Dracula 3D vendría a estar dentro de esta lista de fallidos recientes del cineasta ítalo-argentino. Podríamos colocarlo a la par de su reinterpretación del Fantasma de la Ópera, pero sería injusto pues no se encuentra siquiera a la altura de esta regular película. Giallo (2009) había sido su último trabajo y el resultado fue más que decepcionante. Cuando escuché que el maestro iba a estar al frente de una versión de Drácula, admito que me entusiasmé a sobremanera. Pero me al terminar de ver el filme, me quedó la sensación de que lo mejor de su trabajo fue hace mucho tiempo y que, más allá de algunos momentos de lucidez momentánea, es muy difícil que retome esa senda de aquí al final de su próspera carrera.
La historia gira alrededor del mito original de Dracula y agrega un par de elementos que a decir verdad no están para nada mal y son tal vez lo más acertado. El primer gran problema es que las actuaciones son desganadas y apenas si logran sostener el cansino y previsible guión. Asia Argento sigue demostrando que no actúa solo por ser la hija del director y cumple con el rol de mejor amiga de Mina Harker (una insípida Marta Gastini). Pero su performance - como todo el filme, algo que no es su culpa- parece improvisada y de no ser por su talento su personaje sería intrascendente. Thomas Kretschmann (mediocre actor al que jamás habría elegido si hubiese tenido ese poder) se encarga de personificar al Conde Drácula, en una de las más ridículas versiones de este que se hayan visto en la historia del cine. Alcanza con decir que lo mejor de sus movimientos se ve cuando se convierte en algún animal (siendo una gran mantis el más bizarro y gracioso de todos) para transportarse, espiar a sus potenciales víctimas o atacar cuando nadie lo espera. Van Helsing quedó en manos de Rutger Hauer (célebre actor secundario que ha poblado cuanta película pudo en los últimos 30 años) que sin brillar logra la actuación más pareja de la cinta. Es por lejos el personaje que mejor respeta a su original y le suma algunos virtuosos movimientos de combate que son hilarantes. El segundo desacierto es la escenografía, que es indigna de un director con el palmares de Dario Argento. Este buscó que Dracula 3D parezca un filme de los 70' y si bien logra parcialmente recrear esa estética, para el espectador todo termina siendo una mera y burda imitación. Cuando vemos los escenarios armados de una manera tan amateur, no pensamos que es un filme viejo sino uno actual que busca serlo. Ni siquiera nos da pie para relacionarlo con un filme Clase B porque tampoco le da el cuero. El vestuario si es muy bueno pero queda a mitad de camino por todo lo que acabo de decir. El tercer pecado de la película es el excesivo - y trash- uso del CGI (los efectos especiales) y consecuentemente el pésimo aprovechamiento del 3D. Hay muchos pasajes, comenzando por los títulos iniciales, que parecen directamente sacados de un juego de computadora malo y de hace 20 años. Párrafo aparte para las grotescas transformaciones de Dracula (atención con la mantis asesina ya mencionada y con el lobo que son realmente un papelón), para los repentinos y veloces ataques que intentan hacer saltar de la butaca al espectador pero solo logran causarle mucha risa y para las muertes de los vampiros que hacen que, y con esto digo todo, Crepúsculo parezca una opción más que razonable si a uno le gusta el cine plagado de chupasangres.
Dracula 3D es otro doloroso paso en falso de un gran director. Dario Argento debería replantearse lo que resta de su carrera y de aquí en más ir a lo seguro. Su intento experimental no logra dar en la tecla y no acierta siquiera en lo grotesco y lo trash que suelen ser dos puntales dentro de su trabajo. Ni que hablar del suspense, que no aparece ni para decir hola durante la interminable hora y media que dura el filme. Queda claro que no busca ser un filme serio y que apunta a causar un poco de gracia, pero ni eso consigue. Una verdadera lástima.
Puntaje: 3/10
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