miércoles, 3 de diciembre de 2014

The Hunger Games: Mockingjay Part I

Si hay algo que no me gusta es esta nueva tendencia a partir la película final de una saga en dos partes. Creo que es un truco comercial demasiado barato pero que evidentemente funciona, pues los filmes que hacen esto suelen romper récords de recaudación con cada película. Los ejemplo recientes que tenemos son Breaking Dawn (estrenada una en 2011 y otra en 2012) y Harry Potter And The Deadly Hallows (la primera parte en 2010 y la segunda en 2011). La historia de J.K Rowling fue la que comenzó con esta nueva y molesta costumbre que les reparte muchas más ganancias a costa de ponerle los nervios de punta a los espectadores. Lamentablemente, todos sabíamos hace tiempo que la esperada conclusión de The Hunger Games iba a seguir este camino y los productores hicieron todo lo posible para no defraudarnos.

Suzanne Collins ha escrito una de las mejores novelas distópicas para adolescentes de estos tiempos. Creo que junto a Divergent de Veronica Roth - que también tiene su muy buena película y verá su final en dos partes- es la única de estas historias que posee la mezcla justa entre romance, acción y política. Todas las demás son apenas meras imitaciones y un bodrio absoluto para leer, a diferencia de estas dos nombradas que son fascinantes desde todo punto de vista. En la tercera entrega de la lucha de Katniss Everdeen contra el Capitolio, Francis Lawrence repite como director lo cual es una muy buena noticia. La razón principal es que de los dos filmes previos, el que es realmente bueno es el segundo que justamente está dirigido por él. Sin dudas que iba a ser una labor compleja encarar esta película, porque la vara había quedado demasiado alta tras una excelente secuela donde la política empezaba a predominar por sobre lo romántico.


Hacer un recuento del camino de nuestra heroína hasta el momento en el que ingresa definitivamente en el grupo de rebeldes es muy simple: en The Hunger Games (2012), Katniss se sacrifica para salvar a su hermana que había sido seleccionada para ser tributo en una nueva edición del macabro torneo organizado por el Presidente Snow. Así el represivo y tiránico Capitolio podía tener a raya a los Distritos, todos sumidos en la pobreza y el hambre, mientras en el palacio el lujo era lo que reinaba. Las clases altas vivían encerradas allí, usando la competición como una manera de divertirse y de mostrar una falsa caridad para con los otros, los distintos. El foco está solamente en los juegos y en como ella y Peeta, su par masculino e interés romántico, logran sobrevivir tras una cacería feroz. Apenas si hay destellos de las implicancias políticas de sus actitudes, pero con pequeños gestos Katniss genera simpatías en los Distritos que la comienzan a ver como la llamarada que puede encender todo. En The Hunger Games: Catching Fire (2013) vemos como Katniss y Peeta deben acomodarse a su nueva vida como Vencedores. En el medio de su gira por los Distritos, ven la represión y la opresión con sus propios ojos y también son testigos de la esperanza que han generado con esa amenaza que obligó al Capitolio a ceder para que ambos no se suicidasen. Ingresa un nuevo GameMaker, que no es lo que parece, y una edición especial de los juegos se arma para eliminar a la mayoría de los Vencedores que quedan vivos. El objetivo principal son ellos dos, claro está, pero tras superar los primeros días logran armar alianzas firmes con varios personajes clave para lo que se vendría más adelante. El filme termina con Katniss disparando una flecha conectada a un campo eléctrico al domo donde se proyectan los escenarios naturales de la competencia y con un helicóptero ingresando para extraerla del lugar y llevarla hacia el Distrito 13. El punto de origen de la lucha revolucionaria contra el dictador Snow.


Y aquí es exactamente donde retoma The Hunger Games: Mockingjay Part I. Tras haber desafiado ya abiertamente al Presidente Snow (Donald Sutherland) , Katniss (Jenniffer Lawrence) fue extraída del domo por Plutarch (Phillip Seymour Hoffman), que estaba trabajando para el enemigo como agente encubierto de los rebeldes. Los Distritos deciden levantarse contra el Capitolio y hay disturbios en toda Panem, que son reprimidos con todo el poder de fuego y la brutalidad posibles. Varios de ellos resultan completamente destrozados, como el 12 - su casa- que se ha convertido en una exhibición de cadáveres y escombros. Al despertar, se pone contenta de ver a Gale (Liam Hemsworth) y a Finnick (Sam Claflin) pero desespera cuando se entera que Peeta (Josh Hutcherson) no pudo ser rescatado. Los intentos de Plutarch para convencerla de que sea la cara de la revolución, filmando una serie de filmes de propaganda, son todos fallidos. Ni la legendaria - y amante de los mitines donde la vivan- Presidenta Alma Coin (Julianne Moore) puede motivarla, aunque ella no le tiene tanta paciencia ni confianza como los demás. Los años de resistencia bajo tierra contra el Capitolio están en riesgo y todo depende de conseguir que la chispa que Plutarch ve en Katniss vuelva a encenderse. Tras estar demasiado tiempo - uffff- concentrada en Peeta, recibe un cimbronazo cuando lo ve en el canal oficial pidiendo a los rebeldes que bajen las armas. No entiende que es lo que le pasa a su amigovio y de a poco comienza a ver con buenos ojos el servir como impulso para quienes están allí afuera luchando. Una visita a un hospital lleno de heridos en el Distrito 8 y un recorrido tortuoso por su viejo hogar sirven para llenarla de ira y convicción, para hacerla entender que la única manera de terminar con años de explotación y genocidio es tomar por asalto el centro de poder.


The Hunger Games: Mockingjay Part I es el filme más político de toda la saga, en consonancia con el libro que está muy bien llevado a la pantalla. El problema principal que tiene es que en los primeros 40' no suceden demasiadas cosas, algo que se debe al error de partir un producto innecesariamente en dos segmentos. El insert romántico es lo que lleva adelante la primera parte, con la negación de Katniss ante la posibilidad de que Peeta sea un traidor. Más allá de todo, ella nunca dejará de creer en él y esperará que el tiempo le de la razón. El foco en la opresión, la desigualdad y la revolución es total pero las escenas de acción pura y dura quedan reservadas estrictamente para el cierre que promete ser más que explosivo. La entrada de Gale es un respiro para la parte amorosa pues su relación con la protagonista no es en absoluto melosa - como si la que tiene con Peeta- y posee varios momentos de tensión y peleas con trapitos al sol. El regreso de Effie (Elizabeth Banks) y de Haymitch (Woody Harrelson) es perfecto, pues los dos saben como maniobrar sobre la difusa línea que separa el humor de lo dramático en sus dos personajes. La introducción de tres jugadores esenciales como Cressida (Natalie Dormer), Pollux (Elden Henson) y Castor (Wes Chatham) es buena y les provee el tiempo suficiente en escena como para desarrollar sus historias y acoplarse a la trama sin problemas. Ellos tienen la función de filmar en el campo de batalla las escenas para luego armar los cortos, además de claro tomar las armas y luchar.


Las actuaciones son muy buenas. Destaca obviamente Jennifer Lawrence en un papel que es el equivalente a lo que Wolverine es para Hugh Jackman. Nadie más puede interpretar a Katniss como ella, pues ella es Katniss Everdeen en todo su esplendor. Más allá de la actriz principal, Julianne Moore, Phillip Seymour Hoffman y Woody Harrelson nos entregan performances magistrales. Los tres intentando mantener el frágil equilibrio en el Distrito 13 y luchando para que Katniss de una vez por todas se convenza de que tiene todo lo necesario para guiar a los revolucionarios. Tal vez sea Moore la menos propensa a las sonrisas, pues su Alma Coin parece haber quedado sin tiempo para reír en esta vida. La ambigüedad en ella está muy bien jugada y a cada paso que da nos deja una sensación muy extraña. Harrelson y el difunto - como te extrañamos viejo- Seymour Hoffman le proveen mucho humor a la historia directamente desde la postura. Muy relajados los dos y dándose al máximo en la composición de sus roles, disfrutando de su trabajo. Es una pena que esto sea lo último que veremos del gran Phillip Seymour Hoffman, pero sin dudas que su trabajo final es de una enorme categoría. Liam Hemsworth tiene al fin un poco más de protagonismo y exhibe una paleta de expresiones más que interesante, lo que confirma mi opinión de que es uno de los mejores actores Sub-30. Natalie Dormer es una de las actrices del momento y no hay lugar donde no destaque por su precisa y suelta labor. Como Cressida nos da una puntada de lo que vendrá; vemos en ella una mujer luchadora y sin miedo, que es buena persona pero que también puede tener mano de hierro. Donald Sutherland chorrea maldad y cinismo como el Presidente Snow, nada que nos deba extrañar pues es la tercera vez que lo vemos en este rol. En sus breves apariciones deja su marca con esa cara de buen tipo que encierra la maldad más pura.


Lo que se le debe criticar a The Hunger Games: Mockingjay Part I es que de a ratos se hace un poco pesado, en especial en la parte en que Katniss está completamente fijada con Peeta y todo lo demás - las muertes, la represión, el hambre...cosas bastante relevantes- le chupa literalmente un huevo al punto de generar fastidio (bah, al menos eso me pasó a mí). Pero no teman, porque después de la visita al hospital, se desata un vendaval que culmina con una escena muy bien lograda que inevitablemente lo llena a cualquiera de ganas de ver la segunda parte. Ay, los genios del marketing.


En fin, la película logra captar la esencia revolucionaria del libro, está brillantemente actuada y pose un guión adaptado muy sólido. Los personajes conocidos son geniales, los que no tuvieron tantas chances de mostrarse encuentran un desarrollo total y los nuevos son tremendos. Si uno se puede abstraer de los baches en los primeros 40/45 minutos y del breve ataque de histeria de Katniss por Peeta, se encontrará con un filme muy potente que posee dos o tres escenas que a cualquiera le ponen la piel de gallina. Una mejora de su antecesora que es una gran película, pero no llega a la perfección simplemente porque debe incurrir en el estiramiento de escenas que NO son importantes (como la de las escaleras, ya verán) para poder llenar los minutos sin contar demasiado.



Puntaje: 9/10 

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