viernes, 17 de octubre de 2014

Transformers: Age Of Extinction

No hay que ser demasiado inteligente o fanático del cine para darse cuenta que Michael Bay no es un director que ame las sutilezas. Tampoco para afirmar que lo mejor que ha hecho en su vida es todo aquello que se encuentre bien alejado de los shows de efectos especiales. Si no, miren la brillante Pain & Gain en la que se despacha crudamente contra el sueño americano retratando la historia - real- de tres fisicoculuristas de Miami que planearon y ejecutaron tal vez el más ridículo secuestro extorsivo de la historia del crimen. Todos sabemos que la saga Transformers es un producto muy particular, que solamente le puede volar la cabeza a los que son verdaderamente fanáticos de la eterna lucha entre los Autobots y los Decepticons. Desde la primera entrega, que lograba llegar a la meta con aire de sobra, el nivel fue bajando sobre todo en la historia que justificaba la presencia de Optimus Prime y compañía en la pantalla. Y esto es importante, porque la parte del CGI y las consecuentes peleas bien surrealistas siempre fue muy entretenida y de calidad (visual). Pero en lo que fallaba era en todo lo demás; para decirlo más claro: su grave error era no ser una película en sí, sino más bien un showroom de autos de marca - un chivo viviente, diríamos en la Argentina- que se convertían en hermosos y trabajados robots de guerra.

A 3 años de la muy fallida Transformers: Dark Side Of The Moon", Bay decidió ir al frente sin reservas y poner en pantalla - una media verdad, como verán más adelante- a los Dinobots. Todos los nostálgicos, entre los que me incluyo, nos vimos inevitablemente arrastrados a ver la película. Más allá de que la saga es realmente dispareja, tiene una virtud que la hace gigante: el no querer ser otra cosa que un festín de CGI, explosiones, protagonistas humanos forzados y los Transformers como el centro del espectáculo. La propuesta es esa y cuando uno se dispone a verla debe hacerlo con anteojos diferentes a los que, por ejemplo, usaría si ve un filme de Truffaut, Hitchcock, Godard, Polanski, Scorsese, Woody Allen y cualquier otro gran director.


La línea argumental nunca fue ni relevante ni el fuerte de esta saga, así que lo primero que notamos es que el protagonista principal no es más Shia LaBeouf sino el fenomenal Mark Wahlberg. No digo esto porque no me guste el primero - es más, me parece un excelente actor- sino porque esa mezcla de looser y héroe que encarnaba Sam Witwicky parecía menos real que cualquiera de los robots digitales que adornan estas películas. Ahora sí, lo básico y letal respecto de la trama: el mundo nuevamente el peligro, los Autobots perseguidos por los humanos - algo siempre inentendible pues nos viven salvando- y la mención constante a la "Batalla de Chicago" en un muy ridículo intento de darle al filme un poco del "Marvel Mojo" que tanto nos gusta. En el camino habrá políticos y agentes federales y nacionales corruptos que buscan hacer dinero a costa de destruir a Optimus Prime y sus compañeros, todos acompañados por el resurgimiento de un viejo enemigo - que no parece querer morirse nunca- y el ingreso de varios nuevos personajes en su mayoría simpáticos (los buenos) o maquiavélicos (los malos). Todo este combo explosivo deberá ser detenido a tiempo por nuestros héroes de siempre con el grupo de humanos de turno que, como de costumbre, desde su imposibilidad total para siquiera rasguñar a quienes buscan matarlos logran ser clave en la resolución de la pelea final. Como pueden ver nada en la estructura de Transformers: Age Of Extinction ha variado respecto de sus antecesoras.


Los nuevos intérpretes hacen que la ejecución de la partitura sea de lo más efectiva que hemos visto hasta el momento. Mark Wahlberg toma todo su talento natural para hacer comedia y lo eleva a la máxima potencia. El resultado es una especie de Tony Stark fracasado, un inventor brillante que no tiene ni una pizca del reconocimiento que merece. Y para colmo de males vive en los Estados Unidos profundos, algo que lo frustra más a la hora de pensar en pagarle la universidad a su hija de 17 años. Respecto a la protagonista femenina, Nicola Peltz, se pude decir que es la primera vez que el director no pone a la protagonista femenina en una constante pose sexy, pero su rol es más o menos el mismo que tuvieron todas las que pasaron por ese personaje: una rebelde con daddy issues que durante la batalla termina siendo un show de primeros planos de cara sufrida y/o llorando. La inclusión de dos pesos pesados como Kelsey Grammer y Stanley Tucci sirve para que el peso se termine repartiendo equitativamente entre ellos y Wahlberg. Sus personajes son opuestos (el corrupto y el idealista, respectivamente) y en cada escena logran sacarle agua a la piedras, pues el guión - como siempre- es muy limitado.


Párrafo central para los Transformers, que están mejor que nunca. Las adiciones al equipo Autobot son muy buenas, principalmente esa especie de Fidel Castro con mucha panza que gana un protagonismo similar al de Optimus Prime. En cuanto a los Dinobots solamente decir que están perfectamente diseñados y que su breve tiempo en pantalla es suficiente para destrabar el conflicto central. El líder de los Autobots brilla como siempre y más para los que adoramos su sacrificio y sus discursos con el planeta tierra como paisaje.


Transformers: Age Of Extinction es un clásico producto de Michael Bay. Su frenético manejo de cámara y las explosiones 100% imposibles están a la orden del día. Puro fuego artificial que será un lujo para los que gustan de la saga y más de lo mismo para los menos entusiastas. Más allá de todas las críticas negativas, la película ha recaudado millones a lo largo y ancho del mundo (con China como su gran fuente de ingresos, algo que también pasó con Godzilla y Pacific Rim, lo que habla de un desplazamiento interesante del mercado). Su objetivo está más que cumplido y además lo consigue mejorando notoriamente al filme anterior que era realmente malo. Para ser un producto que está hecho con la menor seriedad posible y que solo quiere entretener, es una muy buena película. Como ya dije unos párrafos más arriba: todo siempre depende de los anteojos con los que se lo mire.



Puntaje: 7.5/10  

  

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