A Roland Emmerich le encanta entregarnos filmes que son puro entretenimiento y la posible destrucción de toda la humanidad, o al menos el derrumbe efectivo de Nueva York. Atestiguan esto filmes como Independence Day (1996), su pésima versión de Godzilla (1998), The Day After Tomorrow (2004) y 2012 (2009) que no por ser montañas rusas de pura adrenalina son de buena calidad. De esta lista, la única que es decente es 2012 porque le agrega un factor humano importante a tanta destrucción vía CGI y logra conmover al espectador en varios momentos. Más allá de esto, está claro que es un director que se ha hecho un nombre y que asegura como mínimo un fuerte impacto visual. Tras haber destruido la Casa Blanca en Independence Day, este año con White House Down se da el gusto de nuevo pero redobla la apuesta y la convierte en el terreno de batalla.
Cale (Channing Tatum) es un ex soldado que fue premiado por su país con la medalla de plata por su valentía en la guerra de Irak. Actualmente se encuentra trabajando para un amigo policía y separado de su mujer. Su relación con su hija Emily (Joey King) es tirante, pero logra conseguirle unos pases para la Casa Blanca y la lleva consigo el día de su entrevista laboral para ingresar al Servicio Secreto. En paralelo, es el último día de trabajo del Agente Walker (James Woods) jefe del cuerpo de guardaespaldas del Presidente Sawyer (Jamie Foxx in da house) que se encuentra en medio de un proceso de negociaciones de paz con los países de Medio Oriente al punto de anunciar el retiro total de las tropas. Walker perdió a su hijo en una controvertida operación ordenada por Sawyer y todavía no ha logrado superar la tragedia. La entrevista de Cale no sale para nada bien y antes de retirarse, su hija le pide realizar el tour por la Casa Blanca (prestar atención a los turistas de Alaska, una pinturita dedicada al Tea Party) a lo que accede aunque con cara de pocos amigos. Allí la casualidad la cruzará con el mismísimo Presidente que le da una declaración exclusiva para su página de Youtube (la niña es una enferma de la política y sabe con sus 11 años mucho más que el norteamericano medio). La tranquilidad se rompe cuando un grupo armado toma el edificio del Servicio Secreto y desde allí avanza sobre los demás sectores. Con una situación crítica debido a la toma de rehenes, Cale logra escabullirse para intentar encontrar al Presidente Sawyer antes de que sea demasiado tarde. Detrás de estos terroristas, que son todos estadounidenses, hay razones muy personales y un plan que puede poner en jaque a la humanidad.
El guión es muy chato y básicamente intenta retomar el espíritu de Die Hard pero sumándole una sobredosis de CGI y la Casa Blanca hecha pedazos. Está más que claro que no lo logra porque es imposible superar a la mejor película de acción de la historia, aunque White House Down no se acerca a esta ni siquiera un poco. Acierta al explotar la idea del enemigo interno y toca muy superficialmente el tema del lobby armamentístico y su relación con los gobiernos de los Estados Unidos. El mensaje final es siempre el mismo: los Estados Unidos son el mejor país del mundo y más allá de todo siempre saldrán adelante por la unión de su pueblo que es honesto y valiente. En cuanto a lo actoral, la química entre Tatum y Foxx es excelente y ambos superan la prueba en roles que son más bien físicos. Ver al Presidente de los Estados Unidos correr con sus Jordan, agarrarse a trompadas y disparar una bazooka no es algo habitual y Jamie Foxx lo hace con mucha naturalidad y humor. Channing Tatum vuelve a los roles físicos y sale airoso superando su fracaso como Duke en las dos G.I Joe. Aún así ya ha quedado en claro que lo suyo es la comedia donde ha probado ser realmente bueno (si no me creen, vean 21 Jump Street). Joey King como la valiente y decidida Emily sorprende. White House Down es un show lleno de adrenalina, acción, disparos y - por fin- una muy buena pelea final.
Olympus Has Fallen fue el primer filme de este año que destruyó la Casa Blanca. Pero como dije en la reseña que hice hace unos meses es aburrido, lento y solo llega a ser casi tolerable por la buena performance del todoterreno Gerard Butler. Aquí tenemos el resultado inverso en una película que plantea casi el mismo escenario con la diferencia de que el enemigo no es Corea del Norte sino un grupo de ex soldados estadounidenses. No busca tomarse en serio en ningún momento, hace más compleja la historia central, atrapa con sus muy buenas secuencias de acción y logra entretener que es el objetivo número uno de este tipo de cintas. En fin, White House Down es un blockbuster más de Roland Emmerich - no podía faltar la referencia a Independence Day al comienzo- y que contiene el mensaje típico de las películas bélicas made in Hollywood, pero que sube un poco la vara en comparación con sus más recientes trabajos.
Puntaje: 7/10
martes, 27 de agosto de 2013
R.I.P.D
Del alemán Robert Schwentke conocemos algunas películas buenas - y nada más- como Red (2010) y Flight Plan (2005) y una realmente mala como The Time Traveler's Wife (2009). Este año se despachó con R.I.P.D, una adaptación de una buena novela gráfica que al menos desde lo visual y lo argumentativo hace justicia con esta. Si bien no es poco, tampoco es una obra del séptimo arte.
La historia es prácticamente la misma que la de Men In Black pero debemos sacar a los agentes y a los extraterrestres y reemplazarlos por policías muertos que persiguen a los "no-muertos" o "fantasmas oscuros". Nick (Ryan Reynolds) y Haynes (Kevin Bacon) son dos policías que trabajan juntos desde hace años. La vida de Nick parece ser perfecta junto a su novia Julia (Stephanie Szostak) hasta que un día su amigo le pide que esconda en su patio trasero parte de un cargamento de oro que confiscaron en una operación reciente. Si bien en un principio decide ayudar a su compañero, Nick no está muy convencido de seguir adelante y le comunica su decisión de entregar el oro. En medio de una redada, Hayes lo asesina a traición con el fundamento de que el material no podía ingresar al departamento de policía y ser archivado como evidencia. En una secuencia visualmente impactante, Nick asciende al cielo y consigue que no se lo envíe al infierno a cambio de trabajar para el "Rest In Peace Department", que se encarga de perseguir a los no-muertos que permanecen ocultos en la tierra. Conocerá a Roy (Jeff Bridges) su hilarante y chapado a la antigua nuevo compañero de andanzas y juntos comenzarán a patrullar las calles. No tardarán en toparse con el famoso oro en cuestión y en darse cuenta que es solamente la punta visible de un macabro plan.
Como ya dije, el traspaso a la pantalla de la novela gráfica es bueno y el uso del CGI es correcto. En algunos momentos llega a ser excesivo, pero logra no sobrepasar el límite razonable. El guión es divertido y no pretende ser complejo ni intrincado, algo que ayuda a la dinámica de la película. La química entre Reynolds (que vuelve a hacer un papel decente tras su pésimo Hal Jordan en Green Lantern) y Bridges es óptima y logran hacer reír a la vez que le ponen el cuerpo a las escenas de acción y las persecuciones. Un Kevin Bacon relajado y divertido interpreta a un villano realmente particular y bastante bizarro. En fin, podemos decir que las actuaciones son buenas pero que no son profundas en lo absoluto, algo que tiene relación con lo liviano del guión que parece hecho para atraer a un público más que nada adolescente.
R.I.P.D es un filme que va a pasar sin pena ni gloria. Cumple con su objetivo de entretener, tiene un buen uso de los efectos especiales - que en un punto recubren toda la película- y las actuaciones son buenas, aunque la resolución de la historia es muy floja. Tal vez su peor pecado sea su superficialidad, su intento de convertirla en un filme para adolescentes y niños.
Puntaje: 6/10
La historia es prácticamente la misma que la de Men In Black pero debemos sacar a los agentes y a los extraterrestres y reemplazarlos por policías muertos que persiguen a los "no-muertos" o "fantasmas oscuros". Nick (Ryan Reynolds) y Haynes (Kevin Bacon) son dos policías que trabajan juntos desde hace años. La vida de Nick parece ser perfecta junto a su novia Julia (Stephanie Szostak) hasta que un día su amigo le pide que esconda en su patio trasero parte de un cargamento de oro que confiscaron en una operación reciente. Si bien en un principio decide ayudar a su compañero, Nick no está muy convencido de seguir adelante y le comunica su decisión de entregar el oro. En medio de una redada, Hayes lo asesina a traición con el fundamento de que el material no podía ingresar al departamento de policía y ser archivado como evidencia. En una secuencia visualmente impactante, Nick asciende al cielo y consigue que no se lo envíe al infierno a cambio de trabajar para el "Rest In Peace Department", que se encarga de perseguir a los no-muertos que permanecen ocultos en la tierra. Conocerá a Roy (Jeff Bridges) su hilarante y chapado a la antigua nuevo compañero de andanzas y juntos comenzarán a patrullar las calles. No tardarán en toparse con el famoso oro en cuestión y en darse cuenta que es solamente la punta visible de un macabro plan.
Como ya dije, el traspaso a la pantalla de la novela gráfica es bueno y el uso del CGI es correcto. En algunos momentos llega a ser excesivo, pero logra no sobrepasar el límite razonable. El guión es divertido y no pretende ser complejo ni intrincado, algo que ayuda a la dinámica de la película. La química entre Reynolds (que vuelve a hacer un papel decente tras su pésimo Hal Jordan en Green Lantern) y Bridges es óptima y logran hacer reír a la vez que le ponen el cuerpo a las escenas de acción y las persecuciones. Un Kevin Bacon relajado y divertido interpreta a un villano realmente particular y bastante bizarro. En fin, podemos decir que las actuaciones son buenas pero que no son profundas en lo absoluto, algo que tiene relación con lo liviano del guión que parece hecho para atraer a un público más que nada adolescente.
R.I.P.D es un filme que va a pasar sin pena ni gloria. Cumple con su objetivo de entretener, tiene un buen uso de los efectos especiales - que en un punto recubren toda la película- y las actuaciones son buenas, aunque la resolución de la historia es muy floja. Tal vez su peor pecado sea su superficialidad, su intento de convertirla en un filme para adolescentes y niños.
Puntaje: 6/10
domingo, 25 de agosto de 2013
Now You See Me
¿Que hay que decir cuando uno ve un filme que le parece perfecto? Sin dudas que es una pregunta difícil de contestar. Louis Leterrier dirigió 4 filmes en su carrera - antes del que nos compete en esta crítica- de los cuales dos (Danny The Dog y The Incredible Hulk) son muy buenos y dos (The Transporter 2 y Clash Of The Titans) no tan buenos. Pero hay un elemento que caracteriza a los 4 filmes que es la adrenalina constante. En cada uno de ellos, uno siente que se sube a una montaña rusa imparable que solamente termina con los créditos finales. Este es uno de los tantos elementos que hace de Now You See Me una película extremadamente entretenida, pero en este caso vienen acompañados por un muy buen guión y unas actuaciones excelentes con lo que se puede decir que estamos ante el mejor filme de Leterrier y ante una película de enorme calidad en general.
El argumento del filme gira alrededor de la genial frase "The closer you look, the less you'll actually see" (Mientras más cerca mires, menos va a ser lo que realmente veas) que es uno de los pilares de la magia y el ilusionismo. La secuencia de apertura nos muestra a 4 profesionales de la magia muy talentosos que viven de realizar shows en la calle y algunos lugares públicos cuyo sueño es llegar con su espectáculo a la cima del mundo. El experto en cartas J. Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), el mentalista Merrit McKinney (Woody Harrelson), la escapista Henley Reeves (Isla Fisher) y el mago callejero Jack Wilder (Dave Franco) son convocados por un misterioso personaje al que vemos de espaldas y con una capucha observándolos. Con el dinero del millonario dueño de una compañía de seguros Arthur Tressler (Michael Caine), montan un show en Las Vegas que promete cambiar el mundo de la magia. Se hacen llaman "Los 4 Jinetes" y en su primera presentación roban un banco en París y le entregan el dinero (en una lluvia muy cool) a todos los presentes en el teatro. Las alarmas suenan en el FBI que envía al agente Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) a investigar el asunto. Va a tener que trabajar, y contra su voluntad, con la agente francesa de Interpol Alma Dray (Melanie Laurent) para intentar descifrar cual es el real objetivo de estos 4 ilusionistas. En el medio también aparece Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), un ex mago que vive de desenmascarar los trucos de los demás profesionales debido a su fracaso personal. Con el correr de la historia, todos los personajes involucrados se darán cuenta que forman parte de algo que es mucho más grande que cada uno de ellos y que no puede ser detenido.
Visualmente, y sin estar plagado de escenas de acción, el filme es demasiado veloz hasta para los estándares de un filme como The Fast & The Furious. Las imágenes se suceden de un modo frenético y hay varias secuencias que son impecables. El robo al banco en París y la persecución automovilística en Nueva York son realmente impactantes. Ni que hablar de las demás escenas donde están involucrados los 4 profesionales de la magia y sus shows llenos de engaños visuales. El argumento funciona como una matrioska rusa o un juego de cajas chinas. Cada vez que uno cree haber resuelto una situación, aparece otra que en realidad era la que se debía atacar desde el comienzo. Es muy audaz y peligroso intentar construir un filme con un guión con tantas vueltas y engaños, pero Leterrier sale victorioso y logra colocar en pantalla un texto realmente difícil de seguir - no al nivel de complejidad a la larga impostada de Inception- hasta para un espectador muy atento.
Las actuaciones son otro de los puntos altos de Now You See Me. Mark Ruffalo y Melanie Laurent (la vimos en Inglorious Basterds como la genial nazi-killer Shoshanna) poseen una envidiable química. Su relación personal y profesional posee muchos sobresaltos y discusiones que son realmente hilarantes. Michael Caine aprueba en su rol extremadamente secundario de empresario amarrete y riega la pantalla con su simpatía británica. Morgan Freeman se mueve como pez en el agua en un rol que le viene como anillo al dedo. Construye un mago fracasado que supo tener éxito en su época pero que ahora busca destruir a cuanto talento aparezca por el showbusiness. Los 4 Jinetes son los que se llevan todas las palmas. Isla Fisher brilla en el rol de una fenomenal y muy copada escapista y además tiene muy buenas escenas junto a Woody Harrelson, que como de costumbre acapara con su talento e histrionismo las risas del espectador. Dave Franco sigue demostrando que es un actor muy versátil y que el ADN de su hermano corre por sus venas. Se aleja del tono jocoso habitual de sus personajes y compone a un joven mago sin recursos y golpeado por la realidad suyo sueño es ser famoso como sus 3 compañeros.
Pero el que se roba la película es el gran Jesse Eisenberg. Su Daniel Atlas habla mucho más rápido y es muchísimo más arrogante que su Mark Zuckerberg en The Social Network (otra de sus enormes interpretaciones). A sus 30 años, parece un veterano dentro de Hollywood. En Now You See Me logra mezclar su tono de comedia con la seriedad absoluta. Eisenberg es un actor que hace reír a carcajadas pero a la vez es dueño de un sentido del humor muy inteligente. También puede pasar de la expresión más alegre y jocosa al dolor o la depresión más absolutos, algo que se puede ver en filmes como Adventureland, Zombieland, Why Stop Now y, obviamente, en Now You See Me. Su talento no se limita a solamente un género y puedo afirmar que estamos ante uno de los grandes actores de este siglo.
Now You See Me es un efectivo filme que alcanza la excelencia. Posee un guión inteligente e intrincado a la vez, que se ve plasmado a la perfección en la pantalla. Logra convertir la frase "The closer you look, the less you'll actually see" en una película. Las actuaciones son geniales por donde se las mire y Jesse Eisenberg vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores de la actualidad. El final es realmente sorprendente y te deja pensando ¿Por qué no lo vi antes? La respuesta ya la conocemos todos. Dejen los prejuicios de lado y disfruten del show.
Puntaje: 10/10
El argumento del filme gira alrededor de la genial frase "The closer you look, the less you'll actually see" (Mientras más cerca mires, menos va a ser lo que realmente veas) que es uno de los pilares de la magia y el ilusionismo. La secuencia de apertura nos muestra a 4 profesionales de la magia muy talentosos que viven de realizar shows en la calle y algunos lugares públicos cuyo sueño es llegar con su espectáculo a la cima del mundo. El experto en cartas J. Daniel Atlas (Jesse Eisenberg), el mentalista Merrit McKinney (Woody Harrelson), la escapista Henley Reeves (Isla Fisher) y el mago callejero Jack Wilder (Dave Franco) son convocados por un misterioso personaje al que vemos de espaldas y con una capucha observándolos. Con el dinero del millonario dueño de una compañía de seguros Arthur Tressler (Michael Caine), montan un show en Las Vegas que promete cambiar el mundo de la magia. Se hacen llaman "Los 4 Jinetes" y en su primera presentación roban un banco en París y le entregan el dinero (en una lluvia muy cool) a todos los presentes en el teatro. Las alarmas suenan en el FBI que envía al agente Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) a investigar el asunto. Va a tener que trabajar, y contra su voluntad, con la agente francesa de Interpol Alma Dray (Melanie Laurent) para intentar descifrar cual es el real objetivo de estos 4 ilusionistas. En el medio también aparece Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), un ex mago que vive de desenmascarar los trucos de los demás profesionales debido a su fracaso personal. Con el correr de la historia, todos los personajes involucrados se darán cuenta que forman parte de algo que es mucho más grande que cada uno de ellos y que no puede ser detenido.
Visualmente, y sin estar plagado de escenas de acción, el filme es demasiado veloz hasta para los estándares de un filme como The Fast & The Furious. Las imágenes se suceden de un modo frenético y hay varias secuencias que son impecables. El robo al banco en París y la persecución automovilística en Nueva York son realmente impactantes. Ni que hablar de las demás escenas donde están involucrados los 4 profesionales de la magia y sus shows llenos de engaños visuales. El argumento funciona como una matrioska rusa o un juego de cajas chinas. Cada vez que uno cree haber resuelto una situación, aparece otra que en realidad era la que se debía atacar desde el comienzo. Es muy audaz y peligroso intentar construir un filme con un guión con tantas vueltas y engaños, pero Leterrier sale victorioso y logra colocar en pantalla un texto realmente difícil de seguir - no al nivel de complejidad a la larga impostada de Inception- hasta para un espectador muy atento.
Las actuaciones son otro de los puntos altos de Now You See Me. Mark Ruffalo y Melanie Laurent (la vimos en Inglorious Basterds como la genial nazi-killer Shoshanna) poseen una envidiable química. Su relación personal y profesional posee muchos sobresaltos y discusiones que son realmente hilarantes. Michael Caine aprueba en su rol extremadamente secundario de empresario amarrete y riega la pantalla con su simpatía británica. Morgan Freeman se mueve como pez en el agua en un rol que le viene como anillo al dedo. Construye un mago fracasado que supo tener éxito en su época pero que ahora busca destruir a cuanto talento aparezca por el showbusiness. Los 4 Jinetes son los que se llevan todas las palmas. Isla Fisher brilla en el rol de una fenomenal y muy copada escapista y además tiene muy buenas escenas junto a Woody Harrelson, que como de costumbre acapara con su talento e histrionismo las risas del espectador. Dave Franco sigue demostrando que es un actor muy versátil y que el ADN de su hermano corre por sus venas. Se aleja del tono jocoso habitual de sus personajes y compone a un joven mago sin recursos y golpeado por la realidad suyo sueño es ser famoso como sus 3 compañeros.
Pero el que se roba la película es el gran Jesse Eisenberg. Su Daniel Atlas habla mucho más rápido y es muchísimo más arrogante que su Mark Zuckerberg en The Social Network (otra de sus enormes interpretaciones). A sus 30 años, parece un veterano dentro de Hollywood. En Now You See Me logra mezclar su tono de comedia con la seriedad absoluta. Eisenberg es un actor que hace reír a carcajadas pero a la vez es dueño de un sentido del humor muy inteligente. También puede pasar de la expresión más alegre y jocosa al dolor o la depresión más absolutos, algo que se puede ver en filmes como Adventureland, Zombieland, Why Stop Now y, obviamente, en Now You See Me. Su talento no se limita a solamente un género y puedo afirmar que estamos ante uno de los grandes actores de este siglo.
Now You See Me es un efectivo filme que alcanza la excelencia. Posee un guión inteligente e intrincado a la vez, que se ve plasmado a la perfección en la pantalla. Logra convertir la frase "The closer you look, the less you'll actually see" en una película. Las actuaciones son geniales por donde se las mire y Jesse Eisenberg vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores de la actualidad. El final es realmente sorprendente y te deja pensando ¿Por qué no lo vi antes? La respuesta ya la conocemos todos. Dejen los prejuicios de lado y disfruten del show.
Puntaje: 10/10
viernes, 23 de agosto de 2013
Dracula 3D
Dario Argento es uno de los directores que más me gusta. Su manejo del suspense y su mezcla con el gore más sangriento son perfectos. Creo que tiene algunas películas que están cercanas a la categoría "obra maestra" dentro del género de terror como El Pájaro De Las Plumas de Cristal, 4 Plumas Sobre El Terciopelo Gris y Suspiria. Su catálogo es prácticamente impecable, pero es imposible no darse cuenta que desde su extraña y grotesca remake de El Fantasma De La Ópera en 1998 su trabajo no ha sido el mismo. Dejando de lado la excelente Mother Of Tears de 2007, los últimos filmes de Argento no han estado a la altura de su leyenda.
Dracula 3D vendría a estar dentro de esta lista de fallidos recientes del cineasta ítalo-argentino. Podríamos colocarlo a la par de su reinterpretación del Fantasma de la Ópera, pero sería injusto pues no se encuentra siquiera a la altura de esta regular película. Giallo (2009) había sido su último trabajo y el resultado fue más que decepcionante. Cuando escuché que el maestro iba a estar al frente de una versión de Drácula, admito que me entusiasmé a sobremanera. Pero me al terminar de ver el filme, me quedó la sensación de que lo mejor de su trabajo fue hace mucho tiempo y que, más allá de algunos momentos de lucidez momentánea, es muy difícil que retome esa senda de aquí al final de su próspera carrera.
La historia gira alrededor del mito original de Dracula y agrega un par de elementos que a decir verdad no están para nada mal y son tal vez lo más acertado. El primer gran problema es que las actuaciones son desganadas y apenas si logran sostener el cansino y previsible guión. Asia Argento sigue demostrando que no actúa solo por ser la hija del director y cumple con el rol de mejor amiga de Mina Harker (una insípida Marta Gastini). Pero su performance - como todo el filme, algo que no es su culpa- parece improvisada y de no ser por su talento su personaje sería intrascendente. Thomas Kretschmann (mediocre actor al que jamás habría elegido si hubiese tenido ese poder) se encarga de personificar al Conde Drácula, en una de las más ridículas versiones de este que se hayan visto en la historia del cine. Alcanza con decir que lo mejor de sus movimientos se ve cuando se convierte en algún animal (siendo una gran mantis el más bizarro y gracioso de todos) para transportarse, espiar a sus potenciales víctimas o atacar cuando nadie lo espera. Van Helsing quedó en manos de Rutger Hauer (célebre actor secundario que ha poblado cuanta película pudo en los últimos 30 años) que sin brillar logra la actuación más pareja de la cinta. Es por lejos el personaje que mejor respeta a su original y le suma algunos virtuosos movimientos de combate que son hilarantes. El segundo desacierto es la escenografía, que es indigna de un director con el palmares de Dario Argento. Este buscó que Dracula 3D parezca un filme de los 70' y si bien logra parcialmente recrear esa estética, para el espectador todo termina siendo una mera y burda imitación. Cuando vemos los escenarios armados de una manera tan amateur, no pensamos que es un filme viejo sino uno actual que busca serlo. Ni siquiera nos da pie para relacionarlo con un filme Clase B porque tampoco le da el cuero. El vestuario si es muy bueno pero queda a mitad de camino por todo lo que acabo de decir. El tercer pecado de la película es el excesivo - y trash- uso del CGI (los efectos especiales) y consecuentemente el pésimo aprovechamiento del 3D. Hay muchos pasajes, comenzando por los títulos iniciales, que parecen directamente sacados de un juego de computadora malo y de hace 20 años. Párrafo aparte para las grotescas transformaciones de Dracula (atención con la mantis asesina ya mencionada y con el lobo que son realmente un papelón), para los repentinos y veloces ataques que intentan hacer saltar de la butaca al espectador pero solo logran causarle mucha risa y para las muertes de los vampiros que hacen que, y con esto digo todo, Crepúsculo parezca una opción más que razonable si a uno le gusta el cine plagado de chupasangres.
Dracula 3D es otro doloroso paso en falso de un gran director. Dario Argento debería replantearse lo que resta de su carrera y de aquí en más ir a lo seguro. Su intento experimental no logra dar en la tecla y no acierta siquiera en lo grotesco y lo trash que suelen ser dos puntales dentro de su trabajo. Ni que hablar del suspense, que no aparece ni para decir hola durante la interminable hora y media que dura el filme. Queda claro que no busca ser un filme serio y que apunta a causar un poco de gracia, pero ni eso consigue. Una verdadera lástima.
Puntaje: 3/10
sábado, 10 de agosto de 2013
Drinking Buddies
Tengo que ser honesto: no soy un gran fanático de las comedias románticas, no me parecen la gran cosa aunque es innegable que hubo algunas que me han hecho reír bastante. Como género me parece demasiado repetitivo, siempre centrado en la idea de un conflicto que es un cliché en sí mismo y una resolución feliz donde hasta lo que parece imposible de resolver sale bien. Hace unos días estaba recorriendo los sitios y blogs de cine que tengo marcados en mi lista de favoritos y en Micropsia (el blog de Diego Lerer dentro de la página Otros Cines) me encontré con una crítica de Drinking Buddies, el último filme del director ultra-independiente Joe Swanberg. Había escuchado cosas de este filme y no me había generado mayor interés ya que parecía una comedia romántica más. Pero la excelente crítica de Lerer hizo que buscara el filme y me sentara pacientemente a verlo. Para mi sorpresa, me vi disfrutando de una excelente película que es un tratado acerca de las relaciones sentimentales con algún que otro chiste en el medio (lo divertido no es la esencia, no busca ser una comedia).
No voy a hacerme el experto en lo referido a este director. La realidad es que en mi vida había visto un filme de Swanberg que por lo general expone en festivales y en el circuito Indie de los Estados Unidos. Según lo que averigüe, Drinking Buddies es su primer filme en el mainstream hollywoodense. Lo prueban la calidad visual de la película, el sólido guión y las muy buenas actuaciones de parte de actores que son estrellas hace tiempo y que están muy lejos del semi-profesionalismo.
Kate (Olivia Wilde) es gerente en una empresa de cerveza artesanal que está dando sus primeros pasos con éxito en el mercado. Luke (Jake Johnson) es un empleado de la fábrica y posee una relación de amistad muy fuerte con Kate. Con el correr de los primeros minutos, vemos que estos dos amigos son tal para cual y da la sensación de que son una pareja. Pero rápidamente nos damos cuenta de que la situación en sí es bastante más complicada: Kate hace 6 meses que está de novia de Chris (Ron Livingston), un productor de música muy exitoso al cual le tiene mucho cariño. Su relación es extraña y él parece un poco distante, tal vez por el simple hecho de que son dos personas demasiado diferentes. Ella es la típica hipster y él es el típico acartonado pseudo-intelectual que la mira desde una posición - disimulada- de superioridad. Luke, que es idéntico a Kate en cuanto a personalidad, está en pareja hace 6 años con Jill (Anna Kendrick) una joven mujer que parece mucho más vieja de lo que realmente es. No posee ni el carisma ni el look de Kate y busca solamente asentarse, casarse y formar una familia - algo a lo que Luke le rehuye continuamente-. Cuando los 4 coinciden en un fin de semana en una cabaña alejada de la ciudad, la química cruzada entre las parejas hace que todo comience a caer por el barranco. Estamos ante dos parejas que son bastante disfuncionales cada una y que poseen su verdadera "media naranja" en la pareja contraria. Lo que en el ajedrez se solucionaría con un simple enroque, en la vida real es muchísimo más difícil de resolver y puede lastimar a muchas personas. Alrededor de esta idea gira la historia que por suerte logra alejarse, y por mucho, del estereotipo que describí renglones arriba para borrarlo por completo.
La tensión sexual entre Kate y Luke está presente desde el primer momento, y el hecho de que nunca llegue a concretarse - aunque amaga demasiadas veces- la hace insufrible. Como espectador, desde la segunda escena que estaba rogando por el beso entre estos dos personajes. En cambio, la conexión entre Chris y Jill es más una cuestión de momento y tiene que ver con el hecho de que ambos tienen muchas dudas respecto al futuro inmediato de sus relaciones (algo que no pasa del otro lado, donde se trata más de una relación de amigos que saben que quieren al otro pero deciden no hacer nada y ser felices con ello). El conflicto significativo del filme comienza cuando, tras ese fin de semana, Chris deja abruptamente a Kate y desata un huracán que amenaza con destruir la relación entre ella y Luke.
Las actuaciones son muy buenas en general, pero Olivia Wilde y Jake Johnson (los famosos drinking buddies) se llevan todas las miradas y aplausos. Ambos componen a dos personajes realmente simpáticos con los que a uno le gustaría salir a divertirse y tomar unas cervezas. Se dicen todo con la mirada y le ponen perfectamente el cuerpo a los momentos de mayor tensión (tanto sexual como romántica) que hay en la película. En total no hay más de 6 personajes y 5 escenografías y aún así la historia atrapa. El desenvolvimiento de las situaciones es muy bueno y todo fluye aún en los momentos más dolorosos. El final puede decepcionar a los fanáticos de la comedia romántica, ya que es todo lo contrario a lo que están acostumbrados. Aún así, el mensaje que queda es positivo: tal vez uno no sabe que hacer en este momento, pero a veces con una mirada alcanza para saber que si las cosas siguen así tarde o temprano los caminos se cruzarán definitivamente. Mucho drama y muy poca comedia en Drinking Buddies, un excelente debut de Joe Swanberg en las ligas mayores.
Puntaje: 8.5/10
No voy a hacerme el experto en lo referido a este director. La realidad es que en mi vida había visto un filme de Swanberg que por lo general expone en festivales y en el circuito Indie de los Estados Unidos. Según lo que averigüe, Drinking Buddies es su primer filme en el mainstream hollywoodense. Lo prueban la calidad visual de la película, el sólido guión y las muy buenas actuaciones de parte de actores que son estrellas hace tiempo y que están muy lejos del semi-profesionalismo.
Kate (Olivia Wilde) es gerente en una empresa de cerveza artesanal que está dando sus primeros pasos con éxito en el mercado. Luke (Jake Johnson) es un empleado de la fábrica y posee una relación de amistad muy fuerte con Kate. Con el correr de los primeros minutos, vemos que estos dos amigos son tal para cual y da la sensación de que son una pareja. Pero rápidamente nos damos cuenta de que la situación en sí es bastante más complicada: Kate hace 6 meses que está de novia de Chris (Ron Livingston), un productor de música muy exitoso al cual le tiene mucho cariño. Su relación es extraña y él parece un poco distante, tal vez por el simple hecho de que son dos personas demasiado diferentes. Ella es la típica hipster y él es el típico acartonado pseudo-intelectual que la mira desde una posición - disimulada- de superioridad. Luke, que es idéntico a Kate en cuanto a personalidad, está en pareja hace 6 años con Jill (Anna Kendrick) una joven mujer que parece mucho más vieja de lo que realmente es. No posee ni el carisma ni el look de Kate y busca solamente asentarse, casarse y formar una familia - algo a lo que Luke le rehuye continuamente-. Cuando los 4 coinciden en un fin de semana en una cabaña alejada de la ciudad, la química cruzada entre las parejas hace que todo comience a caer por el barranco. Estamos ante dos parejas que son bastante disfuncionales cada una y que poseen su verdadera "media naranja" en la pareja contraria. Lo que en el ajedrez se solucionaría con un simple enroque, en la vida real es muchísimo más difícil de resolver y puede lastimar a muchas personas. Alrededor de esta idea gira la historia que por suerte logra alejarse, y por mucho, del estereotipo que describí renglones arriba para borrarlo por completo.
La tensión sexual entre Kate y Luke está presente desde el primer momento, y el hecho de que nunca llegue a concretarse - aunque amaga demasiadas veces- la hace insufrible. Como espectador, desde la segunda escena que estaba rogando por el beso entre estos dos personajes. En cambio, la conexión entre Chris y Jill es más una cuestión de momento y tiene que ver con el hecho de que ambos tienen muchas dudas respecto al futuro inmediato de sus relaciones (algo que no pasa del otro lado, donde se trata más de una relación de amigos que saben que quieren al otro pero deciden no hacer nada y ser felices con ello). El conflicto significativo del filme comienza cuando, tras ese fin de semana, Chris deja abruptamente a Kate y desata un huracán que amenaza con destruir la relación entre ella y Luke.
Las actuaciones son muy buenas en general, pero Olivia Wilde y Jake Johnson (los famosos drinking buddies) se llevan todas las miradas y aplausos. Ambos componen a dos personajes realmente simpáticos con los que a uno le gustaría salir a divertirse y tomar unas cervezas. Se dicen todo con la mirada y le ponen perfectamente el cuerpo a los momentos de mayor tensión (tanto sexual como romántica) que hay en la película. En total no hay más de 6 personajes y 5 escenografías y aún así la historia atrapa. El desenvolvimiento de las situaciones es muy bueno y todo fluye aún en los momentos más dolorosos. El final puede decepcionar a los fanáticos de la comedia romántica, ya que es todo lo contrario a lo que están acostumbrados. Aún así, el mensaje que queda es positivo: tal vez uno no sabe que hacer en este momento, pero a veces con una mirada alcanza para saber que si las cosas siguen así tarde o temprano los caminos se cruzarán definitivamente. Mucho drama y muy poca comedia en Drinking Buddies, un excelente debut de Joe Swanberg en las ligas mayores.
Puntaje: 8.5/10
viernes, 9 de agosto de 2013
The Punisher y Venom: El Renacimiento
Adi Shankar es un productor de cine que ha estado detrás de varios proyectos de muy buena calidad como Machine Gun Preacher y Dredd (la excelente remake, no el fiasco original con Stallone) y de otros razonables aunque no deslumbrantes, en mi opinión al menos, como Killing Them Softly - Brad Pitt y James Gandolfini la descosen pero la película es demasiado lenta- y Broken City - un filme sin sentido ni ritmo más allá de lo que hace el gran Mark Wahlberg para levantarlo-. Este año ha producido dos cortos de menos de veinte minutos de duración donde retoma y reinventa a Venom y a The Punisher, dos de los personajes más oscuros del universo Marvel, que habían sido bastardeados en dos filmes recientes (The Punisher de 2004 y Spider Man 3 de 2007).
El primer corto, dirigido y escrito por Joe Lynch, se llama Venom: Truth In Journalism y nos muestra un día en la vida de Eddie Brock - caracterizado de una manera genial por Ryan Kwanten- que decide darle a un equipo de televisión francesa una exclusiva y poder pasar un día con él. Vemos el recorrido de Brock por las calles más sucias y peligrosas de Nueva York buscando noticias que superan por mucho el límite del buen gusto y hasta del amarillismo. También lo vemos en su casa ejercitando y despotricando odiosa y continuamente contra Spider Man. El retrato de un hombre cruel y sádico esta perfectamente realizado y la verdad sale a la luz al final del corto. Es una obligación quedarse tras los créditos pues hay una sorpresa muy grande para los fanáticos, que nos retrotrae a otro personaje destruido por el cine: DareDevil.
Venom: Truth In Journalism corrige todos los errores de Spider Man 3 respecto a la caracterización tanto de la persona como del monstruo. Vemos como Brock y Venom son la misma persona a todo momento. La construcción del personaje es excelente y tiene el ritmo perfecto. Esta cinta se revuelca en la mugre y el barro para dejar una imagen idéntica a la del comic, es decir la que es correcta y la única válida. Tal vez el peor error de su director Sam Raimi fue la elección del actor Topher Grace que entregó una performance lamentable. Y ni que hablar del Venom desgarbado que inventó, porque estoy seguro de que en ningún comic tiene tan pobre fisionomía. Nobleza obliga, debo decir que la historia en sí del origen de este villano no estaba mal contada, pero tuvo estos dos groseros errores que la empañaron por completo. Esos problemas quedan remedados aquí con la elección de Ryan Kwanten para interpretar a Eddie Brock y un guión sólido, con mucho ritmo y sangre que hace justicia con esta leyenda.
El segundo filme esta dirigido por Phil Joanou y escrito por Chad St. John y se titula The Punisher: Dirty Laundry. El rol de Frank Castle cae nuevamente - y de forma correcta- sobre Thomas Jane, el mismo protagonista del fallido filme de 2004. Esta aclaración es importante, ya que Jane estuvo muy bien pero el filme desbarrancó seriamente más que nada debido a su historia central y a un muy bizarro John Travolta como antagonista principal de nuestro vigilante. Jane, como buen fanático, quería darle una re interpretación al personaje que hiciera justicia con él de una vez por todas. El soundtrack de los 10 minutos les va a sonar conocido: es la muy buena canción de apertura de Batman: The Dark Knight. El ritmo es también ideal y vemos como un grupo de traficantes de droga llega a un barrio marginal para golpear mujeres e intentar que un niño ingrese en su banda delictiva. Frank Castle duerme en su camioneta en esa calle y esa mañana se levanta para lavar la ropa. Ve lo que sucede pero no se involucra, aunque de a poco se va acercando al lugar de los hechos. Sangre, huesos rotos y una pregunta circunstancial: ¿Conoces la diferencia entre justicia y castigo? El final es a toda orquesta y con un rediseño de la calavera que es increíble. Párrafo aparte para la intervención de Ron Pearlman que es demasiado buena.
The Punisher (2004) no fue un buen filme, pero Thomas Jane nos entregó una muy buena actuación que estuvo a la altura de las circunstancias. Si bien en Punisher: War Zone (2008) - que a mi me encantó y mucho-, Ray Stevenson logró traer de vuelta al viejo Punisher que todos conocemos en una película repleta de violencia, sangre y balas, The Punisher: Dirty Laundry logra reinventar al personaje por completo. En ese sentido creo que Jane merece otra oportunidad de ponerse la remera de la calavera y salir a castigar a los criminales más jodidos de la ciudad. No va a la acción directamente y crea una atmósfera llena de tensión, que se resuelve de manera magistral. Dicen que hay un nuevo filme de Punisher en gateras; esperemos que no sean solo rumores.
Adi Shankar, los directores y los actores realizan un muy buen trabajo en ambos cortometrajes y demuestran la calidad de su trabajo. Nosotros los fanáticos, muy agradecidos. Esperemos que hay mucho más. Les dejo ambos cortos para que disfruten.
Venom: Truth In Journalism:
The Punisher: Dirty Laundry:
.jpg)
Venom: Truth In Journalism corrige todos los errores de Spider Man 3 respecto a la caracterización tanto de la persona como del monstruo. Vemos como Brock y Venom son la misma persona a todo momento. La construcción del personaje es excelente y tiene el ritmo perfecto. Esta cinta se revuelca en la mugre y el barro para dejar una imagen idéntica a la del comic, es decir la que es correcta y la única válida. Tal vez el peor error de su director Sam Raimi fue la elección del actor Topher Grace que entregó una performance lamentable. Y ni que hablar del Venom desgarbado que inventó, porque estoy seguro de que en ningún comic tiene tan pobre fisionomía. Nobleza obliga, debo decir que la historia en sí del origen de este villano no estaba mal contada, pero tuvo estos dos groseros errores que la empañaron por completo. Esos problemas quedan remedados aquí con la elección de Ryan Kwanten para interpretar a Eddie Brock y un guión sólido, con mucho ritmo y sangre que hace justicia con esta leyenda.
El segundo filme esta dirigido por Phil Joanou y escrito por Chad St. John y se titula The Punisher: Dirty Laundry. El rol de Frank Castle cae nuevamente - y de forma correcta- sobre Thomas Jane, el mismo protagonista del fallido filme de 2004. Esta aclaración es importante, ya que Jane estuvo muy bien pero el filme desbarrancó seriamente más que nada debido a su historia central y a un muy bizarro John Travolta como antagonista principal de nuestro vigilante. Jane, como buen fanático, quería darle una re interpretación al personaje que hiciera justicia con él de una vez por todas. El soundtrack de los 10 minutos les va a sonar conocido: es la muy buena canción de apertura de Batman: The Dark Knight. El ritmo es también ideal y vemos como un grupo de traficantes de droga llega a un barrio marginal para golpear mujeres e intentar que un niño ingrese en su banda delictiva. Frank Castle duerme en su camioneta en esa calle y esa mañana se levanta para lavar la ropa. Ve lo que sucede pero no se involucra, aunque de a poco se va acercando al lugar de los hechos. Sangre, huesos rotos y una pregunta circunstancial: ¿Conoces la diferencia entre justicia y castigo? El final es a toda orquesta y con un rediseño de la calavera que es increíble. Párrafo aparte para la intervención de Ron Pearlman que es demasiado buena.
The Punisher (2004) no fue un buen filme, pero Thomas Jane nos entregó una muy buena actuación que estuvo a la altura de las circunstancias. Si bien en Punisher: War Zone (2008) - que a mi me encantó y mucho-, Ray Stevenson logró traer de vuelta al viejo Punisher que todos conocemos en una película repleta de violencia, sangre y balas, The Punisher: Dirty Laundry logra reinventar al personaje por completo. En ese sentido creo que Jane merece otra oportunidad de ponerse la remera de la calavera y salir a castigar a los criminales más jodidos de la ciudad. No va a la acción directamente y crea una atmósfera llena de tensión, que se resuelve de manera magistral. Dicen que hay un nuevo filme de Punisher en gateras; esperemos que no sean solo rumores.
Adi Shankar, los directores y los actores realizan un muy buen trabajo en ambos cortometrajes y demuestran la calidad de su trabajo. Nosotros los fanáticos, muy agradecidos. Esperemos que hay mucho más. Les dejo ambos cortos para que disfruten.
Venom: Truth In Journalism:
The Punisher: Dirty Laundry:
jueves, 8 de agosto de 2013
Frankenstein's Army
Este filme nunca va a llegar a nuestros cines. Es muy probable que ni siquiera tenga una salida en DVD o Blu-Ray en nuestro país. Es algo completamente lógico ya que hasta en los Estados Unidos posee una salida acotada en selectas salas de cine (sistema On-Demand). Dirigido por Chris Raaphorst, Frankenstein's Army es un delirio absoluto, lleno del gore más vomitivo que vi en mi vida (y eso que amo estos filmes y no soy para nada sensible) que muestra las desventuras de un grupo de soldados soviéticos que durante el final de la Segunda Guerra Mundial se encuentran avanzando sobre territorio alemán.
Cuando la Alemania de Hitler está a punto de caer, un equipo especial soviético recorre terreno enemigo para poder terminar con los últimos focos de resistencia. Llevan con ellos a un camarógrafo enviado por el mismo Stalin para filmar todo el recorrido y utilizarlo como propaganda bélica. Durante el camino se topan con algunos restos de batallones nazis que vencen con facilidad. El problema es que en un determinado momento, ya no saben bien en que lugar del mapa se encuentran y el radio posee una extraña interferencia que impide las comunicaciones con el cuartel central en la URSS (muy graciosamente llamada "La Madre"). En el camino, se topan con un convento - que era en realidad una base alemana muy celosamente protegida por baterías anti-aéreas- que acaba de ser atacado por la artillería aliada. Los soldados ingresan determinados a terminar con el trabajo y llevarse todas las provisiones que puedan encontrar. En los alrededores, hay cuerpos quemados y tumbas abiertas, preludio del infierno al que están por adentrarse. Allí dentro se encontraran con una pesadilla pergeñada por Hitler como último recurso para ganar la guerra. El sádico y loco Doctor Viktor Frankenstein (Karel Roden) ha convertido los cuerpos de los soldados caídos - y también de los heridos- en monstruosas creaciones mitad máquina mitad humano que solo responden a su comando.
Frankenstein's Army es otro filme dentro de los géneros "cámara en mano" y "found footage". La persona que no guste de cualquiera de los dos, no debe siquiera molestarse en ver la película. Es otra hora y media de cámaras Super 8 temblando que en cuanto a lo fílmico no agrega nada nuevo. Comete el típico error de confundir la lente con el ojo humano y es por ello que, por ejemplo luego de una explosión cercana a la cámara, escuchamos el pitido del tímpano lastimado (algo que en realidad no debería estar presente). Las actuaciones de los soldados soviéticos es muy pobre, aunque no es un guión que profundice en los personajes por ende no se los puede culpar por su mínima labor. El único que sobresale dentro de esta mediocridad es Karel Roden - con su completamente loco y convencido de que está revolucionando el mundo- Viktor Frankenstein cuya intención es que su trabajo quede grabado para la posteridad.
El gore es muy bueno y sobrepasa todo tipo de límite. La escena de la cirugía de cerebro es demasiado real y puede generar náuseas y una sensación rara en la cabeza hasta a los mayores fanáticos del género. Párrafo muy aparte para los monstruos, que son una creación macabra y sensacional y por ende lo mejor de la película. Ver a un cuerpo humano con una hélice de avión como cabeza, a hombres con cuchillas, taladros eléctricos, martillos en lugar de manos, a un hombre muy similar a una araña entre tantas otras "obras" es francamente impactante y en esos momentos uno logra colocarse en la piel de los soldados y quiere salir corriendo como ellos. Y es aquí donde acierta el filme, pues sin el uso del CGI trae a la vida a criaturas espeluznantes que nos recuerdan a los viejos monstruos de antaño. El guión es lento y aburrido en los primeros 40 minutos e intenta crear una atmósfera que nunca llega. Cuando va directo a la acción, a la sangre y a las bestias de Frankenstein mejora bastante y se convierte en una visita guiada a la Tiendita del Horror.
Frankenstein's Army entrega a medias lo que uno va a buscar. Los altos - y buenos- niveles de violencia y sangre se ven contrarrestados por un guión predecible y bastante básico. Karel Roden y sus monstruos salvan las papas, logrando levantar un filme que me había generado expectativas y estuvo demasiado cerca de decepcionarme.
Puntaje: 5.5/10
miércoles, 7 de agosto de 2013
Snitch
Basada en hechos reales y dirigida por Ric Roman Waughn, llega este Jueves a la cartelera nacional Snitch o El Infiltrado. Primero debo decir que es la primera traducción de un título que me parece correcta en mucho tiempo. Segundo, que es un filme que aparenta ser otra cinta de acción con Dwayne Johnson al frente disparando y peleando pero es exactamente lo contrario. Y justamente por eso es más que buena, porque saca por completo al muy buen actor que este héroe de acción tiene adentro suyo.
La historia tiene un mensaje claro acerca de la droga, pero toma el camino de la crítica política. Al parecer, con las nuevas leyes anti-droga, en los Estados Unidos una persona que trafica una mínima cantidad de marihuana puede ir preso por mucho más tiempo que un violador - aunque puede reducir su sentencia si colabora como soplón-. John Matthews (Dwayne Johnson) es un empresario respetable que es dueño de una empresa de transportes. Posee una hermosa casa y una igual de hermosa familia. Todo parece perfecto en la vida de este buen hombre. Pero un día su ex-esposa lo llama para decirle que Jason (Rafi Gavron) su (otro) hijo esta encarcelado bajo la acusación de traficar drogas - un socio suyo fue presionado por la DEA y lo delató para reducir su sentencia-. Aparece en juego la Fiscal del Distrito Joanne Keeghan (Susan Sarandon) que lo único que busca es ser reelecta en las próximas elecciones. Le propone a Matthews que su hijo colabore con la DEA y entregue a todas las personas que pueda. Ante la negativa de este a tender una trampa a sus amigos, John decide actuar por su cuenta y contacta Daniel James (John Bernthal) un ex-convicto que trabaja para él para poder involucrarse en el mundo de las drogas y llevarle a la Fiscal lo que ella quiere. Las cosas comienzan a complicarse ya que John llega a la punta de la pirámide velozmente. Ahora tienen la posibilidad de atrapar a uno de los traficantes más buscados.
Snitch es un buen filme dramático que sostiene la atmósfera de una manera correcta. Si bien la resolución es obvia y un tanto apresurada, el resultado final es bueno. Dwayne Johnson entrega una actuación muy sentida, siendo el mejor trabajo que realizó en su fructífera carrera. La tensión y la angustia de este padre desesperado se reflejan en cada músculo de su cara. Pero creo que verlo dando un par de buenos golpes no hubiese estado mal. Este es el paso que le faltaba para dejar atrás a "The Rock" de una vez por todas y hacerse un nombre que vaya más allá de la acción pura y la comedia infantil (tal vez aquí sea donde están sus peores registros). Susan Sarandon realiza un muy buen trabajo como una Fiscal inescrupulosa y poco ética. Barry Pepper está excelente como el Agente Cooper de la DEA curtido, pero muy humano que busca proteger a toda costa a John de las garras de los intereses políticos. Gran trabajo también de John Bernthal en la piel de un ex-convicto desesperado que no le queda otra que ayudar a su jefe ante sus dificultades económicas. Su recompensa llega al final del filme. Los dos narcotraficantes Malik y Juan Carlos "El Topo" Pintera son interpretados sobriamente por Michael K. Williams y Benjamin Pratt (aquí me permito tomar prestado el argumento del excelente crítico de cine Matías Orta que dice que no siguen el estereotipo de narco habitual en Hollywood).
Snitch entrega mucho drama y tensión, pero poca acción. La actuación de Dwayne Johnson es consagratória y el resto del elenco esta a la altura. Lo negativo es que el guión es bastante predecible y que deriva en el típico final lleno de esperanzas y sonrisas cuando durante la película se mostró un mundo que es totalmente lo contrario. Podría haber profundizado un poco más en el tema de la frontera México-EEUU pero lo único que hace es apurar el cierre en los últimos 20 minutos. No hay dudas de que Snitch es un filme normal, un pseudo-thriller con algunas escenas violentas, pero las muy buenas actuaciones lo logran sacar de esa media.
Puntaje: 7/10
La historia tiene un mensaje claro acerca de la droga, pero toma el camino de la crítica política. Al parecer, con las nuevas leyes anti-droga, en los Estados Unidos una persona que trafica una mínima cantidad de marihuana puede ir preso por mucho más tiempo que un violador - aunque puede reducir su sentencia si colabora como soplón-. John Matthews (Dwayne Johnson) es un empresario respetable que es dueño de una empresa de transportes. Posee una hermosa casa y una igual de hermosa familia. Todo parece perfecto en la vida de este buen hombre. Pero un día su ex-esposa lo llama para decirle que Jason (Rafi Gavron) su (otro) hijo esta encarcelado bajo la acusación de traficar drogas - un socio suyo fue presionado por la DEA y lo delató para reducir su sentencia-. Aparece en juego la Fiscal del Distrito Joanne Keeghan (Susan Sarandon) que lo único que busca es ser reelecta en las próximas elecciones. Le propone a Matthews que su hijo colabore con la DEA y entregue a todas las personas que pueda. Ante la negativa de este a tender una trampa a sus amigos, John decide actuar por su cuenta y contacta Daniel James (John Bernthal) un ex-convicto que trabaja para él para poder involucrarse en el mundo de las drogas y llevarle a la Fiscal lo que ella quiere. Las cosas comienzan a complicarse ya que John llega a la punta de la pirámide velozmente. Ahora tienen la posibilidad de atrapar a uno de los traficantes más buscados.
Snitch es un buen filme dramático que sostiene la atmósfera de una manera correcta. Si bien la resolución es obvia y un tanto apresurada, el resultado final es bueno. Dwayne Johnson entrega una actuación muy sentida, siendo el mejor trabajo que realizó en su fructífera carrera. La tensión y la angustia de este padre desesperado se reflejan en cada músculo de su cara. Pero creo que verlo dando un par de buenos golpes no hubiese estado mal. Este es el paso que le faltaba para dejar atrás a "The Rock" de una vez por todas y hacerse un nombre que vaya más allá de la acción pura y la comedia infantil (tal vez aquí sea donde están sus peores registros). Susan Sarandon realiza un muy buen trabajo como una Fiscal inescrupulosa y poco ética. Barry Pepper está excelente como el Agente Cooper de la DEA curtido, pero muy humano que busca proteger a toda costa a John de las garras de los intereses políticos. Gran trabajo también de John Bernthal en la piel de un ex-convicto desesperado que no le queda otra que ayudar a su jefe ante sus dificultades económicas. Su recompensa llega al final del filme. Los dos narcotraficantes Malik y Juan Carlos "El Topo" Pintera son interpretados sobriamente por Michael K. Williams y Benjamin Pratt (aquí me permito tomar prestado el argumento del excelente crítico de cine Matías Orta que dice que no siguen el estereotipo de narco habitual en Hollywood).
Snitch entrega mucho drama y tensión, pero poca acción. La actuación de Dwayne Johnson es consagratória y el resto del elenco esta a la altura. Lo negativo es que el guión es bastante predecible y que deriva en el típico final lleno de esperanzas y sonrisas cuando durante la película se mostró un mundo que es totalmente lo contrario. Podría haber profundizado un poco más en el tema de la frontera México-EEUU pero lo único que hace es apurar el cierre en los últimos 20 minutos. No hay dudas de que Snitch es un filme normal, un pseudo-thriller con algunas escenas violentas, pero las muy buenas actuaciones lo logran sacar de esa media.
Puntaje: 7/10
martes, 6 de agosto de 2013
The Conjuring
The Conjuring es un muy buen filme que explota dos sub-géneros del terror: el de la casa embrujada y el del exorcismo. No es noticia que ambos han sido fuente de éxito para muchos directores, aunque hasta hace poco se encontraban bastante bastardeados por filmes mediocres que podían hacer todo - desde dar asco hasta hacer reír- menos entregar una historia decente y asustar de verdad. Y cuando hablo de sustos, debe quedar en claro que no me refiero a los golpes de efecto típicos (silencio de entierro seguido por una aparición) sino a la construcción de una atmósfera escalofriante que lleve al espectador al punto de estar realmente asustado sin haber siquiera mostrado un demonio, fantasma, niño/a poseído/a y todo lo que se les pueda ocurrir - y que seguramente ya han visto-. Hasta que un día llego el malasio James Wan con Dead Silence (2007), un filme con un guión simple acerca de un muñeco ventrílocuo maldito que buscaba vengarse de una familia eliminando a todos sus miembros para cortar con su linaje. Si bien no fue una obra maestra, se puede decir que superó la media dentro del género en ese momento. Wan venía con pergaminos tras haber dirigido la primera - y la única que es muy buena y original- Saw (el resto de la saga solo fue productor ejecutivo) y su primer proyecto dentro de esta categoría de películas alcanzó las expectativas. Un año más tarde, dirigió Death Sentence un muy buen filme de venganza protagonizado por Kevin Bacon y así terminó de asentarse en Hollywood. Tres años pasaron hasta que volvió a sentarse en la famosa sillita, y sin dudas que valió la pena la espera. Insidious (2010) es una obra que en mi opinión refunda en género: le devuelve lo grotesco que lleva a la risa sin pasarse del límite y produce una excelente fusión entre lo religioso, lo fantasioso y lo fantasmagórico. La crítica recibió con muchos elogios el filme y es por ello que una segunda parte esta por estrenarse dentro de muy poco tiempo. Pero antes de ello, Wan revolvió los expedientes de Ed y Lorraine Warren (dos reconocidos investigadores de lo paranormal en cuyas experiencias se basan el libro y el filme The Amityville Horror) y filmó The Conjuring. El resultado final es muy positivo y como filme de terror vuelve a marcar un camino a seguir. Agrego que el hecho de que este basado en una experiencia real funciona ya que la historia es muy potente y no posee los excesos que se dan en este tipo de filmes ya que sigue las anotaciones de los Warren al pie de la letra.
El guión consiste en dos historias que suceden en paralelo y que se terminan irremediablemente cruzando. Por un lado tenemos la historia de los Ed Warren (Patrick Wilson) y Lorraine Warren (Vera Farmiga) que viajan por el país dando conferencias de prensa acerca de todos los casos de fenómenos paranormales que han presenciado. Hacen hincapié en la investigación acerca de la muñeca Anabelle que sirvió como elemento para que una entidad demoníaca pueda intentar poseer a una joven muchacha. Esa misma muñeca descansa en el museo que los Warren tienen en su casa y es una de las inquietudes más grandes de todos los curiosos y periodistas. Por el otro lado, está la familia Perron: Carolyn (Lili Taylor en un rol físico y que le viene como anillo al dedo), Roger (Ron Livingston) y sus cinco hijos. Estamos en 1971 y se han mudado a una vieja casona en una granja en Rhode Island para alejarse de los ruidos de la ciudad. La consiguieron a un precio demasiado barato en una subasta anónima realizada por un banco. Esto tal vez sea lo único previsible del filme y que es una marca registrada para presentar una casa embrujada. El primer hecho anómalo que notan es que todos los relojes de la casa se detienen exactamente a las 3:07 de la madrugada. Carolyn amanece con extraños moretones y comienza a escuchar varios ruidos que rompen la tranquilidad y el silencio del campo. Cuando la situación comienza a complicarse, acude desesperada a los Warren para que vayan a revisar la casa. Estos acceden, aunque con dudas pues el último caso que trataron dejó en Lorraine secuelas en apariencia irreversibles. No tardan en darse cuenta que en el pasado sucedió algo terrible en la casa y que eso nunca se ha ido. Deberán actuar rápidamente antes de que sea demasiado tarde.
The Conjuring tiene un desarrollo lento que llega de a poco al terror más puro. La atmósfera es fría y oscura y su construcción es perfecta. Espera para llegar a la parte de la acción y desarrolla sin apuro todos los personajes y sus historias. Podemos decir que es similar a Insidious en este punto, pero que a su vez soluciona algunos baches de guión que esta había suplido con la fantasía del rescate del hijo en ese extraño y macabro universo paralelo. La estética es impecable, y se ve que desde Saw y Dead Silence Wan (por suerte) no ha dejado de colocar muñecos siniestros en sus películas. La muñeca Anabelle es una macabra construcción y su historia por separado merece una película aparte, algo de lo que sin duda han tomado nota el director y los productores - la puerta abierta que deja el filme es demasiado evidente-. La casa embrujada y el exorcismo dividen en dos partes la película para unirse al final, de la misma manera que lo hacen las dos historias que son la nave central de la película. Los sustos están allí y el uso de la música, la cámara y los silencios es impecable. Pero, como ya dije, el director elige no depender solamente del reel de sobresaltos a los que lamentablemente estamos acostumbrados y que puede poner nervioso hasta al fanático más paciente del género (si buscan un ejemplo claro, vean The Unborn que termina siendo ridícula debido a esto) sino que nos lleva lentamente hacia ellos envolviéndonos en un ambiente realmente terrorífico. Las actuaciones en general son buenas y parejas, pero sobresale Vera Farmiga - otro producto reciente donde pueden ver su talento es en la genial serie Bates Motel- que interpreta al personaje más complejo y con más aristas de la historia. Su Lorraine Warren está basada en conversaciones con la misma Lorraine que prestó su asesoramiento para el filme (Ed falleció hace unos años). El otro que hace un muy buen trabajo es Patrick Wilson que vuelve a colaborar con Wan y se puede decir que a esta altura es uno de sus actores fetiche. Cumple en su rol de un duro y temerario Ed Warren que hace todo lo posible para proteger a su esposa y descubrir el misterio que rodea a los Perron.
Soy un gran fanático de James Wan y creo que es una bocanada de aire fresco para un género que estaba en decadencia y para el cine en general. La única crítica que tenía para él era que dejaba demasiados cabos sueltos en sus filmes, algo que logra corregir en este caso. Con The Conjuring queda claro que estamos ante un excelente director que posee el talento suficiente para crear una atmósfera y una historia que sean creíbles y de buena calidad al mismo tiempo. La película me asustó mucho y me atrapó, lo cual es clave a la hora de evaluar un filme. Espero que Insidious 2 sea otro muy buen filme del malasio y que, como en eta cinta, logre entregar exactamente lo que los fanáticos y amantes del buen cine pretendemos cuando vamos a ver una película sea del género que sea.
Puntaje: 9/10
lunes, 5 de agosto de 2013
The Canyons
Hace dos días se estrenó otra adaptación a la pantalla de un libro de Bret Easton Ellis. Su camino en el mundo del cine comenzó allá por 1987 con Less Than Zero un filme donde la suciedad y decadencia de Los Ángeles eran retratados de la misma manera que en su novela homónima. Lo interesante, es que en la mayoría de sus adaptaciones, Easton Ellis se ha involucrado directamente en el trabajo adaptando su propia obra lo cual hace que el resultado final sea muy fiel a sus historias - obviamente sacando del medio el hecho de que hay cuestiones de los libros que no se pueden pasar de forma idéntica a la pantalla-. Aún así, las criticas por lo general dicen lo contrario: han llegado a denostar a un filme muy bueno como American Psycho por no ser idéntico frase por frase al original. Partiendo de la base de que esto último es imposible, me senté a mirar este filme que en las últimas semanas había sido promocionado mucho por el autor y había recibido elogios - aunque también el ataque habitual- de varios críticos que accedieron al filme antes de su salida oficial.
La historia tiene una línea similar a American Psycho pero el desarrollo es más pesado y mucho menos frenético. No se trata de hurgar en la mente de un yuppie que debido a la constante presión a la que se somete a sí mismo - y ayudado claro por el ambiente de Wall Street- termina convirtiéndose en un sangriento psicópata. Aquí estamos frente a la historia de una persona perversa y sádica que busca tener el control de todo con juegos mentales retorcidos y enfermizos. The Canyons comienza con una cena incómoda entre dos parejas. Christian (James Deen) es un joven productor de cine con un fondo familiar de dinero que solo está disponible si realiza de vez en cuando alguna que otra película mediocre. Su pareja, Tara (Lindsay Lohan) es una muchacha que está con él por amor y por necesidad de que alguien la cuide económicamente. Él la mantiene y la ama, pero la tiene sumida en un juego sexual constante que involucra a otras parejas y personas todas las noches. Enfrente están Ryan (Nolan Funk) un buscavida que tiene frente a sí la chance de ser el protagonista de un filme y de tal vez comenzar a cambiar un panorama, que parecía maravilloso cuando llegó a Los Ángeles a los 18 años, pero que ahora es una pesadilla. Su novia, Gina (Amanda Brooks) es una de las tantas "ex" de Christian y tanto ella - como Tara- insistieron mucho para que el joven consiga el tan deseado rol en la película. Esa situación de incomodidad inicial no es casual: Tara y Ryan fueron pareja hace tres años y, desde que se reencontraron en el set del filme un mes atrás, mantienen un affaire. Christian comienza a ver algo raro y manda a seguir a su esposa. Desde aquí en más, caerá en una lenta y descendente espiral de violencia y psicosis que lo llevará a hacer lo imposible para evitar que su mujer - aún al coste de perderla- vuelva a ver o a estar cerca siquiera de su amante.
La creación de la atmósfera de Los Ángeles es muy lograda. Si bien la historia se desarrolla en la actualidad, hay reminiscencias de L.A Confidential en la construcción del ambiente. Los paisajes son hermosos, en especial el de la casa de Christian que se encuentra en las afueras de Beverly Hills. El trabajo del director Paul Schrader (American Gigolo y Dominion: Prequel To The Exorcist entre sus trabajos más conocidos) es satisfactório - no mucho más- y con un muy buen guión logra redondear un sólido trabajo. Si bien no es un filme rápido, podemos decir que lo que carece de velocidad lo suple con una angustia y una opresión que dejan un sabor raro en la boca. Lo que reina en esta historia son la desesperanza y el desamor. Es el reino de las oportunidades perdidas y del sobrevivir a como de lugar.
Las actuaciones son buenas en general y levantan el nivel de un filme destinado a los 6 puntos. Nolan Funk construye un buen personaje, que no tiene nada que perder y que está obsesionado con el amor de su vida. James Deen interpreta a la perfección a un perverso Christian cuya locura y obsesión comienzan a hilvanarse a lo largo del filme. No llega al pico actoral que alcanzó Christian Bale en American Psycho por dos razones: no es tan buen actor como este y, principalmente, el papel no es el mismo. Es más complejo y oscuro y no es tan festivamente sangriento como Patrick Bateman. Pero la que se lleva las palmas es Lindsay Lohan que tras años de estar hundida en los excesos y en los escándalos - y después de su regular interpretación de Elizabeth Taylor en la ni siquiera pasable Liz & Dick- encuentra un personaje y un guión que poseen varios puntos de contacto con su situación profesional y logra exprimirlos al máximo. No le teme a los desnudos y va a fondo en todas las escenas sin guardarse nada. Su angustiada y perseguida Tara es convincente, salvaje y depresiva al mismo tiempo. Creo que Lohan es una muy buena actríz, y espero que tras los elogios cosechados aquí, logre regresar de una vez por todas a los primeros planos solamente por su labor profesional.
The Canyons es una buena adaptación de una, a mi parecer, excelente novela del gran Bret Easton Ellis. Tiene todos los ingredientes característicos del autor y queda en claro que Los Ángeles nunca pareció tan sombrío como aquí (chequeen las imágenes de los cines cerrados y destruidos). Sexo y sangre marcan el ritmo de un filme que logra atrapar y esta bien actuado, aunque el final parece agarrado de los pelos. Otra crítica importante es para la duración del filme: valía la pena estirarlo hasta las dos horas y así no cerrarlo de esa manera tan abrupta.
Puntaje: 7/10
La historia tiene una línea similar a American Psycho pero el desarrollo es más pesado y mucho menos frenético. No se trata de hurgar en la mente de un yuppie que debido a la constante presión a la que se somete a sí mismo - y ayudado claro por el ambiente de Wall Street- termina convirtiéndose en un sangriento psicópata. Aquí estamos frente a la historia de una persona perversa y sádica que busca tener el control de todo con juegos mentales retorcidos y enfermizos. The Canyons comienza con una cena incómoda entre dos parejas. Christian (James Deen) es un joven productor de cine con un fondo familiar de dinero que solo está disponible si realiza de vez en cuando alguna que otra película mediocre. Su pareja, Tara (Lindsay Lohan) es una muchacha que está con él por amor y por necesidad de que alguien la cuide económicamente. Él la mantiene y la ama, pero la tiene sumida en un juego sexual constante que involucra a otras parejas y personas todas las noches. Enfrente están Ryan (Nolan Funk) un buscavida que tiene frente a sí la chance de ser el protagonista de un filme y de tal vez comenzar a cambiar un panorama, que parecía maravilloso cuando llegó a Los Ángeles a los 18 años, pero que ahora es una pesadilla. Su novia, Gina (Amanda Brooks) es una de las tantas "ex" de Christian y tanto ella - como Tara- insistieron mucho para que el joven consiga el tan deseado rol en la película. Esa situación de incomodidad inicial no es casual: Tara y Ryan fueron pareja hace tres años y, desde que se reencontraron en el set del filme un mes atrás, mantienen un affaire. Christian comienza a ver algo raro y manda a seguir a su esposa. Desde aquí en más, caerá en una lenta y descendente espiral de violencia y psicosis que lo llevará a hacer lo imposible para evitar que su mujer - aún al coste de perderla- vuelva a ver o a estar cerca siquiera de su amante.
La creación de la atmósfera de Los Ángeles es muy lograda. Si bien la historia se desarrolla en la actualidad, hay reminiscencias de L.A Confidential en la construcción del ambiente. Los paisajes son hermosos, en especial el de la casa de Christian que se encuentra en las afueras de Beverly Hills. El trabajo del director Paul Schrader (American Gigolo y Dominion: Prequel To The Exorcist entre sus trabajos más conocidos) es satisfactório - no mucho más- y con un muy buen guión logra redondear un sólido trabajo. Si bien no es un filme rápido, podemos decir que lo que carece de velocidad lo suple con una angustia y una opresión que dejan un sabor raro en la boca. Lo que reina en esta historia son la desesperanza y el desamor. Es el reino de las oportunidades perdidas y del sobrevivir a como de lugar.
Las actuaciones son buenas en general y levantan el nivel de un filme destinado a los 6 puntos. Nolan Funk construye un buen personaje, que no tiene nada que perder y que está obsesionado con el amor de su vida. James Deen interpreta a la perfección a un perverso Christian cuya locura y obsesión comienzan a hilvanarse a lo largo del filme. No llega al pico actoral que alcanzó Christian Bale en American Psycho por dos razones: no es tan buen actor como este y, principalmente, el papel no es el mismo. Es más complejo y oscuro y no es tan festivamente sangriento como Patrick Bateman. Pero la que se lleva las palmas es Lindsay Lohan que tras años de estar hundida en los excesos y en los escándalos - y después de su regular interpretación de Elizabeth Taylor en la ni siquiera pasable Liz & Dick- encuentra un personaje y un guión que poseen varios puntos de contacto con su situación profesional y logra exprimirlos al máximo. No le teme a los desnudos y va a fondo en todas las escenas sin guardarse nada. Su angustiada y perseguida Tara es convincente, salvaje y depresiva al mismo tiempo. Creo que Lohan es una muy buena actríz, y espero que tras los elogios cosechados aquí, logre regresar de una vez por todas a los primeros planos solamente por su labor profesional.
The Canyons es una buena adaptación de una, a mi parecer, excelente novela del gran Bret Easton Ellis. Tiene todos los ingredientes característicos del autor y queda en claro que Los Ángeles nunca pareció tan sombrío como aquí (chequeen las imágenes de los cines cerrados y destruidos). Sexo y sangre marcan el ritmo de un filme que logra atrapar y esta bien actuado, aunque el final parece agarrado de los pelos. Otra crítica importante es para la duración del filme: valía la pena estirarlo hasta las dos horas y así no cerrarlo de esa manera tan abrupta.
Puntaje: 7/10
Furious 6
No es un secreto que desde que Justin Lin comenzó a dirigir los filmes de la saga Fast & Furious en 2006 - con la veloz, en apariencia descolgada de las dos anteriores y visualmente genial Tokyo Drift- la franquicia mejoró mucho, alcanzando su perfección con su quinta parte Fast Five (2011). La entrada de un personaje fuerte y carismático como el agente especial Hobbs (Dwayne Johnson) le dio otro dinamismo y potencia a un filme que de una vez por todas se terminó de correr del esquema de las carreras callejeras. La potencia, la velocidad y el músculo fueron condensados a la perfección por Lin, algo muy complejo de lograr. Desde Tokyo Drift en adelante, las otras dos cintas fueron situadas temporalmente antes que esta y construyeron el camino - que culmina en esta sexta parte- del simpático Han (Sung Kang) hacia su natal Tokyo donde termina encontrando la muerte.
Dominic Toretto (Vin Diesel) y Brian O'Connor (Paul Walker) están ahora retirados. Tras el gran golpe en Río de Janeiro junto a Hobbs, el equipo se quedó con 100 millones de dólares y todos están desperdigados por el mundo viviendo sus vidas de prófugos de una manera muy tranquila. En las Islas Canarias, Brian vive con Mia Toretto (Jordana Brewster) y están a punto de tener un hijo. Este ambiente de fiesta y relajación se enturbia con la llegada de Hobbs que le pide a Dominic ayuda para atrapar a Shaw (Luke Evans), un ex-Comando Especial Británico especialista en guerrilla urbana vehicular. Este terrorista ha atacado varios centros militares para hacerse del control de unos códigos que sirven para activar un arma que en manos equivocadas podría ocasionar un caos mundial - y que de paso haría billonario a quien venda los numeritos, que es lo que busca nuestro villano-. La sorpresa es que todas las insinuaciones de las películas anteriores se concretan: la ex novia y compañera de Dom, Letty Ortiz (Michelle Rodríguez) que había sido dada por muerta a manos de uno de los sicarios del narcotraficante Braga, trabaja para el británico. Dom apenas ve las fotos se compromete a ayudar a Hobbs para así poder recuperar a Letty y traerla de nuevo con su familia. A cambio pide que todos los cargos les sean limpiados a todo su equipo para así poder regresar a los Estados Unidos sin el mote de "fugitivos de la ley".
Si la entrega anterior era perfecta, esta la iguala y hasta la supera de a ratos. La conjunción entre músculo, potencia y velocidad se da nuevamente y de manera impecable. El guión es muy bueno ya que privilegia la acción y la espectacularidad sin dejar de lado la parte humana del filme que es el reencuentro entre Dominic y Letty. El mensaje de la familia y del hogar, que esta presente desde la primera película, sigue allí y se afianza cada vez más. En cuanto a las actuaciones, la dupla Diesel-Johnson vuelve a funcionar a la perfección y por fin luchan hombro a hombro. Luke Evans interpreta sobriamente a un gran villano: inteligente, más que un profesional al volante y extremadamente sádico. Michelle Rodriguez hace retornar con todo a un personaje emblema de la saga y el resto del elenco - en especial Tyrese Gibson (Roman) y Ludacris (Tej) que son realmente graciosos tanto juntos como por separado- es muy sólido. La escena de la persecución en la carretera con el tanque de guerra es increíble. Justin Lin nos vuelve a mostrar algo más que autos y mujeres. Todos los cabos sueltos de los dos filmes anteriores quedan atados. La llegada de Han a Tokyo y su final trágico - quédense tras los créditos que allí se da la vuelta de tuerca que es genial- cierran una etapa para abrir una nueva. Tranquilos, tenemos Fast & Furious para rato.
Puntaje: 10/10
Dominic Toretto (Vin Diesel) y Brian O'Connor (Paul Walker) están ahora retirados. Tras el gran golpe en Río de Janeiro junto a Hobbs, el equipo se quedó con 100 millones de dólares y todos están desperdigados por el mundo viviendo sus vidas de prófugos de una manera muy tranquila. En las Islas Canarias, Brian vive con Mia Toretto (Jordana Brewster) y están a punto de tener un hijo. Este ambiente de fiesta y relajación se enturbia con la llegada de Hobbs que le pide a Dominic ayuda para atrapar a Shaw (Luke Evans), un ex-Comando Especial Británico especialista en guerrilla urbana vehicular. Este terrorista ha atacado varios centros militares para hacerse del control de unos códigos que sirven para activar un arma que en manos equivocadas podría ocasionar un caos mundial - y que de paso haría billonario a quien venda los numeritos, que es lo que busca nuestro villano-. La sorpresa es que todas las insinuaciones de las películas anteriores se concretan: la ex novia y compañera de Dom, Letty Ortiz (Michelle Rodríguez) que había sido dada por muerta a manos de uno de los sicarios del narcotraficante Braga, trabaja para el británico. Dom apenas ve las fotos se compromete a ayudar a Hobbs para así poder recuperar a Letty y traerla de nuevo con su familia. A cambio pide que todos los cargos les sean limpiados a todo su equipo para así poder regresar a los Estados Unidos sin el mote de "fugitivos de la ley".
Si la entrega anterior era perfecta, esta la iguala y hasta la supera de a ratos. La conjunción entre músculo, potencia y velocidad se da nuevamente y de manera impecable. El guión es muy bueno ya que privilegia la acción y la espectacularidad sin dejar de lado la parte humana del filme que es el reencuentro entre Dominic y Letty. El mensaje de la familia y del hogar, que esta presente desde la primera película, sigue allí y se afianza cada vez más. En cuanto a las actuaciones, la dupla Diesel-Johnson vuelve a funcionar a la perfección y por fin luchan hombro a hombro. Luke Evans interpreta sobriamente a un gran villano: inteligente, más que un profesional al volante y extremadamente sádico. Michelle Rodriguez hace retornar con todo a un personaje emblema de la saga y el resto del elenco - en especial Tyrese Gibson (Roman) y Ludacris (Tej) que son realmente graciosos tanto juntos como por separado- es muy sólido. La escena de la persecución en la carretera con el tanque de guerra es increíble. Justin Lin nos vuelve a mostrar algo más que autos y mujeres. Todos los cabos sueltos de los dos filmes anteriores quedan atados. La llegada de Han a Tokyo y su final trágico - quédense tras los créditos que allí se da la vuelta de tuerca que es genial- cierran una etapa para abrir una nueva. Tranquilos, tenemos Fast & Furious para rato.
Puntaje: 10/10
domingo, 4 de agosto de 2013
The Man With The Iron Fists
El debut en la dirección del rapero y (buen) actor RZA es satisfactorio. Aclaro que no lo será para quien vaya a ver este filme buscando un producto clase A y una historia profunda y seria. RZA, con el auspicio de nada menos que Eli Roth y Quentin Tarantino (enmarcado en el "Quentin Tarantino Presents...") un filme clase B que junta lo más sucio y violento del Western y del cine japonés de Samurais. El resultado es interesante y un homenaje tanto al Grindhouse como a Tarantino y su "evil brother" Robert Rodriguez que son los dos grandes reivindicadores modernos de este género (recordar su genial Grindhouse Double Feature en el año 2007).
El guión está escrito por el mismo director y es más bien simple. No se detiene mucho en la historia y va directo a los bifes. En Jungle Village el líder del "Clan León" es empleado por el gobernador para proteger un gran cargamento de oro que debe viajar a través del pueblo. Pero sus subordinados, León de Plata y de Bronce, lo traicionan y lo asesinan para quedarse con el oro. Zen Yi (Rick Yune) el hijo del difunto líder se entera del asesinato de su padre y viaja a vengar su muerte. Se encuentra con un enemigo impenetrable (su piel es de acero) llamado Brass Body que lo vence fácilmente. Cuando está a punto de morir, es rescatado y curado por el herrero del pueblo (RZA) que se siente culpable por haber forjado las poderosas y letales armas que mataron al padre de Zen Yi. En la discusión por hacerse del preciado baúl lleno de riqueza y poder aparecen Madame Blossom (Lucy Liu) dueña del prostíbulo local y jefa del clan "Las Viudas Negras" - que tienen una sorpresa preparada para el "Clan Léon"- y Jack Knife (Russell Crowe con un arma mitad cuchillo mitad pistola que es tremenda) un agente del Emperador de Japón. Lo que sigue es un show de artes marciales, violencia y mucha sangre (vísceras, ojos volando, sesos desparramados y demás) con la impronta de Tarantino y el toque original del nouvel director.
Si bien The Man With The Iron Fists no se acerca a las dos Kill Bill ni a la reciente Django Unchained, sin dudas que es una mezcla interesante entre el cine clase B, lo Samurai y el Spaghetti Western. Los actores están sólidos en general, pero es Russell Crowe el que se roba la película. Su Jack Knife es un personaje inolvidable y nada en él - ni sus excesivos kilos demás que le dan una simpática panza de bebedor- está fuera de lugar. Las tres peleas finales son muy buenas, y la mejor resulta ser la menos física de todas. El filme supera el aprobado y vale la pena corregir errores y hacer una segunda parte. El filme pide a gritos - y en especial- la corrección de varias fallas estéticas serias, ya que en algunos momentos lleva el clase B demasiado al extremo. Pero en la suma total, queda justificado el apoyo de dos fenómenos como Roth y Tarantino a RZA y su proyecto.
Puntaje: 6.5/10
El guión está escrito por el mismo director y es más bien simple. No se detiene mucho en la historia y va directo a los bifes. En Jungle Village el líder del "Clan León" es empleado por el gobernador para proteger un gran cargamento de oro que debe viajar a través del pueblo. Pero sus subordinados, León de Plata y de Bronce, lo traicionan y lo asesinan para quedarse con el oro. Zen Yi (Rick Yune) el hijo del difunto líder se entera del asesinato de su padre y viaja a vengar su muerte. Se encuentra con un enemigo impenetrable (su piel es de acero) llamado Brass Body que lo vence fácilmente. Cuando está a punto de morir, es rescatado y curado por el herrero del pueblo (RZA) que se siente culpable por haber forjado las poderosas y letales armas que mataron al padre de Zen Yi. En la discusión por hacerse del preciado baúl lleno de riqueza y poder aparecen Madame Blossom (Lucy Liu) dueña del prostíbulo local y jefa del clan "Las Viudas Negras" - que tienen una sorpresa preparada para el "Clan Léon"- y Jack Knife (Russell Crowe con un arma mitad cuchillo mitad pistola que es tremenda) un agente del Emperador de Japón. Lo que sigue es un show de artes marciales, violencia y mucha sangre (vísceras, ojos volando, sesos desparramados y demás) con la impronta de Tarantino y el toque original del nouvel director.
Si bien The Man With The Iron Fists no se acerca a las dos Kill Bill ni a la reciente Django Unchained, sin dudas que es una mezcla interesante entre el cine clase B, lo Samurai y el Spaghetti Western. Los actores están sólidos en general, pero es Russell Crowe el que se roba la película. Su Jack Knife es un personaje inolvidable y nada en él - ni sus excesivos kilos demás que le dan una simpática panza de bebedor- está fuera de lugar. Las tres peleas finales son muy buenas, y la mejor resulta ser la menos física de todas. El filme supera el aprobado y vale la pena corregir errores y hacer una segunda parte. El filme pide a gritos - y en especial- la corrección de varias fallas estéticas serias, ya que en algunos momentos lleva el clase B demasiado al extremo. Pero en la suma total, queda justificado el apoyo de dos fenómenos como Roth y Tarantino a RZA y su proyecto.
Puntaje: 6.5/10
Suscribirse a:
Entradas (Atom)