jueves, 19 de septiembre de 2013

World War Z

Comencemos diciendo que la tarea de adaptar de una manera 100% precisa un excelente y complejo libro como el de Max Brooks (sí, el hijo del legendario Mel) a la pantalla grande es sin dudas algo casi imposible. World War Z es un compendio de crónicas que recogen testimonios de sobrevivientes de la guerra mundial contra los zombies. Es una muy dura crítica en contra del sistema, de los mitos de la política, de los vínculos entre los gobiernos y las grandes corporaciones y de los escalofriantes e inhumanos manejos de los Estados frente al aviso de que lo peor está por venir (hola 11 de Septiembre, hola Bush). Lo que si se puede criticar es que varios de los mejores pasajes del libro fueron dejados de lado y se privilegiaron las grandes escenas a puro CGI por sobre la riqueza de los personajes y escenarios originales.

World War Z está dirigida por Marc Foster y respeta los parámetros básicos de todo filme de zombies desde The Night Of The Living Dead del maestro George Romero mezclándolos con las reglas principales de cualquier película apocalíptica. Las anomalías en la naturaleza son ignoradas por el ser humano y repentinamente una persona infectada con vaya uno a saber que muerde a otra y comienza el brote. El caos no tarda en reinar y al poco tiempo la especie humana se ve amenazada letalmente por algo que no puede siquiera definir científicamente. Gerry Lane (Brad Pitt) es un Investigador de Campo de la ONU que está disfrutando de su retiro tras haber trabajado en los lugares más peligrosos y abandonados del mundo. Su tranquila vida familiar se va a ver interrumpida por la llegada de un extraño virus que se expande velozmente a lo largo y ancho del globo. Thierry Umutoni (Fana Mokoena) se contacta con Gerry y le ofrece refugio para él y su familia a bordo de un portaaviones del Ejército. Una vez instalados allí, Lane se dirige hacia Corea del Sur donde se dice que estaba el famoso "Paciente Cero - atiendan al hecho de que el Norte está a salvo y sin infecciones-. La advertencia que nunca fue escuchada por nadie, aunque todo estaba allí frente a sus ojos. El recorrido va a seguir por Jerusalem (no se pierdan la critica a Israel y su muro que aísla a Palestina y también el consiguiente palazo a la religión), en una carrera desenfrenada por salvar a la humanidad en el mismo momento en que todo parece estar perdido.


Las actuaciones son buenas, pero el problema es que hay un solo protagonista en World War Z: Brad Pitt. No se puede decir que es una decisión desacertada, ya que el bueno de Mr. Pitt vuelve a demostrar porque muchos críticos y fanáticos - entre los que me incluyo y desde su salto al estrellato- lo consideran un muy buen actor. Le pone el cuerpo a todas las escenas y además le imprime a su interpretación una mezcla de intensidad y de desazón que logran conmover. Se podría decir tranquilamente que el verdadero sostén de World War Z es Brad Pitt y que esto hace que sea una película que vaya más allá de un CGI muy bien utilizado. Las escenas de las principales capitales del mundo destruidas y en llamas y las masivas montañas de muertos vivientes son impactantes y realmente entretenidas.


Los zombies están bastante bien logrados y respetan las descripciones que hace Max Brooks en el libro. La cinta termina decantando en una de acción con algunos tintes de la oscuridad y la destrucción presentes en la obra que la inspira. Dicho esto, hay que aclarar de una vez que nos encontramos no ante una adaptación sino ante una interpretación libre. Como ya dije, las mejores escenas y reflexiones no fueron incluidas con lo que el fanático del libro se va a encontrar profundamente decepcionado. Si bien amaga con un final feliz - y por ende con destruir la esencia de la historia original, como sucedió en la "muy buena hasta que el final la cagó" I Am Legend- termina respetando esa incertidumbre que engloba a World War Z de principio a fin. Hay un explícito robo a la franquicia Alien que el mismo director se encargó de explicar hace poco, con lo que lamentablemente la resolución no es para nada novedosa o sorprendente siquiera.


World War Z no aprovecha su exquisito material de fuente y por ello termina siendo un unipersonal de Brad Pitt a quien vemos corriendo, saltando de edificios, disparando, cuidando a su familia y hasta cortando una mano. Y es justamente por esto, sumado a los muy buenos efectos especiales, que el filme me terminó gustando. De no haber sido por el talentoso actor norteamericano, no hubiese podido verlo de principio a fin (y eso que soy un gran fanático del género zombie y del gore). Conforme a medias, les recomiendo verla en plan de fin de semana. No esperen ninguna reflexión social y política como las que nos da Max Brooks en su libro sino un filme de acción frenético y plagado de zombies hambrientos y realmente veloces.

Puntaje: 6.5/10

lunes, 16 de septiembre de 2013

Red Dawn

En 1984 se estrenó Red Dawn, un filme políticamente incorrecto dirigido por John Milius que expresaba bien claro cual era el pensamiento del Red-Neck de los Estados Unidos respecto a la Unión Soviética, al Comunismo y a su propio país. Fue un asqueroso filme de propaganda que estaba en sintonía con las ideas y políticas nacionales e internacionales del icono de los republicanos Ronald Reagan, que presidia al país para ese entonces. En plena Guerra Fría, el filme tenía cierto sentido y a decir verdad estaba muy bien dirigido. Milius además de ser un Republicano (pro armas y todo) de antaño, siempre fue un muy buen director y un aún mejor escritor. A esto se le sumaron las delirantes y sólidas actuaciones de varias estrellas juveniles de ese entonces, como Charlie Sheen y Patrick Swayze, que luego llegaron a ser nombres importantes en la industria del cine. La idea era una locura, pero era exactamente lo que el norteamericano medio pensaba de la temible y diabólica URSS: que cualquier día iban a caer con sus paracaídas y tomar un pueblito en el medio de la nada para así comenzar su colonización de su amada patria. Por todo esto, hacer una remake de Red Dawn hoy no tiene sentido pues la situación en la que se gestó la película original no existe hace mucho tiempo. Pero la tentación de hacer un poco de dinero fácil nunca falta, entonces el proyecto se llevó adelante.


Dan Bradley fue el elegido para ponerse al frente de la nueva versión de Red Dawn, que además es su ópera prima (es conocido como Stunt Man, no como director). La idea es la misma que la original pero solo que está situada en la actualidad y el gran cuco internacional es Corea del Norte y más específicamente su nuevo líder que apenas llega al poder tras la muerte de su padre, comienza a amenazar a cuanto país se le ocurra. Este montaje está bien armado con imágenes reales de noticieros norteamericanos, lo cual también es una pequeña autocrítica hacia la visión del mundo que arman la mayoría de los medios de su país. La profecía maligna se cumple y los coreanos del norte invaden un pequeño pueblo en el medio de la nada (The Home Of The Wolverines ¡de nuevo!). Un grupo de jóvenes, entre los que se encuentran dos hermanos que son los hijos del Sheriff local, logra escapar y refugiarse en una casa en las afueras del pueblo. Pero tras un enfrentamiento interno, uno de ellos vuelve al pueblo y se pasa al bando enemigo. Lo lleva hasta la casa en el bosque y, escondidos, los hermanos Eckert (Chris Hemsworth y Josh Peck) ven como ejecutan a su padre que antes de morir da un discurso patriotero diciéndoles a ambos que peleen y recuperen el pueblo. Desde aquí, van a implementar tácticas de guerrilla urbana y liderados por Jed (Hemsworth), un soldado que estaba a punto de volver a la guerra, lucharán a sangre y fuego para recuperar su hogar. 


El simbolismo norteamericano está presente por todas partes, en especial en las marcas. El tema del consumo es algo que también estaba en la anterior versión así que se puede perdonar. Pero Red Dawn posee un exceso de mensajes cargados de patrioterismo y de "nosotros somos los buenos" que la hacen demasiado estúpida. La de Milius era una película dura y bastante sentida también, pero sin semejante nivel de cursilería. Los enfrentamientos armados están bien logrados y son lo más interesante de la cinta. Las actuaciones son más bien chatas y ni Hemsworth, que a mi parecer es un buen actor, logra sobresalir por la mediocridad de la película en general. 


Red Dawn es una mala decisión. Nunca se debió haber hecho una remake de este filme y las razones están a la vista de todos. En 1984, aún desde un punto de vista muy particular, tenía sentido una película así pero hoy ya es pura pérdida de tiempo. Esperemos que de aquí en más haya menos remakes - y menos si están tan mal hechas como esta- y más ideas originales y frescas, como lo fue la de John Milius en aquel entonces.

Puntaje: 3.5/10

  

jueves, 12 de septiembre de 2013

Star Trek: Into Darkness

En los Estados Unidos, la critica fue muy elogiosa con esta esperada secuela. No lo mismo los espectadores, que no asistieron masivamente a las salas para verla y por ende la recaudación fue bastante regular. Debo decir que acuerdo con los críticos y no con los espectadores, algo que no se condice con uno de los pilares de la industria cinematográfica. Star Trek: Into Darkness está nuevamente dirigida por el gran J.J Abrams que como productor y director siempre ha sido una ola de gratificación para los fanáticos de la ciencia ficción (miren si no Super 8 y Lost y después me cuentan que opinan al respecto).

El guión del filme esta basado en Star Trek: The Wrath Of Khan la mejor película de todas las que se hicieron de Star Trek (hasta la primera de Abrams en 2009, claro). La historia es entretenida y atrapante y logra oscurecer un poco el clima festivo de su antecesora sin por ello perder el humor y la - muy buena- química entre Spock (Zachary Quinto) y Kirk (Chris Pine). El jóven Kirk es destituido como Capitán del Enterprise tras una desastrosa misión en un planeta extraterrestre. Pero tras un ataque terrorista que destruye toda la flota - y que viene desde adentro-, deberá subirse junto a Spock nuevamente a la legendaria nave para ir tras uno de sus peores y más crueles enemigos. Khan (Benedict Cumberbatch) ha logrado infiltrarse en la federación y golpearla desde adentro. Nadie conoce sus motivos, pero la cacería humana ha comenzado y nada parece indicar que será exitosa.


Las actuaciones son buenas en general. Pine compone nuevamente a su arrogante y gracioso Kirk que no parece encontrar un sano equilibrio entre su talento y las reglas. Quinto mejora su Spock previo, tal vez por la mayor cuota de protagonismo que posee. No falta la escena de su mano tratando de alcanzar la de su agonizante amigo y el furioso grito (Khaaaaaaan!). La química entre ellos es excelente y Abrams logra que la relación termine de consolidarse pudiéndose decir que es aquí donde Kirk y Spock se hacen amigos inseparables. Pero la nota alta la da el británico Benedict Cumberbatch, que demuestra porque todo el mundo ha llegado a la conclusión de que es el mejor actor de la actualidad. Su Khan es maravilloso y tiene todos los matices que un villano debe tener. Está lleno de ira y de maldad, pero posee sentimientos y un motivo muy personal para llevar a cabo sus acciones. Todo lo que involucre a este gran actor debe ser visto, sin importar como sea el producto final. Cumberbatch es en sí mismo un espectáculo y el bueno de J.J acertó en darle este papel que le sube unos puntos a la película.


Una de las cosas que más me sorprendió de Star Trek: Into Darkness es que toca un tema muy complicado como el terrorismo de una manera distinta a la que estamos habituados. Lo que el filme se plantea es lo que pasaría si uno de los terroristas que tanto se busca y se repudia desde los Estados Unidos tuviese la oportunidad de hablar: de explicar sus razones y de contar TODO lo que sabe. No en vano a Saddam Hussein, a Mohammar Khadaffi y a Osama Bin Laden los asesinaron sin darles posibilidad real de defenderse. Hay un gran miedo a que la verdad salga a la luz en los gobiernos de las potencias mundiales, pues es una verdad que los involucra directamente a ellos. Podrán taparla con discursos, pero todos sabemos que allí hay algo que funciona muy mal y que tarde o temprano saldrá a la luz. El personaje de Khan es el que lleva consigo todas estas preguntas y afirmaciones, y también es quien se encarga de responderlas.


Star Trek: Into Darkness no puede decepcionar ni al Trekkie más puntilloso. Todas las referencias a la serie original están allí nuevamente. La atmósfera es mucho más densa y oscura - cortesía de Khan- y al mismo tiempo logra ser extremadamente divertida por sus inteligentes diálogos y líneas. El uso del CGI es maravilloso y uno se siente en el medio del espacio. La dirección de J.J Abrams es impecable y la prueba de que no hay mejor director para hacer ciencia ficción que él - bravo entonces por Disney que lo abrochó para la continuación de Star Wars-. Las buenas actuaciones y Benedict Cumberbatch son la frutilla de un postre que es demasiado delicioso como para no comerlo.

Puntaje: 9/10  

The Dylatov Pass Incident aka Devil's Pass

Llega a nuestras manos - no cines, esto está clarísimo- otro filme de terror/suspenso basado en un hecho real. Devil's Pass tiene su apoyo central en "El Incidente del Pasaje Dylatov" uno de los más grandes misterios aún irresolutos de la historia. La cosa fue así: en 1959, un grupo de 10 escaladores decidió subir a los Montes Urales con el objetivo de alcanzar un pico llamado "La Montaña de la Muerte". En condiciones realmente complicadas lograron llegar hasta allí y sentaron campamento en las cercanías del lugar. Unos días más tarde se encontraron los cuerpos de 5 de los estudiantes que habían realizado la expedición y dos meses más tarde se pudieron recuperar otros 4 cuerpos más. Tenían puestos solamente sus pijamas y al parecer la noche del 2 de Febrero rompieron desesperadamente sus carpas desde adentro y salieron a caminar por los montes sin ningún abrigo ni seguridad. Sus cuerpos presentaban severos golpes, la mayoría tenía el cráneo destrozado y uno de ellos había hasta perdido la lengua. En sus ropas se encontraron niveles muy altos de radiación, con lo que se imaginarán lo veloces que fueron las gestiones de la Unión Soviética para cubrir el episodio. El único sobreviviente de la tragedia tuvo suerte: se enfermó unos días antes de la escalada y por ello debió quedarse en el pueblito que está al pie de la montaña. El incidente lleva el nombre del joven que organizó el viaje y aún no se ha descubierto que fue lo que traumatizó y atacó a este grupo de personas haciéndolos huir en el medio de la helada noche hacia el bosque.


Sobre esta historia, con la que los ufólogos y conspiracionistas se han hecho una panzada, se construye Devil's Pass. Un grupo de investigadores norteamericanos decide reconstruir paso a paso la expedición del grupo Dylatov para poder resolver el misterio de una vez por todas. Van a documentar todo su viaje, pero el filme abre con la noticia de que los cuerpos de 5 estudiantes estadounidenses fueron encontrados en el mismo lugar donde sucedió la tragedia de 1959. De aquí en adelante se transforma en una película de found-footage al estilo Grave Encounters (es decir, el material lo vemos solo nosotros los espectadores). La idea central y la estética son idénticas a la de The Frankenstein Theory otro reciente producto de este género, aunque el desarrollo de la historia y el factor miedo son mucho más efectivos. La cámara - sorprendentemente- es firme y tiembla bastante poco y los paisajes son muy hermosos siendo estas dos características que hacen de Devil's Pass un producto agradable para la vista. Las actuaciones no son dignas de mención, pero tampoco molesta que sean malas pues la idea de estas cintas es que parezcan "reales".


Si bien Devil's Pass es una adaptación más bien libre de lo que sucedió en 1959, hay en ella varios elementos que la hacen distinta al found footage de nuestros días. Mezcla muy bien la fobia norteamericana a todo lo que venga de Rusia - que para ellos siegue siendo igual a la URSS- y la fantasía del viaje en el tiempo, aunque deja algunos cabos sin atar. En sí del incidente original solo es precisa la breve mención inicial, pues todo lo demás es una suposición de lo que aconteció. El giro del final lo deja a uno pensando y mi conclusión es que el guión es un gran loop que puede repetirse incesantemente sin alterarse jamás el curso de los hechos. Una espiral interminable hacia el terror llena de sustos efectivos y cámaras que por la radiación pierden la imagen, redondeando una película entretenida y delirante. La dirección de Renny Harlin (Die Hard 2, Deep Blue Sea y The Cliffhanger) es buena y explota muy bien los hermosos y gélidos paisajes de los Montes Urales. Más allá de tener algunos baches, un guión muy previsible y varios clichés del género, Devil's Pass vale al menos una mirada.

Puntaje: 7/10

sábado, 7 de septiembre de 2013

Pain & Gain

Empecemos hablando de Michael Bay, que es un director al que por la saga Transformers se lo ha destruido desde la crítica de cine. Sin dudas que estos filmes no son una obra de arte como Psycho o Les 400 Coups, pero tuvieron un gran éxito en la taquilla porque cumplen con su objetivo único: entretener. No pretenden ser películas complejas ni requieren de actuaciones profundas (los protagonistas son los geniales Autobots y los Decepticons que están muy bien logrados, hay que decirlo) sino tan solo llevarnos por un camino de adrenalina pura durante el lapso de dos horas. Tan terrible no parece, más si tenemos en cuenta que no es un mal director y que hay pruebas de ello: The Rock (1996), Bad Boys (1995) y The Island (2005) están allí para atestiguar mis palabras. Igualmente volveré a hablar de él seguramente cuando se estrene dentro de poco Transformers: Age Of Extintion donde los fanáticos al fin veremos a los Dinobots en acción. Pero antes de este compendio de autos y explosiones, el bueno de Bay decidió filmar una muy buena película que lo acerca a sus raíces (es decir a Bad Boys). Pasemos ahora a Pain & Gain, que aún no tiene fecha de estreno aquí lo cual sería una verdadera lástima.


El argumento es muy simple y tiene el agregado - oh, novedad- de estar basado en un hecho real. Tres bodybuilders que viven en Miami están hartos de su vida plana y de llegar con lo justo a fin de mes. Daniel Lugo (Mark Wahlberg) trabaja en un importante gimnasio y es puro músculo y entusiasmo. Pero detrás de su sonrisa de publicidad de dentífrico hay una persona que quiere tenerlo todo, que quiere vivir el sueño americano. Adrian Doorbal (Anthony Mackie) es otro amante del gimnasio que entrena muy duro y continuamente se inyecta esteroides para poder ganar más masa muscular y entrar con chances en los concursos que se realizan en el barrio. Pero a la larga se va a encontrar con un problema de gran magnitud: las drogas tuvieron sobre él el efecto que todos ya sabemos y está desesperado por poder comprar las inyecciones que van a reactivar su virilidad. Paul Doyle (Dwayne Johnson) es otro asiduo asistente del local y un adicto en recuperación que encontró en la Iglesia su salvación. Cuando Daniel conozca y trabe muy buena relación con el millonario empresario Victor Kershaw (Tony Shalhoub), comenzará a planear una operación para hacerse con todas sus propiedades. Recluta a Adrian y a Paul y efectúan el secuestro con cautiverio y tortura incluidos. Pero todo sale al revés y las desgracias comienzan a perseguir a este grupo bizarro y potente de criminales que ni habiendo llegado a la cima tienen garantizado el éxito de su misión.


Pain & Gain es muy entretenida llegando a tener momentos realmente hilarantes. La historia transcurre muy velozmente, con una aceleración idéntica a la de los tres protagonistas que se internan en un torbellino imposible de detener que los terminará consumiendo. Demás está decir que es puro músculo, como un viejo Camaro. El trío central está impecable y entrega un excelente show. Wahlberg sigue demostrando que es un gran actor, que la comedia le sienta muy bien y que los matices no son un problema para él. Johnson hace tiempo que no es The Rock y vuelve a armar un personaje sólido y contradictorio, lleno de conflictos internos. Mackie es el que menos resalta por no ser tan histriónico, pero acompaña muy bien. La química entre ellos no puede estar mejor y las apariciones de Shalhoub (nuestro querido y amado Monk) y Ed Harris (como el detective privado que sigue los rastros de nuestro trío) son justas y logran su cometido.


Pain & Gain es un muy buen filme que está muy bien dirigido. El director se aleja, al menos por un rato, del CGI y de las explosiones para darnos un sólido trabajo centrado solo en el guión y los actores. Comienza siendo una comedia negra para luego derivar en una comedia de enredos. La estética noventosa de Miami - y consecuentemente de los personajes- vuelve a hacer su trabajo y hay una crítica clara a la idea del sueño americano. Las conexiones y referencias a Scarface son más que claras y correctas. Una muy buena pastilla de Bay y Wahlberg antes de que los Autobots vuelvan al ruedo.


Puntaje: 8/10

The Frozen Ground

Basada en hechos reales y dirigida por Scott Walker, The Frozen Ground es un thriller que funciona a la perfección. Logra una construcción gradual - y no por ello lenta- de la historia y logra captar a la perfección los paisajes profundos y fríos de Alaska. Consecuentemente la atmosfera es muy densa y oscura creando la escalofriante sensación de que el sol nunca va a salir en el transcurso de la historia, algo que se traslada directamente al guión.

Jack Halcombe (Nicholas Cage) es un detective que viene persiguiendo pistas acerca de varios casos del pasado que según él tienen una conexión. Es el único que sospecha de que el autor de todos estos crímenes es un asesino serial que hace más de 20 años dedica sus noches a matar a sangre fría a jóvenes prostitutas. Aquí entra en escena Cindy Paulson (Vanessa Hudgens), una chica que huyó de su casa hace años y se gana la vida en las heladas noches del pueblo. Víctima de un loco que la tuvo atada en su casa y estuvo a punto de asesinarla, intenta desaparecer de la escena para poder salvar su vida. El Detective Halcombe contacta con ella y juntos comienzan a trabajar para poder dar con este perfecto asesino que no parece dejar ninguna pista que revele su identidad. Robert Hansen (John Cusack) es un hombre de familia con una gran reputación en el pueblo. Pero detrás de esa fachada amable, esconde una gran oscuridad que comienza a salir a la luz a medida que la policía va uniendo los puntos. Todo está en manos de Jack y de Cindy que deben conseguir las pruebas que lo coloquen en todas las escenas del crimen para lograr que nuevamente no se salga con la suya.


El esquema de la película es muy conocido, pero no por ello funciona mal. Presenciamos la clásica pantalla dividida entre las acciones en paralelo - con un buen número de flashbacks- del policía y el asesino en serie que recorren juntos un camino que indefectiblemente los hará colisionar. En poco tiempo todos, incluido el espectador, saben que ese hombre tan amable y simpático es en realidad un monstruo. Pero hay por delante un nuevo desafío: deben luchar duramente para poder probarlo en la justicia al mismo tiempo que intentan salvar la vida de la única sobreviviente que es capaz de reconocerlo y testificar en su contra. Aquí hay una muy buena crítica al sistema de justicia norteamericano que en muchos casos deja libres a este tipo de personas por tecnicismos diversos. Como bien dice uno de los superiores de Halcombe: "una cosa es la realidad, otra los tribunales".


Nicholas Cage nos entrega otra buena actuación pero está vez muy sobrio y contenido, algo que no es común en estos últimos tiempos en él. Construye a un detective golpeado por la pérdida de su hermana en manos de un violador hace años que está por irse con su familia de Alaska. Pero con la aparición de una jóven sobreviviente, decide quedarse y luchar por terminar con el terror de una vez por todas. Vanessa Hudgens sigue la línea de su gran trabajo en Spring Breakers y logra una interpretación muy profunda y jugada que la termina de separar de la maldita imagen de Disney (a la que según la crítica idiota deberían quedarse pegadas toda la vida, algo con lo que no acuerdo para nada). Su margen de crecimiento actoral es muy amplio y seguramente la tendremos inundando las pantallas durante mucho tiempo. John Cusack compone al perfecto psicópata. Un monstruo con cara de hombre común que hiela la sangre al mismo nivel que el frió viento de Alaska.


The Frozen Ground es un filme muy efectivo, que atrapa desde el comienzo y está muy bien dirigido, en especial por el trabajo de imágenes que es impecable. Sin tener muchas escenas de acción, logra ser dinámico y está ayudado por una historia más que interesante. Las actuaciones principales son muy buenas, con lo que la película sale bien parada por donde se la mire.

Puntaje: 8/10