martes, 27 de agosto de 2013

White House Down

A Roland Emmerich le encanta entregarnos filmes que son puro entretenimiento y la posible destrucción de toda la humanidad, o al menos el derrumbe efectivo de Nueva York. Atestiguan esto filmes como Independence Day (1996), su pésima versión de Godzilla (1998), The Day After Tomorrow (2004) y 2012 (2009) que no por ser montañas rusas de pura adrenalina son de buena calidad. De esta lista, la única que es decente es 2012 porque le agrega un factor humano importante a tanta destrucción vía CGI y logra conmover al espectador en varios momentos. Más allá de esto, está claro que es un director que se ha hecho un nombre y que asegura como mínimo un fuerte impacto visual. Tras haber destruido la Casa Blanca en Independence Day, este año con White House Down se da el gusto de nuevo pero redobla la apuesta y la convierte en el terreno de batalla.

Cale (Channing Tatum) es un ex soldado que fue premiado por su país con la medalla de plata por su valentía en la guerra de Irak. Actualmente se encuentra trabajando para un amigo policía y separado de su mujer. Su relación con su hija Emily (Joey King) es tirante, pero logra conseguirle unos pases para la Casa Blanca y la lleva consigo el día de su entrevista laboral para ingresar al Servicio Secreto. En paralelo, es el último día de trabajo del Agente Walker (James Woods) jefe del cuerpo de guardaespaldas del Presidente Sawyer (Jamie Foxx in da house) que se encuentra en medio de un proceso de negociaciones de paz con los países de Medio Oriente al punto de anunciar el retiro total de las tropas. Walker perdió a su hijo en una controvertida operación ordenada por Sawyer y todavía no ha logrado superar la tragedia. La entrevista de Cale no sale para nada bien y antes de retirarse, su hija le pide realizar el tour por la Casa Blanca (prestar atención a los turistas de Alaska, una pinturita dedicada al Tea Party) a lo que accede aunque con cara de pocos amigos. Allí la casualidad la cruzará con el mismísimo Presidente que le da una declaración exclusiva para su página de Youtube (la niña es una enferma de la política y sabe con sus 11 años mucho más que el norteamericano medio). La tranquilidad se rompe cuando un grupo armado toma el edificio del Servicio Secreto y desde allí avanza sobre los demás sectores. Con una situación crítica debido a la toma de rehenes, Cale logra escabullirse para intentar encontrar al Presidente Sawyer antes de que sea demasiado tarde. Detrás de estos terroristas, que son todos estadounidenses, hay razones muy personales y un plan que puede poner en jaque a la humanidad.

El guión es muy chato y básicamente intenta retomar el espíritu de Die Hard pero sumándole una sobredosis de CGI y la Casa Blanca hecha pedazos. Está más que claro que no lo logra porque es imposible superar a la mejor película de acción de la historia, aunque White House Down no se acerca a esta ni siquiera un poco. Acierta al explotar la idea del enemigo interno y toca muy superficialmente el tema del lobby armamentístico y su relación con los gobiernos de los Estados Unidos. El mensaje final es siempre el mismo: los Estados Unidos son el mejor país del mundo y más allá de todo siempre saldrán adelante por la unión de su pueblo que es honesto y valiente. En cuanto a lo actoral, la química entre Tatum y Foxx es excelente y ambos superan la prueba en roles que son más bien físicos. Ver al Presidente de los Estados Unidos correr con sus Jordan, agarrarse a trompadas y disparar una bazooka no es algo habitual y Jamie Foxx lo hace con mucha naturalidad y humor. Channing Tatum vuelve a los roles físicos y sale airoso superando su fracaso como Duke en las dos G.I Joe. Aún así ya ha quedado en claro que lo suyo es la comedia donde ha probado ser realmente bueno (si no me creen, vean 21 Jump Street). Joey King como la valiente y decidida Emily sorprende. White House Down es un show lleno de adrenalina, acción, disparos y - por fin- una muy buena pelea final.


Olympus Has Fallen fue el primer filme de este año que destruyó la Casa Blanca. Pero como dije en la reseña que hice hace unos meses es aburrido, lento y solo llega a ser casi tolerable por la buena performance del todoterreno Gerard Butler. Aquí tenemos el resultado inverso en una película que plantea casi el mismo escenario con la diferencia de que el enemigo no es Corea del Norte sino un grupo de ex soldados estadounidenses. No busca tomarse en serio en ningún momento, hace más compleja la historia central, atrapa con sus muy buenas secuencias de acción y logra entretener que es el objetivo número uno de este tipo de cintas. En fin, White House Down es un blockbuster más de Roland Emmerich - no podía faltar la referencia a Independence Day al comienzo- y que contiene el mensaje típico de las películas bélicas made in Hollywood, pero que sube un poco la vara en comparación con sus más recientes trabajos.

Puntaje: 7/10

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