud con sangre y fuego por doquier. Un espectáculo visual que funciona como una sinfonía perfecta para cerrar una historia más bien macabra y retorcida.


Sissy Spacek era ideal para este papel y su interpretación le valió un Oscar. La historia contenía varios elementos no aptos para menores de edad que en esta nueva versión desaparecieron por completa, quitándole todo sentido. De entrada no se la ve muy cómoda a la talentosa Chloe Grace Moretz en un papel que está muy por debajo de sus capacidades. Es una mucho mejor actriz que Spacek y también es mucho más agradable a la vista que ella. Estos dos factores la colocarían del lado de las chicas que le hacen la broma en el baño a Carrie y no en el de la santurrona - no por elección, claro está- que es objeto de las crueles burlas.


En cuanto a la organización de la trama, todo sucede demasiado rápido y se amontona en los primeros minutos con lo que se pierde todo el suspenso y la intriga. Ese efecto sorpresa que tenía la versión de De Palma. La escena de la menstruación es mala por donde se la mire y no se asemeja en lo absoluto a la original. La locura religiosa de la madre (una razonable Julianne Moore, más allá de no ser su mejor actuación) está bastante bien lograda aunque de a ratos parece muy forzada. El descubrimiento de los poderes psíquicos es muy divertido. Parece salido de la serie televisiva Heroes antes que del filme en el que se está basando. Todo lo que sucede en el baile de graduación es de lo mejorcito de Carrie, más allá de que la duración de esa escena sea considerablemente más corta - ay el PG-13- y que en un momento la protagonista parezca Marilyn Manson haciendo movimientos extraños arriba de uno de sus sangrientos escenarios. Pero en líneas generales hay que decir que la recreación es buena y que se le agregan los recursos tecnológicos de nuestros días con lo que se pueden ver algunas muertes bastante más creativas en comparación a lo que se puede ver en el filme anterior.


La interpretación de la historia es libre y elige ser un poco más fiel a la obra de Stephen King. Chloe Grace Moretz es sin lugar a dudas lo mejor de Carrie aún en un rol que no le sienta para nada bien y que la limita en todo sentido. El gran problema de esta remake es que, en la era de las remakes innecesarias, viene a ser la Reina. No se necesitaba otra versión del clásico que significó un quiebre y un despegue en la carrera de un enorme director como Brian Di Palma. Es muy complicado estar a la altura de un trabajo tan bueno. Cuando la vean les aseguro que se van a encontrar diciendo, a medida que pasa cada escena, que la versión original es mucho mejor o que esta nueva no le llega ni a los talones. Allí es el momento en el que uno se da cuenta que una nueva versión ha fallado por completo: cuando lo único que hace el espectador es hablar sin cesar de la película original. Más allá del buen susto del final, este filme es un gran fallido.


Puntaje: 3.5/10

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