Aún para quienes no son grandes fanáticos
del Grindhouse, es muy difícil discutir el talento del polifacético y
excéntrico director, productor y compositor Robert Rodríguez. El evil twin de
Quentin Tarantino – con quien ha realizado un proyecto doble como homenaje al
viejo cine Clase B del cual ambos son tanto exponentes como fanáticos- ha
logrado estar siempre un paso adelante de nuestra imaginación con sus
realizaciones de las cuales se pueden destacar unas cuantas: From Dusk Till
Dawn, The Faculty, El Mariachi,
Desperado, Once Upon A Time In Mexico, Sin City, Spy Kids, Planet Terror,
Machete y Shorts. Hay pocos filmes de Rodríguez que
puedan ser calificados como “malos”, aunque es verdad que hubo algunos
productos como la saga de Spy Kids que demostraron su veloz agotamiento tras el
éxito de la primera parte y otros como The Adventures Of Sharkboy And Lava Girl
que directamente no parecía ser una película suya. Dejando de lado la parte más
“infantil” (que en realidad no lo es tanto) de su filmografía, en sus
largometrajes siempre tenemos el gusto de encontrarnos con un cruce entre el
viejo y querido Western y el Clase B – con todo su humor negro e irreverencia-
más burdo y sangriento que los estrictos pero ambivalentes cánones de Hollywood
puedan tolerar. Cuando en 2007 junto a su amigo Tarantino decidió el Grindhouse
Double Feature, entre los dos prepararon una serie de trailers falsos siendo
uno de estos el de Machete. Se nos presentaba al actor fetiche de Rodríguez,
Danny Trejo, como un ex Federal baleado por la mafia y dejado morir en un
incendio que volvía por su venganza. Sus armas eran decenas de machetes y armas
de toda clase. Al público le encantó la idea y comenzó a pedir que se
convirtiese realmente en una película. Lo que comenzó como un chiste mutó en un
muy buen filme estrenado en el año 2010 plagado de estrellas como Robert De
Niro, Lindsay Lohan, Jessica Alba, Michelle Rodríguez y hasta Don Johnson
que funcionó de maravillas. La secuela tardó tres años, pero para quien les
escribe esta no fue ninguna decepción. Es más, hasta logró magnificar todo lo
que se había visto en la primera parte y hacerla mucho más divertida.
El filme abre con otro falso trailer tras
la cortina que todos los fanáticos de Tarantino y Rodríguez ya conocemos de
memoria. Es el delirio total y si llega a materializarse sería la culminación
de la locura del director. Machete Kills Again…In Space – un híbrido entre
Machete y Star Wars, con espadas láser incluidas- apunta a ser una de las
cintas más locas y bizarras que se haya visto en estos últimos años. La
historia retoma desde donde había quedado antes y desde el vamos es pura
sangre. Pero nada se compara al momento en el que el protagonista saca el famoso machete
y comienza a matar enemigos (incluido un tipo partido al medio). La Agente Sartana (Jessica
Alba) muere en un operativo en manos de un misterioso hombre enmascarado. Esto
llena de ira y dolor a Machete que decide vengar la muerte de su compañera. En el medio de su cruzada, es secuestrado. Cuando está al borde de su muerte, recibe un llamado del mismísimo Presidente
de los Estados Unidos (un enorme Charlie Sheen, presentado como Carlos Estévez)
que tiene un trabajo para él y The Network, esa red de latinos dirigida por She
(Michelle Rodríguez) con la que había luchado codo a codo poco tiempo atrás.
Ayudado por Miss San Antonio (Amber Heard) y Mendez un revolucionario esquizofrénico (Demian
Bichir) intentará salvar el mundo de las manos de un mesiánico traficante de
armas llamado Voz (Mel Gibson).
Charlie Sheen se roba la película en todas
sus intervenciones. Su entrada es genial y sus escenas tomando tequila en el
Despacho Oval, fumando como una chimenea, puteando cada dos palabras y en la
cama con varias mujeres son hilarantes. Es una muy buena parodia de sí mismo
realizada con mucho talento, humor y sin haber cobrado dos pesos. Danny Trejo
demuestra que está hecho para ser Machete o lo que Robert Rodríguez le ponga
adelante. Su personaje, un spin off inesperado de Spy Kids, es genial y duro como una roca.
Su costado de sex symbol es muy gracioso y sigue sin pestañear a la hora de
cortar en mil pedacitos a cualquiera que se interponga en su camino. Amber
Heard está francamente muy bien en un papel no tan exigente y lo que más
resalta es su química con Trejo. Sofía Vergara brilla como Desdemona, la cruel y sádica madama de
prostíbulo cuyo staff es en realidad un grupo de asesinas implacables vestidas
de cuero y látex. Dos elementos clave: el corpiño ametralladora y la pistola
pélvica, además de la locura y los chillidos insufribles que emite cada vez que se enfrenta a nuestro héroe.
Vanessa Hudgens interpreta a un personaje similar al de Lindsay Lohan en la
precuela y confirma que no es más una chica Disney. Vuelve a hacer un buen
trabajo y quedan ganas de que su participación sea un poco más larga. Demian
Bichir juega muy bien la esquizofrenia de su personaje, que de a ratos es un
revolucionario de izquierda y por otros es un narcotraficante implacable. La
aparición de Lady Gaga como la asesina a sueldo La Chameleón y de los actores que conforman su disfraz (Antonio
Banderas, Cuba Gooding Junior) no merece más que esta simple mención, aunque el personaje no desentona para nada. Mel
Gibson como un grotesco mercader de la muerte continúa demostrando que la
industria ha cometido un gravísimo error al darle la espalda por sus exabruptos
públicos.
Machete Kills es un filme que resume a la
perfección el Clase B y aún mejor que su antecesor. Está lleno de sangre y
sexo, pero potenciado al infinito. Esto sucede porque trabaja en clave de auto
parodia y uno de los efectos más prominentes es esta exageración del original.
La estética sigue siendo la que nos acostumbra Rodríguez y debo decir que el
efecto – tanto visual como en los cortes que parecen hechos a machetazos, je-
de cinta de dudosa calidad cada día me gusta más. Las menciones continuas a la
cultura popular mexicana le suman un mayor atractivo, al menos para mí que me
encanta todo lo que tenga que ver con ese tema.
Machete Kills no defrauda en ningún momento
y logra renovar exitosamente una historia que no parecía tener mucho más vuelo
que un solo filme. La creatividad del director no parece agotarse nunca y la
idea del espacio sirve como confirmación de esta premisa. Si buscan sangre,
sexo y disparos pero multiplicados en cantidades inauditas, esta es su próxima
parada. Impecable trabajo de Robert Rodríguez que al reírse de su propio
trabajo, y para regocijo de todos nosotros, logra mejorarlo a sobremanera.
Puntaje:
9/10
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