Hay algunas series que son elementales para introducirse en el universo actual de este género televisivo. En estos últimos años, han tenido aire varias propuestas muy interesantes y de gran calidad (lo cual no significa éxito, pues varias de ellas fueron canceladas por la furia del mercado) así como varias que van desde lo meramente superficial hasta lo paupérrimo. El ascenso de las series ha sido marcado y constante, y han pasado a ser una parte de nuestras vidas. Como soldado de este "Ejército Seriéfilo" me dispongo a recomendar mis 10 mejores series a ustedes. Voy a partir la entrega en dos partes que constan de cinco series cada una. Aquí tienen la primera:
Mad Men:

Esta serie producida por HBO - y que acaba de culminar una brillante sexta temporada- es una de las mejores de estas últimas décadas. Retrata el mundo de las grandes agencias publicitarias de Nueva York en los años 60'. Su protagonista central Don Draper - un magnífico y arrogante
Jon Hamm- representa esa época. Publicista exitoso, bello y con una esposa e hijos perfectos. El sueño americano hecho realidad. El problema es que rápidamente vemos como aquello es solamente una fantasía sostenida por la ingenuidad y el enamoramiento de su esposa Betty - una soberbia y fría
January Jones, esperen a verla tras la tercera temporada- así como la misoginia de su marido. A fines de los 50' dentro de la agencia, y más allá de ser la más exitosa, los cimientos comienzan a crujir. La llegada de la década del 60' y la aceleración industrial de la pos-guerra hacen que la competencia comience a ser más cruda. La varilla se eleva y los competidores pasan de ser insignificantes a una amenaza directa para el reinado de "Sterling-Cooper". En el medio del tsunami, el pasado y presente de Don comienzan a salir a la luz y esto complica su vida personal y profesional. El descontrol y la arrogancia son la firma de Draper, que desde aquí deberá irse a ajustando a los violentos cambios que comienzan a suceder en su vida. La llegada de Pete Campbell -
Vincent Kartheiser at his best- un joven empleado obsesionado con el trabajo y con ocupar la silla de Don, que comienza a subir a fuerza de contrataciones y el inesperado ascenso profesional de Peggy Olsen - rol consagratorio de
Elisabeth Moss- una secretaria que tras un golpe de suerte inicial prueba tener lo necesario para triunfar en un mundo exclusivo para los hombres, hacen la trama mucho más densa y compleja.
El machismo y el racismo están perfectamente retratados, aunque hay un halo de esperanza en algunas acciones sinceras de los personajes que pretenden ir - tibiamente- en contra de este sentido común (Don contratando y dándole poder a Peggy o esta misma dándole resguardo a una compañera afroamericana que no puede llegar a su casa tras el asesinato de Martin Luther King, por ejemplo). En la década donde el desarrollo económico del país pasa por moldear consumidores mediante la publicidad para que consuman productos de industrialización masiva, su máquina central es la agencia publicitaria. Nada es lo que parece. Eso es lo que nos quiere vender
Mad Men. Que por detrás de la publicidad donde la familia está sonriendo, por detrás de la foto perfecta, está la realidad que por lo general esta repleta de claroscuros. Esta falsa idea de perfección se va demoliendo a lo largo de cada capítulo con la imparable caída de la imponente y en apariencia sólida construcción que es en sí mismo Don Draper. Demás está decir que el vestuario es impecable, pero hablar solo de eso sería ignorar que tenemos un magnífico producto tanto técnica como artísticamente enfrente nuestro.
Game Of Thrones:

En el segundo lugar de la lista se encuentra otro tanque de HBO. Esta serie se basa en los libros homónimos de George R.R Martin y acaba de terminar su tercera temporada. Cada una de estas consta de 10 capítulos donde predominan lo épico, lo político y los paisajes más hermosos desde
The Lord Of The Rings. Nos encontramos en en Reino de Westeros, donde las 7 familias más poderosas luchan por controlar el mítico Trono de Hierro y así poder conquistar todos los demás Reinos - vemos algo similar a la idea de Tolkien con su "anillo para dominarlos a todos"-. La chispa se inicia con el asesinato del rey Robert Baratheon (
Mark Addy), que antes de morir asigna como su reemplazante a su amigo y "Mano del Rey" Eddard Stark (
Sean Bean). Este decide aceptar la tarea y comienza a investigar el dudoso orígen de Joffrey uno de los hijos de Robert, que es el próximo heredero al trono. Pero la esposa del difunto soberano, Cersei Lannister (
Lena Headey), organiza un complot para asesinar a Stark y colocar en el Trono de Hierro a su inexperto y sádico hijo Joffrey Baratheon (
Jack Gleeson). Ante esta situación, los demás reinos comienzan a acelerar sus acciones para conquistar el reino. Pero por fuera de esta lucha encarnizada por el poder, hay fuerzas oscuras que no pertenecen al mundo de los vivos que avanzan desde el frío y desolado Norte. Básicamente tenemos enfrente nuestro una reflexión muy cruda acerca de como funcionan la política y el poder.
Game Of Thrones se mueve al pulso de las traiciones, las alianzas, los negociados, la sed de poder, la lujuria y los excesos. La estética y la historia son similares a las de la épica trilogía de Peter Jackson, aunque poseen sus marcadas diferencias. La trama es muy compleja y posee varias vueltas de tuerca por capítulo. Pero al tener un formato televisivo esto no es tan incómodo ni difícil de seguir, ya que el desarrollo de los personajes y de las historias es mucho más extenso y preciso. Una de las particularidades de los libros originales es que los protagonistas centrales mueren uno tras otro, algo que se respeta escandalosamente en esta adaptación. Claro que cada uno de ellos posee un rol clave y mucho poder, pero esto no los hace inmortales ni mucho menos. La violencia es muy explícita y no hay piedad alguna para con el espectador sensible o con poco estómago (es decir, si ustedes encajan dentro de esta categoría no les recomiendo ver esta serie).Para terminar el recorrido, hablemos de los personajes. La mayoría de ellos son interesantes y estan bien interpretados. Pero hay dos que son excelentes: Tyrion Lannister (
Peter Dinklage) y Daeneris Targaryen (
Emilia Clarke).
El primero es el hijo bastardo y enano del legendario Tywin Lannister (
Charles Dance), que vive con la culpa constante por haber causado la muerte de su madre durante el parto debido a su deformidad. Aún así es el más carismático y encantador de los 7 Reinos, además de un mujeriego y bebedor empedernido. Es el hijo paria y rebelde que va conociendo sus responsabilidades y sus límites a lo largo de la trama. Se mece entre la búsqueda de aprobación paterna y su deseo de trascender como un gran guerrero. La segunda es un personaje simplemente fascinante. Hermana del heredero al Trono de Hierro Viserys Targaryen (
Harry Lloyd), es casada con Khal Drogo(
Jason Momoa) - temible y feroz guerrero Dothraki - en orden de conseguir un ejército de 10.000 hombres que lo ayude en su misión. Parece tímida y sumisa, con mucho miedo ante este nuevo destino. Su hermano dice ser el Rey de los Dragones y con ello - y su hermana, claro- logra la lealtad de los guerreros tribales. Pero sus directivas comienzan a ser ignoradas y la figura de Daenerys comienza a crecer entre la comunidad. Ahora ella es la reina y es respetada y Viserys pasa a ser un bufón de feria que se nutre de odio y resentimiento. Porta con él tres huevos de dragón, que son la prueba de su poder. O al menos él lo cree así. Borracho y en un rapto de ira amenaza con asesinar al bebé que su hermana lleva en su vientre si no le dan su corona de oro. Khal Drogo le promete que lo hará y mientras dos hombres suyos lo sostienen por los brazos, lanza sobre su cabeza oro líquido hirviendo matándolo. Él no era el Rey de los Dragones, ya que de haber sido así el fuego no debería haberlo dañado. Con la posterior enfermedad y muerte de su esposo, Daenerys se encuentra en una débil posición. Consigue la admiración de la tribu demostrando en una ceremonia imponente desde lo visual que ella es la Reina de los Dragones. Desde aquí, acumulará poder, ejércitos y tierras con sus tres dragones - que crecen a un ritmo vertiginoso, como arma. Tras sus nobles intenciones, como liberar a los esclavos, se esconde una desbocada sed de poder que la llevará a luchar por dominar a los 7 Reinos.
Bates Motel:
Esta precuela de la obra maestra
Psycho de Alfred Hitchcock es sin dudas la revelación de la temporada. Cuando vi el trailer y conseguí el primer capítulo, no me esperaba nada más que la actualización de la historia original pero contada con otros personajes (es decir, creí que lo de precuela era una estrategia de venta). Pero gratamente mis prejuicios se desvanecieron tras los primeros diez minutos. En
Psycho Hitchcock desplegó todo su suspense de una manera maravillosa. La atmósfera es tensa y uno ve el filme al borde de la butaca. La novedad de asesinar a su protagonista a la mitad del filme abrió la puerta a la profundización del intrigante personaje de Norman Bates. Si bien se nos deja en claro que es un psicópata y que la causa de sus acciones es su madre opresora que aún muerta continúa martirizando a su hijo.
Bates Motel decide no solo abrir la puerta sino entrar a la casa y encerrarse a investigar.Y obviamente, el suspense nos acompaña en cada escena. La serie nos lleva a la adolescencia de Norman Bates - un deslumbrante
Freddie Highmore-, que va a llegar con su madre Norma Louise Bates -
Vera Farmiga perfecta
en un papel complejo e inestable- a White Pine Bay un pequeño pueblo costero en Oregon. Se asientan en un viejo hotel junto al río y lo rebautizan "Bates Motel". Vemos la famosa casa detrás del mítico hotel de nuevo en acción, algo que como fanático de Hitchcock me pareció maravilloso. Puertas adentro, la historia es más que retorcida. Norma es una madre sobreprotectora que ama a su hijo pero que no lo deja respirar ni ser un adolescente normal. Norman es un joven reprimido e inestable que ha sufrido la reciente muerte de su padre y que esta harto de huir de un pueblo hacia otro. Su deseo es asentarse y poder desarrollar una vida normal, algo que parece imposible debido al acoso constante de su madre. En su primer día, reciben la visita de un personaje que dice ser el dueño original del establecimiento y los amenaza para que se lo devuelvan. Esa misma noche retorna a la casa y golpea brutalmente a Norma -que estaba sola porque su hijo se había escapado de la casa con unas amigas- terminando la pelea cuando Norman retorna y logra reducir de un golpe al borracho atacante. Pero su madre toma un cuchillo y lo asesina a sangre fría. Cuando están a punto de huir nuevamente, ambos deciden deshacerse del cuerpo y de toda evidencia para poder de una vez por todas tener una vida normal - aunque en semejantes circunstancias, es evidente que la normalidad nunca va a llegar a la vida de los Bates-. Como si esto fuera poco, llega a su casa Dylan (
Max Thierot) hijo del primer matrimonio de Norma, que posee un conflicto aparentemente irreparable con ella. Su relación con Norman tampoco es buena, pero solamente por el hecho de que crecieron separados. Dylan se va a involucrar en los turbios negocios que sostienen al pueblo y pasará a ser una especie de guardia de seguridad - aunque solo por conseguir dinero, con un gran corazón y sin maldad- de la mafia local. La policía velozmente conecta el caso de la desaparición de un conocido miembro de la comunidad con el nuevo hotel. En la escuela, una maestra comienza a interesarse por Norman porque ve en él un buen muchacho pero con mucho problemas irresolutos. Los asesinatos y presencias misteriosas comienzan a multiplicarse, creando un ambiente poco favorable para una mente claramente inestable como la del joven Bates. Un desamor dispara en él sentimientos muy oscuros que son hábilmente contrapuestos a su relación con Emma Decody (
Olivia Cooke) una adolescente que posee una deficiencia respiratória, pero que es inteligente y muy despierta y que se enamora velozmente de Norman. Juntos comienzan a indagar acerca de los extraños sucesos que acontecen en White Pine Bay y descubren que detrás de ese pueblito en apariencia inocente hay muchas cosas que son escondidas bajo la alfombra. A medida que la trama avanza, las revelaciones acerca de la naturaleza del lugar y del mismo Norman Bates salen a la luz. La oscuridad presente en Norman comienza a consumirlo llegando a un impactante final de temporada. Tal vez después de todo no haya sido solamente la madre la causa de su locura. He aquí el gran MacGuffin de esta primera temporada. Que una segunda haya sido autorizada significa que las esperanzas no están perdidas. Que todavía hay gente que elige ver buenas series por sobre la basura que es ofrecida habitualmente.
Boss:
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Ahora vamos a hablar de una serie que inexplicablemente - a mi juicio, el rating no es excusa válida- fue cancelada. Este hecho se hace aún más irritante cuando vemos un producto de tan buena calidad y encima producido por la leyenda indie Gus Van Sant.
Boss nos sitúa en la ciudad de Chicago que es gobernada a puño de acero por el poderoso y carismático Tom Kane -
all hail the one and only Kelsey Grammer-. Kane es un Alcalde corrupto e inescrupuloso, pero un brillante político. Es capaz de hacer cualquier cosa con tal de retener el poder absoluto que detenta desde hace años. No hay rival que esté a su altura ni que consiga desestabilizarlo un poco siquiera. Junto con Ezra Stone (
Martin Donovan) y Kitty O'Neill (
Kathleen Robertson) sus dos fieles y más brillantes colaboradores y su esposa e hija de su predecesor en el cargo Meredith Kane (
Connie Nielsen), ha tejido una red de contactos y socios que parece infranqueable. La ciudad es suya y nadie parece discutirlo. Pero detrás de las paredes, sus rivales complotan en su contra y parecen haber encontrado en el joven y carismático - pero precoz y adúltero- tesorero Ben Zajac (
Jeff Hepner) un rival de calibre. Cuando todo comienza a complicarse cada vez más, es el propio cuerpo de Kane quien se convierte en su peor enemigo. Es diagnosticado con Demencia con Lewy Bodies, una enfermedad auto-inmune y degenerativa que no posee cura. Su lucha será mantener todo el esquema de poder que tanto esfuerzo y sangre le costó construir a pesar de estar perdiendo la cabeza. Decide no comunicar a nadie acerca de su condición y continuar ejerciendo sus funciones, algo que es poco ético. Sus únicas vías de comunicación van a ser la Doctora Ella Harris (
Karen Aldrige) a quien saca del hospital y la exilia para que no pueda ser contactada por nadie- y su hija drogadicta Emma Kane (
Hannah Ware) que es la única que puede conseguirle las drogas clandestinamente. Son dos temporadas que sirven como un explicativo de los mecanismos que utiliza el poder político y de como la ambición puede destruir a cualquier persona y a todos los que están a su alrededor. El comportamiento de Kane comienza a ser cada vez más errático y su enfermedad comienza a consumir su cuerpo y mente, llegando a su punto más alto en la segunda temporada donde constantemente es atacado por visiones. La pelea por el poder es encarnizada y no posee límites éticos ni morales. El juego de la política no es más que una sucia letrina donde todos compiten por llegar al trono a costa de la gente común. Párrafo aparte para
Kelsey Grammer que nos demuestra una vez más que es un maravilloso actor. El personaje de Kane parece hecho a medida, y su locura es interpretada de una manera perfecta. Más allá de que hayan cancelado
Boss debido a su extraño bajo rating, estamos ante una de las mejores y más complejas series de estos tiempos. Una serie que va derecho a convertirse en un clásico. No en vano están pensando en realizar una película para así atar todos los cabos que quedaron sueltos tras su abrupto final.
Arrow:
Arrow es una serie muy jugada. Es el intento de conseguir un programa de superhéroes que tenga calidad y contenido y que no sea un dibujo animado. Con
Smallville algo habían logrado, aunque sus últimas temporadas fueron bastante flojas. Pero con
Arrow esta vez deciden salir de la cómoda historia de "como llegó X a ser Y" sino que tras una presentación mínima ponen todo en la mesa sin reparos. Oliver Queen (
Stephen Amell, que ahora quiere ser Green Arrow en la futura versión cinematográfica de The Justice League) es el hijo malcriado y playboy del empresario Robert Queen. Mientras viajan a bordo de un lujoso yate, una tormenta los sorprende y quedan a la deriva en el medio del océano. Tras estar varios días con el mínimo de comida y con muy poca agua, visualizan una isla a lo lejos. Robert le pide a su hijo que resista y que enmiende todos los errores que él cometió. Acto seguido, asesina al otro sobreviviente y se suicida para así dejar el alimento en manos de su hijo. Le deja una libreta con una gran lista de nombres, de personas que le han fallado a Starling City (con una estética similar a Gotham City, con esa sombra que parece recubrirla). Pasa cinco duros años en la isla, donde adquiere una serie de habilidades físicas y mentales que le permiten estar listo para su tarea. Lo interesante es que capítulo a capítulo, el flashback es utilizado como recurso para irnos explicando que fue lo que sucedió en aquella misteriosa isla. Y aún cuando culmina la primera temporada, hay varias cuestiones irresolutas en cuando a su estadía allí. Su regreso a su ciudad natal genera un gran impacto mediático y el joven Queen intenta reconectarse con su familia y sus amigos al mismo tiempo que comienza a patrullar las noches vestido de verde, con un moderno equipo de arco y flecha y una capucha verde que oculta su identidad. Su motivación es eliminar uno por uno a los miembros de la lista que le dejó su difunto padre y terminar con todos aquellos que destruyeron su ciudad. Pero el cuadro general es mucho más complejo y las conexiones llegan a todos los empresarios que rodeaban a su padre, inclusive a su madre Moira Queen (
Sussana Thompson). Detrás de esa lista, hay un plan mucho más macabro y complicado que el simple robo de dinero.
Aparecen varios personajes del universo DC, siendo DeadShot el más logrado y uno de sus principales antagonistas del vigilante. El amor se hace presente también en la figura de Laurel Lance (
Katie Cassidy) que de a poco se va acercando nuevamente a su ex-novio, aunque le cuesta pues considera que la traicionó cuando escapó en el yate con su hermana (que falleció en el accidente). La policía comienza a seguir sus pasos, en especial el padre de Laurel el Detective Quentin Lance (
Paul Blackthorne), y los caminos se van estrechando para Queen. Sus dos compañeros, que se unen con el correr de la serie, el ex-marine John Diggle (
David Ramsey) y la divertida analista en sistemas Felicity Smoak (
Emily Bett Rickards) completan la pintura.
Arrow nos muestra a un héroe muy humano que intenta realmente cambiar las cosas al mismo tiempo que busca luchar contra sus demonios internos y reconciliarse con las personas que hirió en el pasado.
Arrow es el ascenso de un héroe. Es la serie que los fanáticos de los comics nos merecíamos hace un largo rato.
Hasta aquí la primera entrega. Mañana la segunda con las otras 5 series que considero imprescindibles para todo fanático de la buena televisión.