viernes, 27 de diciembre de 2013

Assault On Wall Street

Me encontré con Assault On Wall Street de casualidad. No le presté demasiada atención pero me sorprendió que muchos críticos a los que sigo habitualmente la hayan puntuado bien. No parecía ser un filme con un gran presupuesto y en principio solo tenía una cara semi-conocida (Dominic Purcell, sí el grandote de Prison Break) como protagonista. Sin nada que perder y con un poco de tiempo en mis manos, me senté a ver de qué se trataba. El experimento de Uwe Boll es previsible pero no por ello deja de ser entretenido. Veamos las razones que sostienen mi argumento.

La película comienza con varios noticieros superpuestos de los días en los que Lehman Brothers quebró y comenzó la enésima crisis de Wall Street en 2008. El director nos muestra hacia donde apunta su mensaje con la escena inicial: el directorio de una empresa a punto de quebrar, Lehman claro está, se encuentra reunido y en estado de emergencia. Los ejecutivos dicen que no importa cuantos clientes lo pierdan todo, que solamente hay que salvar a la compañía. Los socios y accionistas son los que merecen la salvación pues los clientes siempre están felices cuando ganan especulando. Es decir, ahora que perdieron se tienen que joder. Claro que es mucho más profunda la cuestión, ya que no necesariamente fueron las personas dueñas del dinero las que apostaron todo en activos tóxicos sino sus brokers. Pero para las altas esferas de Wall Street, todo es un círculo vicioso en el que siempre salen ganando ellos a costa de los ciudadanos comunes. Jim (Dominic Purcell) y Rosie (Erin Karpluk) son una pareja que se encuentra pasando muchas turbulencias económicas debido a los problemas de salud de ella. Su tumor en el cerebro desapareció pero debe continuar con su tratamiento pues es muy probable que haya dejado graves secuelas. Más allá de trabajar a sobreturno en varios trabajos, Jim no logra juntar el dinero suficiente para pagar un seguro que cubra todo este procedimiento. Es el símbolo de muchos de los que perdieron su dinero en 2008: buena gente y honesto, un trabajador que fue embaucado por la persona que manejaba sus ganancias. Su pensión y ahorros de toda la vida, como los de tantos otros, se fueron al tacho de basura tras la quiebra de Lehman Brothers. A medida que los días pasan, todo parece empeorar. Ante un sistema injusto hay dos opciones: agacharse o tomar el toro por las astas (metáfora más que válida en este caso). Primero se somete y trata de ir por el buen camino, pero cuando el amor de su vida se suicida por considerarse la culpable de todo lo que les sucede, comienza el camino de la venganza.


Purcell está muy bien en un rol simple donde solo se necesita tener músculos y disparar varias armas. Logra erigirse convincentemente como un soldado del pueblo, como la voz de todos los arruinados por la avaricia y la corrupción de Wall Street. Sin duda alguna, a cualquiera de nosotros se nos pasó por la cabeza hacer lo que Jim hace en la segunda mitad del filme. Los demás actores acompañan bien - tenemos a Keith David, un secundario famoso a esta altura- y como perlita tenemos el regreso de Edward Furlong (sí, sí el jovencísimo John Connor en Terminator 2: Judgement Day) que con varios kilos demás vuelve a la pantalla con una actuación razonable y simpática. La secuencia de acción final, esencial en este género, no decepciona y por suerte evita la moralina.


Assault On Wall Street no es una obra del séptimo arte, pero si un frenético thriller. No hay gran profundidad en el guión ni actuaciones descollantes, pero si una historia bien armada y sólidas interpretaciones. Las escenas de acción son buenas, pero lamentablemente se amontonan sobre el final. Los diálogos están bien llevados y la crisis muy bien descripta. Los actores tienen química entre sí y Furlong resalta sobre todo por el tiempo que llevaba lejos de los flashes y los sets de filmación. Más allá de hasta haberme parecido un poco larga (le sobra casi media hora), logró entretenerme bastante. Si eso es lo que cuenta, bienvenida sea. Échenle una mirada que sirve para pasar el rato y hasta un poco más.


Puntaje: 6.5/10

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