Sylvester Stallone está nuevamente nominado en los premios Razzie (los anti-Oscar, la gran pelotudez de Hollywood después de los mismos Oscar) por su rol en Escape Plan. Imaginemos que un buen día de estos el gran Sly nos entrega el mejor filme de la historia con el agregado de su interpretación física y razonable de siempre. Ni aún así dejarían de nominarlo ya que hay un ensañamiento entre los críticos "gourmet" (lease: pajeros) de cine contra todo lo que Stallone representa y que a mi me encanta. Escape Plan es otro filme clásico de este gigante del cine de acción con el agregado de que su co-protagonista es Arnold Schwarzenegger, la otra gran estrella de este viejo y entrañable género que tuvo su edad de oro en los 80'. Solamente busca entretener y, por suerte, no posee ningún tipo de pudor al respecto. Estamos ante el renacimiento de este tipo de películas y lo único que hace la mayoría es quejarse. Todo lo que Sylvester Stallone protagonizó desde su estelar regreso al género con Rambo (2008) hasta este filme - y no se olviden que se viene Grudge Match con Robert De Niro- sin dudas que ha sido de lo mejor del genero en estos últimos 10 años. Estamos hablando de los productos más sinceros y brutales que hemos visto pasar por la pantalla grande. El prejuicio general es que estos actores nunca pudieron despegarse de la sombra de los roles que los llevaron a la fama y que se pasan de filme en filme repitiéndose como un cliché eterno. Este tipo de pensamientos es un insulto a la inteligencia de cualquier espectador y de estos dos fenómenos.
Escape Plan posee un guión que sorprende y mucho. Un equipo especial dirigido por Lester Clark (Vincent D'Onofrio) y Ray Breslin (Sylvester Stallone) se encarga de probar si las prisiones de máxima de seguridad de los Estados Unidos son en realidad a prueba de escape. Junto a Abigail (Amy Ryan) y Hush (50 Cent) son un grupo muy eficaz y trabajador que lleva adelante todos los encargos de manera perfecta. Breslin ha elegido pasar una vida dentro de las cárceles más seguras del país y ha escrito libros al respecto, convirtiéndose en un gurú para los constructores de estas instalaciones. En la secuencia inicial, se nos explica muy didácticamente cual es el ABC de toda fuga y a decir verdad lo hacen parecer demasiado fácil. Unas semanas después de su último trabajo, al empresa es contratada por una prisión de la que no reciben muchos datos más que un jugoso cheque. Cuando se dispone a ir hacia este misterioso lugar, y ya situado en el punto donde pautaron que se lo recogería, es atacado brutalmente por unos hombres enmascarados y sedado. Le quitan el rastreador que lleva bajo la piel y así sus compañeros quedan completamente desconectados. Cuando Ray despierta, se va a dar cuenta de dos cosas: que está aislado y que se encuentra encerrado en un lugar que supera el ideal del panoptismo. Su tarea ahora será sobrevivir a la brutalidad y la vigilancia extrema de Hobbes (Jim Caviezel), su sádico director y en el medio intentar escapar de un lugar que parece infranqueable. Para ello contará con la ayuda de otro prisionero llamado Emil Rottmayer (Arnold Schwarzenegger) con el que hace buenas migas de entrada.
La química entre Stallone y Schwarzenegger no puede ser mejor, al punto que conforman una dupla muy divertida que nunca se pisa entre sí. Intercambian el protagonismo de una manera muy coordinada, aunque nada puede evitar que nos demos cuenta que Arnie es mucho más carismático y mejor actor que Sly que más allá de esto lleva el protagonismo sin ningún problema. Y claro que los dos hacen los infaltables chistes sobre ellos mismos y sus anteriores papeles, pero son pocos y bastante graciosos a decir verdad. Los dos le ponen el cuerpo a todas las escenas de acción, que tampoco son pocas, lo cual sirve para probar que sus estados físicos son 100% resistentes al paso del tiempo. Jim Caviezel está muy bien como un director muy hijo de puta y Vinnie Jones - un tipo que me encanta, por más que siempre haga lo mismo- le suma su locura enfermiza y su violencia habitual.
La trama de Escape Plan es inteligente y se basa en un juego de alianzas cambiantes donde cada detalle es importante. Los giros sirven para destrabar algunos momentos en los que sobran las trompadas y los tiros y se necesita con urgencia un poco de diálogo - que no falta, tranquilos-. La resolución de la historia es excelente y con sus actuaciones estos dos viejos, pero no oxidados, héroes de acción prueban que pueden hacer mucho más que pegar, disparar y mostrar sus gigantescos músculos. La dirección del sueco Mikael Hafstrom es frenética y logra transmitir al espectador esa escalofriante sensación de encierro que sienten los personajes. Estamos ante el verdadero cine de acción de los 80'- y encima de la mano de sus dos más grandes exponentes- pero actualizado y mejorado técnicamente. Coincidan conmigo en que no se puede pedir nada más.
Puntaje: 8/10
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