Recuerdo haber visto con un par de amigos cuando apenas tenía trece años un filme - bastante fallido pero divertido- que versaba acerca de los horrores que escondía el tablero de la Ouija. Digamos que el tema no es original y que existen toneladas de series, documentales, cortos y largometrajes que tratan de explicarnos la naturaleza macabra de este viejo "juego". Cuando leí que se estrenaría para este Halloween un filme titulado Ouija, no pude evitar buscar el trailer pues es un tema que a pesar de su repetición siempre me cautivó. Además ustedes saben que soy fanático de un buen filme de horror clase B y tras ver el avance y un par de escenas sueltas promocionales, sinceramente quedé sorprendido porque la protagonista era la genial Olivia Cooke (búsquenla en Bates Motel, la rompe) y por el hecho de que la producción no era en absoluto barata.
Ouija comienza con dos niñas jugando con el tablero en cuestión, pero no llegamos a ver mucho más que esto. Un flashforward nos sitúa ya muchos años después en la casa de una de ellas, donde en la chimenea se consume un viejo tablero ante la mirada atenta de esta muchacha. Antes la habíamos visto murmurar algunas palabras al pedazo de madera para finalmente decidirse a destruirlo. Su mejor amiga Laine (Olivia Cooke) pasa a buscarla para ir a una fiesta, pero la encuentra demasiado perturbada y sin ganas de salir. Escucha como le explica que estuvo jugando sola a la Ouija y que por esa noche prefería quedarse en su casa pues no estaba con muchas ganas de salir. Cuando al otro día Laine reciba la noticia de que su amiga se ha colgado del techo con las luces de navidad, empieza a preguntarse que fue lo que la llevó a un destino tan trágico. Los padres de la difunta joven deciden irse por unos días y ella se ofrece a pasar por la casa cada tanto para chequear que todo este bien. Pero a medida que pasan los días, empieza a sentir que algo no está bien allí dentro. Todas las pistas parecen conducir a ese maldito juego y por ello con su novio y sus amigos intentarán buscar respuestas en lo que al comienzo a todos les parece un chiste pero que se va revelando como un camino al terror que nunca imaginaron posible.
La tensión en las escenas más importantes de Ouija está bien construida. El sonido está en perfecta sincronización pero hay un notorio abuso de los saltos extremos de volumen, algo que en su momento fue novedoso pero que hace tiempo es solamente molesto. Intenta imitar sin demasiado éxito el estilo James Wan, que de a poco comienza a ver como todos los productos que involucran una casa embrujada toman sus dos o tres elementos principales y los usan sin asco. La transición de la no creencia a la creencia absoluta en lo sobrenatural - la naturalización de lo fantasmagórico si se quiere- es muy veloz y no posee mucho desarrollo. Esta falencia reside en una introducción demasiado larga que deriva en una transición demasiado rápida entre el nudo y el desenlace. El suspenso y la sorpresa brillan entonces por su ausencia, dejando de lado que desde el título la película nos cuenta casi todo.
Ouija va y viene con los sustos en un ritmo casi frenético al punto de aburrir. Matiza esta aceleración presentando algunas situaciones y luego escondiéndolas en el momento justo. La trama gana un poco de tiempo y permite que algunos de los personajes puedan tener vuelo propio. Hay una inevitable reminiscencia a Sinister (2012) y a The Conjuring (2013) - el productor es el de Insidious, con lo que por ahí tienen una punta para saber de que viene esto-, y soy bueno al afirmar esto pues Ouija es ni más ni menos que un pastiche de estos dos filmes. No se puede negar que sea didáctica a la hora de explicar el mito de la Ouija y todos los pasos a seguir si se quiere utilizar de manera óptima al tablero maldito. En el cuarto final, hay un buen giro que si bien refresca un poco el ambiente no logra ser tampoco demasiado novedoso para el género.
La actuaciones son en su mayoría promedio, sirven para el tipo de cinta Clase B con pretensiones más grandes que es Ouija. La que sobresale obviamente es Olivia Cooke que de a poco empieza a probarse en el mainstream y es esperable que en estos años tenga muchos papeles en películas muchísimo mejores que esta. Con mucha seguridad les confirmo que su presencia logra que de a ratos Ouija sea atrapante y que la eleva un poco por sobre la media.
Ouija es un filme tranquilamente evitable, nadie se va a perder nada por no verla. Los sustos y la atmósfera están construidos de forma decente y muestra buenas intenciones, pero se queda allí sin progresar. Más allá de Olivia Cooke, no logra sumarle nada a un género que pide a gritos una reinvención y dejar de lado de una vez por todas la lluvia de clichés. Ouija podía elegir otro camino que no sea la clásica historia de la casa y el espíritu que acecha a quien se preste, pero prefirió ser efectista antes que de buena calidad. Y eso sí es un error en extremo grave.
Puntaje: 4/10
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