Narrado en primera persona, Riddick abre con su protagonista buscando refugio en un desolado y peligroso planeta. Velozmente da cuenta de todo su derrotero tras haberse alzado con el liderazgo de los Necromangers en la película anterior y vemos como milagrosamente logra escapar de un intento de asesinato tras un complot interno. Es dado por muerto tras el ataque final que se lanza contra su persona. Queda gravemente herido y sin recursos por lo que comienza a moverse por toda la superficie de este nuevo mundo para comenzar a conocer sus peligros. No tarda mucho tiempo en encontrarlos pues salvajes y asesinas criaturas de todo tipo y especie lo rodean a cada movimiento. Logra activar una señal de emergencia y atrae a dos naves: una capitaneada por un hombre al que Riddick conoce muy bien y otra con un equipo de mercenarios dispuestos a todo con tal de cazar a la presa más importante con la que se han enfrentado. La cacería humana ha comenzado y la única manera de sobrevivir será generando un baño de sangre.
Como ya dije en el primer párrafo, Riddick es un más que bienvenido regreso al primer filme que sin dudas es la mejor de la trilogía. El esquema es exactamente el mismo: un grupo de caza recompensas que persigue a nuestro protagonista en un terreno hostil y desconocido para todos ellos, Riddick incluido. Los efectos especiales son excelentes y superan a los de sus dos antecesoras. El nuevo planeta está bien construido y sus monstruosos habitantes son creíbles y amenazantes. Las batallas son intensas y el trabajo físico de los actores es sobresaliente. Vin Diesel está muy bien y en ningún momento decepciona. Es él quien lleva adelante la película y aquel que en los baches se la sube al hombro con mucha entereza y flexibilidad. El resto del casting, bien gracias. Pero para beneficio de Riddick, hace largo rato que las espaldas de este actor todo-terreno son más que anchas y sinceramente no parece que hayan pasado ya nueve años desde la última vez que interpretó al hombre que puede ver en la oscuridad.
Riddick es un back to basics recargado que posee un guión muy parecido al de Pitch Black pero que por suerte mejora la fallida segunda parte. La historia es más bien chata y va directo a lo que nos interesa, que es verlo a Vin Diesel luchar a mano limpia contra todo - sea humano o alienígena- lo que se interponga en su camino hacia una libertad que a cada filme parece más lejana. Vale agregar también que el guión es por lejos el más potente de la trilogía y que ata todos los cabos que habían quedado sueltos en la segunda cinta, con lo que el director - que además es el guionista- suma varios puntos a su favor. Speaking of which, David Twohy redondea un buen trabajo y recupera esa esencia que la franquicia parecía haber perdido. El tono épico es menor al de The Chronicles Of Riddick pero esto no es una mala noticia. Twohy hace lo correcto: prende la cámara y deja que Vin Diesel haga lo suyo. Ya van dos veces sobre tres que lo pone en práctica y ahora el saldo es positivo. El camino a seguir está señalizado, solo hay que tomarlo.
Puntaje: 7/10
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