Comencemos diciendo que la tarea de adaptar de una manera 100% precisa un excelente y complejo libro como el de Max Brooks (sí, el hijo del legendario Mel) a la pantalla grande es sin dudas algo casi imposible. World War Z es un compendio de crónicas que recogen testimonios de sobrevivientes de la guerra mundial contra los zombies. Es una muy dura crítica en contra del sistema, de los mitos de la política, de los vínculos entre los gobiernos y las grandes corporaciones y de los escalofriantes e inhumanos manejos de los Estados frente al aviso de que lo peor está por venir (hola 11 de Septiembre, hola Bush). Lo que si se puede criticar es que varios de los mejores pasajes del libro fueron dejados de lado y se privilegiaron las grandes escenas a puro CGI por sobre la riqueza de los personajes y escenarios originales.
World War Z está dirigida por Marc Foster y respeta los parámetros básicos de todo filme de zombies desde The Night Of The Living Dead del maestro George Romero mezclándolos con las reglas principales de cualquier película apocalíptica. Las anomalías en la naturaleza son ignoradas por el ser humano y repentinamente una persona infectada con vaya uno a saber que muerde a otra y comienza el brote. El caos no tarda en reinar y al poco tiempo la especie humana se ve amenazada letalmente por algo que no puede siquiera definir científicamente. Gerry Lane (Brad Pitt) es un Investigador de Campo de la ONU que está disfrutando de su retiro tras haber trabajado en los lugares más peligrosos y abandonados del mundo. Su tranquila vida familiar se va a ver interrumpida por la llegada de un extraño virus que se expande velozmente a lo largo y ancho del globo. Thierry Umutoni (Fana Mokoena) se contacta con Gerry y le ofrece refugio para él y su familia a bordo de un portaaviones del Ejército. Una vez instalados allí, Lane se dirige hacia Corea del Sur donde se dice que estaba el famoso "Paciente Cero - atiendan al hecho de que el Norte está a salvo y sin infecciones-. La advertencia que nunca fue escuchada por nadie, aunque todo estaba allí frente a sus ojos. El recorrido va a seguir por Jerusalem (no se pierdan la critica a Israel y su muro que aísla a Palestina y también el consiguiente palazo a la religión), en una carrera desenfrenada por salvar a la humanidad en el mismo momento en que todo parece estar perdido.
Las actuaciones son buenas, pero el problema es que hay un solo protagonista en World War Z: Brad Pitt. No se puede decir que es una decisión desacertada, ya que el bueno de Mr. Pitt vuelve a demostrar porque muchos críticos y fanáticos - entre los que me incluyo y desde su salto al estrellato- lo consideran un muy buen actor. Le pone el cuerpo a todas las escenas y además le imprime a su interpretación una mezcla de intensidad y de desazón que logran conmover. Se podría decir tranquilamente que el verdadero sostén de World War Z es Brad Pitt y que esto hace que sea una película que vaya más allá de un CGI muy bien utilizado. Las escenas de las principales capitales del mundo destruidas y en llamas y las masivas montañas de muertos vivientes son impactantes y realmente entretenidas.
Los zombies están bastante bien logrados y respetan las descripciones que hace Max Brooks en el libro. La cinta termina decantando en una de acción con algunos tintes de la oscuridad y la destrucción presentes en la obra que la inspira. Dicho esto, hay que aclarar de una vez que nos encontramos no ante una adaptación sino ante una interpretación libre. Como ya dije, las mejores escenas y reflexiones no fueron incluidas con lo que el fanático del libro se va a encontrar profundamente decepcionado. Si bien amaga con un final feliz - y por ende con destruir la esencia de la historia original, como sucedió en la "muy buena hasta que el final la cagó" I Am Legend- termina respetando esa incertidumbre que engloba a World War Z de principio a fin. Hay un explícito robo a la franquicia Alien que el mismo director se encargó de explicar hace poco, con lo que lamentablemente la resolución no es para nada novedosa o sorprendente siquiera.
World War Z no aprovecha su exquisito material de fuente y por ello termina siendo un unipersonal de Brad Pitt a quien vemos corriendo, saltando de edificios, disparando, cuidando a su familia y hasta cortando una mano. Y es justamente por esto, sumado a los muy buenos efectos especiales, que el filme me terminó gustando. De no haber sido por el talentoso actor norteamericano, no hubiese podido verlo de principio a fin (y eso que soy un gran fanático del género zombie y del gore). Conforme a medias, les recomiendo verla en plan de fin de semana. No esperen ninguna reflexión social y política como las que nos da Max Brooks en su libro sino un filme de acción frenético y plagado de zombies hambrientos y realmente veloces.
Puntaje: 6.5/10
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