300: Rise Of An Empire no se plantea como una secuela tradicional. De a momentos es una precuela, luego los hechos que narra transcurren en paralelo a la lucha de los 300 contra los Persas y recién sobre el final se coloca temporalmente después de los sucesos de la primera película. La narración es llevada adelante por Gorgo (Lena Headey), Reina de Esparta y esposa de Leonidas, que le habla a toda la flota de su nación en pleno océano. A pesar de su estructura llena de flashbacks y flashforwards, el círculo es perfecto pues todas las piezas terminan encajando en el lugar que corresponde. Hay tres personajes centrales en la trama: Themistocles (Sullivan Appleton), Xerxes (Rodrigo Santoro) y Artemisia (Eva Green). Primero vamos a conocer la historia de Xerxes, hijo del legendario Rey Darius, que ve como su padre es herido de muerte por Themistocles en la legendaria batalla de Marathon en el año 490 A.C. El Almirante griego luego terminará lamentando el no haber terminado con la vida de Xerxes en ese mismo instante. Su posterior transformación de un joven inexperto lleno de dudas y de miedos en un semi-Dios todopoderoso y sin ningún atisbo de humanidad llegará de la mano de la implacable Artemisia (Eva Green), que es la verdadera y única dueña del circo. Nacida en Grecia, de muy pequeña presenció el brutal asesinato de su familia en manos de sus propios compatriotas cuando atacaron su pueblo en uno de los habituales conflictos entre cada una de las naciones y pueblos que convivían dentro del territorio griego para ese entonces. Fue abusada sexualmente y traficada como esclava hasta que un guerrero persa la encontró en la calle a punto de morir tras una brutal golpiza propinada por uno de tantos hombres que la sometieron durante toda su adolescencia. Tras curarla, este emisario persa - al que todos ya tenemos visto en 300- decide entrenarla para aprovechar el odio que tiene dentro suyo. La venganza y su habilidad son lo que la llevan a ser la preferida del Rey y la Comandante de la monstruosa flota naval de Persia. Artemisia es una mujer sin miedo, una estratega brillante y una luchadora invencible tanto sobre un barco como en la lucha cuerpo a cuerpo. Su sed de sangre y muerte la llevan a poner en acción la maquina de guerra para vengar la muerte de Darius, a quien ella consideraba un padre. Si - como este le dijo antes de morir- solo los dioses podían vencer a los griegos, entonces Xerxes debía convertirse en uno. Veremos como lo manipula de una manera asquerosa y maravillosamente - miren que paradoja- inhumana para lograr sus dos objetivos: tener un títere en el trono y que el infierno se desate y caiga con toda la furia contra Grecia. En paralelo, Themistocles intenta en vano convencer a los espartanos de luchar codo a codo para salvar - y de paso crearla, porque hasta allí no existía- a su patria. Tras fracasar rotundamente, el ateniense decide luchar con las pocas naves que logra reunir mientras ruega que los 300 puedan unificar a todo el país con su inevitable y doloroso sacrificio. Por un tiempo mantiene a raya a la armada de Artemisia, ganándose su respeto y su odio al mismo tiempo, pero bien sabe que por una simple cuestión matemática la caída de Atenas es solo cuestión de días.
300: Rise Of An Empire está dirigida por Noam Murro, a quien no se le conoce ningún trabajo previo de gran envergadura. Zack Snyder esta vez decidió atenerse a solo redactar el guión y a producir el filme, algo que no fue bien visto de entrada. Por suerte el director israelí, y sin siquiera ser 1/4 de lo que es Snyder, logró ponerse a la altura de las circunstancias y llevar adelante una película que tiene mucha más acción y menos palabras que su predecesora. El guión es un laberinto que llega a buen puerto y - como ya mencioné- la imagen es más que excelente. Hay una predominancia de tonos oscuros y el que casi toda la acción suceda en altamar hace que el clima sea el de una tormenta perfecta. Las coreografías son muy buenas y los barcos persas son unas gigantes y admirables máquinas asesinas. Si ya en 300 (2006) había toneladas de sangre, aquí se puede decir que hay un festival de esta veinte veces mayor. La intensidad del filme es tal que no hay momento en el que uno pueda distraerse ni que no este al borde de la butaca. El 3D sin dudas que ayuda a generar toda esta tensión pues 300: Rise Of An Empire nació tanto para ese formato como para el IMAX. Los chorros de sangre siempre bañan al espectador y los espadazos y hachazos parecen destinados a quien está mirando y no para los personajes.
Las actuaciones son buenas en general. Sullivan Appleton se ve afectado por la siempre presente sombra de Gerard Butler - que aparece en algunas escenas- pero logra que su Themistocles tenga toda la racionalidad y humanidad que aquel valiente guerrero espartano jamás tuvo. Hijo de la democracia, parte de una sociedad civilizada y opuesta a la de Esparta, intenta por todos los medios convencer a los suyos que si no pelean todo arderá. Que esta vez no hay negociación que valga, que hay que salir a responderle a la muerte con más muerte. Esto no lo exime de sentir el peor de los miedos ante el poder de Artemisia y sus barcos ni de dudar acerca de la posibilidad de conseguir un triunfo en condiciones tan adversas y disparejas. Me gustó que hayan puesto en la boca de Themistocles una de mis frases preferidas: "Preferimos morir de pie antes que vivir de rodillas". Rodrigo Santoro repite como Xerxes y si bien se profundiza mucho más en la historia de este particular rey, no es mucho lo que transmite en su nueva performance. Claro que la esencia de este persa es justamente no ser humano pero un poco más de carisma no mataría a nadie. Eso sí, desde lo físico no hay queja posible pues el imponente físico de esta estrella brasileña es ideal para ser exhibido con apenas un poco de ropa y muchas joyas encima. Lena Headey aparece poco y es quien realiza la narración del filme. Logra dar con el tono duro y autoritario del espartano aunque su presencia en un punto parece demasiado forzada. Me queda la sensación de que buscaron colocar una figura fuerte y femenina para rivalizar con Eva Green, cuestión absolutamente innecesaria e inútil pues superar el trabajo de esta enorme actriz es una tarea imposible.
Y entonces, por fin, llegamos a Eva Green. No hay mucho más que se pueda agregar a la tonelada de elogios y alabanzas que su trabajo ha recibido. Artemisia es un personaje moderno dentro de un filme que se sitúa varios años antes de cristo. Si bien este hecho podría ser algo que interfiera con la trama, gracias a la versatilidad de Green no lo hace en lo absoluto y a decir verdad no hay momento en el que 300: Rise Of An Empire no se mueva alrededor de ella. Con una mirada de piedra y una personalidad avasallante, cada vez que aparece en escena el aire se corta con un cuchillo. No le va a temblar el pulso a la hora de asesinar a los Generales que le fallen ni se va a preocupar demasiado porque se pierdan las vidas de sus soldados y esclavos. Todos hablan de la ya famosa escena de sexo - que más bien es una pelea entre dos enemigos acérrimos- en la que utiliza su cuerpo para cooptar a Themistocles y hacerlo traicionar a su pueblo. Pero esto no es lo esencial de la actuación de Eva Green y es más bien machista centrar todo en ese momento que apenas si dura unos minutos. Desde un tono de voz lúgubre, una postura corporal firme pero que denota sus mil batallas peleadas y un vestuario que descolla por lo copado (no se pierdan la armadura con las espinas en la espalda), esta actriz francesa se roba la totalidad del filme. La verdadera cabeza del Imperio Persa es ella y no va a dejar que nada interfiera con su tan ansiada venganza. Se podría creer que Artemisia siempre se guió por los impulsos debido a su historia personal y a como se definió la Batalla de Salamina pero esto es una visión errónea. La gran escena en la que le enrostra a Xerxes que él es Rey solo por obra y gracia de ella y en la que además le advierte que con su ensañamiento con los 300 de Leonidas y la quema de Atenas solo ha logrado unificar a una nación, es la prueba de que detrás de ese deseo por matar a todo el que se interponga en su camino también había una mente maestra. Ah y cuando le dice a Themistocles, tras recibir un golpe suyo, que "peleas mucho más duro de lo que coges" se encarga de ganarle al machismo por K.O en el primer round. La elección de Eva Green para este papel no podría haber sido más acertada.
300: Rise Of An Empire se alza con el premio mayor de esta primera parte del año. Supera a un filme que se creía imposible de vencer como 300 (2006) y eleva los niveles de violencia y sangre hasta el infinito. Cierra todos los baches que habían quedado abiertos en el filme previo y se dedica a explicar muy detalladamente la historia de sus personajes principales. Sus vaivenes temporales dotan a la trama de un factor clave: la sorpresa. El espectador nunca sabe para que momento de la historia va a salir la próxima escena y la muy buena edición impide que uno se pierda entre tanta vuelta. El CGI es despampanante y por suerte Snyder eligió bajarle un par de tonos a la imagen hasta sumirla en una oscuridad digna del fondo del amenazador océano sobre el que griegos y persas batallan sin cesar. El "BRO-MANCE" queda descartado para siempre y espero que si hay una tercera entrega - algo que se cae de maduro - no regrese nunca. Los discursos se ven reducidos al mínimo, algo que se agradece con todo el corazón y la dirección de Noam Murro es buena. El elenco es regular y se presta a la épica que plantea la película. Pero quien se lleva todas las palmas es Eva Green con su sádica y brillante Artemisia. Y en esto último hubo consenso hasta en los más críticos del filme. Cualquiera podrá realizar una crítica muy diferente a esta, pues la crítica de cine es una profesión demasiado subjetiva lo cual es sumamente positivo. Pero hay ciertas cuestiones que no pueden ser ignoradas haya gustado o no la película.
Puntaje: 8.5/10