viernes, 23 de enero de 2015

Gone Girl


David Fincher es ese señor que nos trajo Fight Club (1999), Panic Room (2002), Zodiac (2007), The Social Network (2010) y The Girl Wit The Dragon Tattoo (2011). Ya solamente con este pequeño pedazo de su filmografía - al que agregaremos ser el productor de la fenomenal Lords Of Dogtown (2005) y de la serie del momento, House Of Cards- deberíamos reverenciarlo ante cada nuevo producto que dispone frente a nosotros. Gone Girl, la adaptación cinematográfica del libro homónimo escrito por Gillian Flynn, no es la excepción a la regla: es un filme complejo, con muchas vueltas de tuerca, un mensaje potente y muy buenas actuaciones. El desafío no era en absoluto simple sino más bien casi imposible; cualquiera que haya leído el libro de Flynn confirmará esto. La profundidad de sus personajes y lo intrincado del caso policial que funciona como base, no convierten a Gone Girl en el sueño húmedo de cualquier director de cine. Pero todos sabemos - hasta sus detractores- que David Fincher no es cualquier director.

Nick (Ben Affleck) y Amy Dunne (Rosamund Pike) son un matrimonio que está cumpliendo cinco años y se encuentra en una aparente crisis terminal. La rutina parece haberlos consumido y de entrada un flashback nos lleva hacia el momento en el cual se conocieron por pura "casualidad" en una fiesta estilo high school. Vuelta al presente y vemos a Nick llegando a su casa, apurado por un llamado que recibió de su vecino que se encontró por enésima vez con su gato en su parque. Acto seguido, Nick ingresa a su hogar y ve una mesa ratona de vidrio destrozada. Comienza a llamar a su mujer desesperado y se da cuenta que no está por ninguna parte; la desesperación lo invade y realiza la denuncia en la comisaria local.


La búsqueda incansable de Amy comienza ese mismo día y la Detective Rhonda Boney (Kim Dickens) tomará como pistas una serie de mensajes que la desaparecida le dejó a su marido en un habitual juego de ellos para cada aniversario. Hay varios puntos que no le cierran a nadie y los prejuicios apuntan directo hacia Nick, que al mismo tiempo que trata de esquivar las balas mediáticas intenta reorganizar sus pensamientos para descubrir que fue lo que realmente sucedió. Nos vemos sometidos a un salto permanente entre pasado y presente, en el que el relato de Amy nos lleva por todo lo que vivieron desde el primer día hasta la dura y lamentable actualidad. La caza de brujas se ha desatado y pocos tienen al menos algo de sentido común a la hora de analizar los hechos. Un pueblo entero pide por la cabeza del marido de la pobre muchacha que seguramente fue asesinada y lanzada al río por tamaña mente macabra. Toda una radiografía del patético rol de los medios - personificados en la desopilante Missi Pyle, en el rol de una conductora muy particular- y de como no podemos vivir sin mandar a la horca a alguien, sin importar si es culpable o inocente, para poder dormir tranquilos.


Gone Girl es una muy dura crítica al matrimonio como institución social y un enigma gigante que cada espectador deberá ir descifrando a medida que pasen los minutos. El sueño inicial se convierte en una pesadilla, esa sería la lectura simple del filme, aunque de a poco nos lleva a preguntarnos si realmente hubo un idilio alguna vez entre los dos protagonistas. Fincher hace que sea muy claro el pasaje de la luz a la oscuridad y nos advierte que en cualquier relación siempre hay resquemores y tuercas que no están bien ajustadas. Que lo importante es solucionar esos problemas antes de que lo coman vivo y todo pueda terminar realmente mal. 


Un policial impecable sin dudas, Gone Girl posee una innumerable cantidad de giros argumentativos que lo hacen una fidedigna adaptación del libro original. Un tendal de interrogantes que sirve para que uno al responderlos solamente se encuentre con otros mucho más turbios y monstruosos. El círculo no parece cerrarse jamás, algo que los últimos 25' se encargan de confirmar casi con resignación. La conclusión es excelente. un pliegue que logra envolver a todos los demás dentro de sí, que sin dudas es imaginable pero no de la manera en la que se termina materializando. 


Habrá que pensar más de dos veces desde aquí en más cada vez que nos surja la pregunta de si existen verdaderamente el amor y el crimen perfectos. El bueno de David Fincher reparte sin asco ni miedo contra los grandes noticieros, el matrimonio - al que tilda lisa y llanamente como una farsa- y contra el mismísimo sistema judicial norteamericano. No es el primer filme que critica a este poder por manejarse en base a las imbéciles corazondas de la población y a lo que sale de las usinas periodísticas.


Gone Girl es un brillante trabajo de David Fincher, que prodigiosamente logra construir un universo lleno de sombras y sospechas que se asemeja - siendo esto lo terrible- a la vida cotidiana de la mayoría de los seres humanos. Un espejo de nuestra realidad, nada peor que eso. Y de paso nos entrega a uno de los mejores psicópatas que se haya visto en pantalla grande o chica, elija usted lector la que más le guste. La batalla que comienza a desarrollarse desde la mitad del filme hasta su muy buen cierre -admito que le sobraron unos 15'- es desgarradora y llena de intensidad. 


Rosamund Pike y Ben Affleck se despachan con fenomenales performances y su química es magistral. Logran llevar de la quietud al extremo a sus personajes con mucha elegancia y oficio, algo que es novedoso en Affleck quien desde su primera incursión detrás de cámaras - hoy por hoy es uno de los mejores directores, punto- ha mejorado descomunalmente delante de ellas. Mención de honor para Kim Dickens que compone a una detective honesta y trabajadora, para nada ingenua y con las ideas muy claras, consiguiendo un personaje muy disfrutable y sólido. Lo de Missi Pyle es algo que deberán ver por ustedes mismos, pero les garantizo que reirán a carcajadas con una parodia que se asemeja demasiado a lo que está burlando. 


Las críticas hacia Gone Girl fueron disparejas y creo que es entendible que muchos críticos no hayan salido conformes de la sala. En mi humilde opinión, si es que sirve para algo, Fincher ha logrado otra producción maravillosa que posee todos los ingredientes de los mejores thrillers. Si a eso le sumamos las actuaciones, el trabajo técnico y la banda sonora a cargo de Trent Reznor & Aticus Ross (responsables del OST de The Social Network, que es maravilloso, de los mejor en la historia del cine) creo que el saldo es más que positivo. Hasta se puede vislumbrar apenas por debajo de la superficie una comedia negra de proporciones notables. Tal vez sea un poco más larga de lo necesario, pero errar es humano y más allá de todo lo escrito aquí, David Fincher es uno de los nuestros.



Puntaje: 8.5/10 




No hay comentarios:

Publicar un comentario