Hace dos días se estrenó otra adaptación a la pantalla de un libro de Bret Easton Ellis. Su camino en el mundo del cine comenzó allá por 1987 con Less Than Zero un filme donde la suciedad y decadencia de Los Ángeles eran retratados de la misma manera que en su novela homónima. Lo interesante, es que en la mayoría de sus adaptaciones, Easton Ellis se ha involucrado directamente en el trabajo adaptando su propia obra lo cual hace que el resultado final sea muy fiel a sus historias - obviamente sacando del medio el hecho de que hay cuestiones de los libros que no se pueden pasar de forma idéntica a la pantalla-. Aún así, las criticas por lo general dicen lo contrario: han llegado a denostar a un filme muy bueno como American Psycho por no ser idéntico frase por frase al original. Partiendo de la base de que esto último es imposible, me senté a mirar este filme que en las últimas semanas había sido promocionado mucho por el autor y había recibido elogios - aunque también el ataque habitual- de varios críticos que accedieron al filme antes de su salida oficial.
La historia tiene una línea similar a American Psycho pero el desarrollo es más pesado y mucho menos frenético. No se trata de hurgar en la mente de un yuppie que debido a la constante presión a la que se somete a sí mismo - y ayudado claro por el ambiente de Wall Street- termina convirtiéndose en un sangriento psicópata. Aquí estamos frente a la historia de una persona perversa y sádica que busca tener el control de todo con juegos mentales retorcidos y enfermizos. The Canyons comienza con una cena incómoda entre dos parejas. Christian (James Deen) es un joven productor de cine con un fondo familiar de dinero que solo está disponible si realiza de vez en cuando alguna que otra película mediocre. Su pareja, Tara (Lindsay Lohan) es una muchacha que está con él por amor y por necesidad de que alguien la cuide económicamente. Él la mantiene y la ama, pero la tiene sumida en un juego sexual constante que involucra a otras parejas y personas todas las noches. Enfrente están Ryan (Nolan Funk) un buscavida que tiene frente a sí la chance de ser el protagonista de un filme y de tal vez comenzar a cambiar un panorama, que parecía maravilloso cuando llegó a Los Ángeles a los 18 años, pero que ahora es una pesadilla. Su novia, Gina (Amanda Brooks) es una de las tantas "ex" de Christian y tanto ella - como Tara- insistieron mucho para que el joven consiga el tan deseado rol en la película. Esa situación de incomodidad inicial no es casual: Tara y Ryan fueron pareja hace tres años y, desde que se reencontraron en el set del filme un mes atrás, mantienen un affaire. Christian comienza a ver algo raro y manda a seguir a su esposa. Desde aquí en más, caerá en una lenta y descendente espiral de violencia y psicosis que lo llevará a hacer lo imposible para evitar que su mujer - aún al coste de perderla- vuelva a ver o a estar cerca siquiera de su amante.
La creación de la atmósfera de Los Ángeles es muy lograda. Si bien la historia se desarrolla en la actualidad, hay reminiscencias de L.A Confidential en la construcción del ambiente. Los paisajes son hermosos, en especial el de la casa de Christian que se encuentra en las afueras de Beverly Hills. El trabajo del director Paul Schrader (American Gigolo y Dominion: Prequel To The Exorcist entre sus trabajos más conocidos) es satisfactório - no mucho más- y con un muy buen guión logra redondear un sólido trabajo. Si bien no es un filme rápido, podemos decir que lo que carece de velocidad lo suple con una angustia y una opresión que dejan un sabor raro en la boca. Lo que reina en esta historia son la desesperanza y el desamor. Es el reino de las oportunidades perdidas y del sobrevivir a como de lugar.
Las actuaciones son buenas en general y levantan el nivel de un filme destinado a los 6 puntos. Nolan Funk construye un buen personaje, que no tiene nada que perder y que está obsesionado con el amor de su vida. James Deen interpreta a la perfección a un perverso Christian cuya locura y obsesión comienzan a hilvanarse a lo largo del filme. No llega al pico actoral que alcanzó Christian Bale en American Psycho por dos razones: no es tan buen actor como este y, principalmente, el papel no es el mismo. Es más complejo y oscuro y no es tan festivamente sangriento como Patrick Bateman. Pero la que se lleva las palmas es Lindsay Lohan que tras años de estar hundida en los excesos y en los escándalos - y después de su regular interpretación de Elizabeth Taylor en la ni siquiera pasable Liz & Dick- encuentra un personaje y un guión que poseen varios puntos de contacto con su situación profesional y logra exprimirlos al máximo. No le teme a los desnudos y va a fondo en todas las escenas sin guardarse nada. Su angustiada y perseguida Tara es convincente, salvaje y depresiva al mismo tiempo. Creo que Lohan es una muy buena actríz, y espero que tras los elogios cosechados aquí, logre regresar de una vez por todas a los primeros planos solamente por su labor profesional.
The Canyons es una buena adaptación de una, a mi parecer, excelente novela del gran Bret Easton Ellis. Tiene todos los ingredientes característicos del autor y queda en claro que Los Ángeles nunca pareció tan sombrío como aquí (chequeen las imágenes de los cines cerrados y destruidos). Sexo y sangre marcan el ritmo de un filme que logra atrapar y esta bien actuado, aunque el final parece agarrado de los pelos. Otra crítica importante es para la duración del filme: valía la pena estirarlo hasta las dos horas y así no cerrarlo de esa manera tan abrupta.
Puntaje: 7/10
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