viernes, 18 de octubre de 2013
The Bling Ring
Pésimamente traducida como Adoro a la Fama llegó a nuestros pagos lo nuevo de Sofia Coppola. Primero quiero dejar en claro que quien les escribe es un gran fanático de la filmografía de la hija del legendario Francis Ford Coppola. Desde The Virgin Suicides, creo que ella ha logrado combinar a la perfección dos elementos que hacen de sus filmes una experiencia diferente. A saber: la intensidad visual y emocional y la complejidad de las relaciones humanas, centrada más que nada en uno de los grandes temores de nuestra especie: la soledad, o la mera posibilidad de encontrarse sumido en esta. Cuando me enteré que iba a estar a cargo de llevar a la pantalla grande la historia del grupo denominado por la prensa como "The Bling Ring" - unos chicos ricos de Los Ángeles que entre su aburrimiento y sus ansias de pertenecer al mundo de las celebrities que admiran terminan robando las mansiones de varios nombre importantes del ambiente- pensé que la elección no podía haber sido mejor. Y tras ver The Bling Ring me pone muy contento el haber confirmado que no estaba equivocado en lo absoluto.
La historia esta basada en hechos reales, pero principalmente en el artículo que se publicó en Vanity Fair donde se detallaban los sucesos y se agregaban unas entrevistas a los acusados por los robos. El comienzo es a toda potencia, con la música a pleno y la estética bien trash y pop - que como sabrán, son exactamente lo mismo pues no hay nada más trash que el pop-. Lo que nos introduce a la película es un mash up de imágenes y videos de las celebridades más reconocidas de Hollywood con las imágenes de los protagonistas, articulando esa lejanía y cercanía que existe gracias a los medios de comunicación. Esa falsa idea de que uno está cerca de un actor o actriz porque sabe todo acerca de su vida privada y lo ve constantemente en la televisión. El grotesco planteado es total: lo que impulsa a estos jóvenes llenos de privilegios y comodidades no es el dinero - ver la escena de la reventa de los Rolex de Orlando Bloom- sino la idea de tener fama. Pero no cualquier fama sino aquella que tienen sus estrellas predilectas, lo cual se traduce en la loca idea de ingresar a sus enormes residencias y llevarse su ropa y sus joyas para ser exactamente lo mismo que ellos. Lo que comienza como un juego bastante inocente termina desembocando en un espiral de descontrol que a medida que desciende se hace imposible de detener. Esta es la famosa generación perdida de la que tanto se ha hablado a lo largo de estos años. La ausencia de los padres es notoria y en muchos de ellos no queda claro si en lugar de una ignorancia dolorosa hacia la vida de sus hijos no hay algo que es mucho peor aún: un impulso consciente a que hagan lo que quieran sin jamás conocer un límite paterno.
El tema de las redes sociales está muy bien tocado por Coppola, ya que la Policía pudo llegar a los jóvenes gracias a las imágenes que ellos subían a Facebook. Había una exposición sin ningún tipo de preocupación de sus cuerpos usando los bienes que le habían robado a las estrellitas más codiciadas de la industria del entretenimiento. Su inocencia e inexperiencia queda probada en que jamás se preocuparon por cubrir sus huellas o sus rostros frente a las cámaras de seguridad. Todo fue tomado como un juego, pero la realidad les demuestra que no es nada que se le parezca a un mero divertimento. La exposición en sí misma no es una casualidad: es parte de la patología de estos chicos que solo quieren tomar el lugar de los famosos yendo a las mismas fiestas que ellos y usando su misma ropa en su sentido más literal. Hay un deseo iracundo de pertenecer a un mundo que sienten cercano y lejano al mismo tiempo, como esas imágenes del comienzo nos mostraban muy claramente.
En estos últimos días leí un comentario acerca de The Bling Ring que la emparentaba con la genial y extrema Spring Breakers por el hecho de que compartían la esencia trash (cosa que es cierta pues Coppola y Korine son directores que siempre explotaron esta veta tan controvertida) y por ser retrato de una generación sin ningún rumbo más que el de poder llegar a la fama y al dinero sin ningún esfuerzo (como muchos/as de los personajes a los que tienen como modelo de vida). Coincido en esto y le sumo la línea difusa entre fiesta, delito y decadencia que está trazada en ambos filmes. Pero el paralelismo que yo propongo es otro: creo que The Bling Ring tiene su par en The Social Network, esa petit obra maestra de David Fincher. En aquél muy buen filme está la génesis de lo que vemos en este grupo de jóvenes, allí está la obsesión por conectarse, por mostrarse, por pertenecer que tan bien utiliza Sofia Coppola aquí. La famosa "Generación Facebook" tiene su binomio de películas que lo define en estas dos piezas artísticas - porque no son meras cintas, son puro arte-.
La dirección de Sofia Coppola es impecable, demás está decir esto con todo lo que he escrito acerca de ella en esta nota. Las actuaciones son muy buenas en general, pero Emma Watson es quien se lleva todos los aplausos. Abandona para siempre a Hermione Granger para convertirse en Nicki, una adolescente con varios demonios internos, sin ningún tipo de atadura y con una personalidad avasallante. Claire Julien, Taissa Farmiga (una estrella en ascenso, no se la pierdan en American Horror Story: Coven), Georgia Rock, Katie Chang e Israel Broussard - quien compone el segundo personaje más complejo, con una indefinición sexual muy bien interpretada- acompañan muy bien el aura de Watson para hacer que la historia quede moldeada como un cuadrado perfecto. Leslie Mann - vieron que no solo actuaba con su marido tras las cámaras- vuelve a demostrar por qué es una excelente actriz y comediante: su Laurie, la madre de Nicki, es hilarante y todo lo que un padre no debe ser con sus hijos.
The Bling Ring es un filme que retrata una época y una generación - y no hablo solamente de los jóvenes, ojo- y por ende es un producto rare (peculiar, poco común). Imposible dejarlo pasar, más si les gusta el trabajo de Sofia Coppola. Y si no, háganme caso y denle una oportunidad que ella sí que no los va a defraudar.
Puntaje: 9/10
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