miércoles, 25 de mayo de 2016

Game Of Thrones: Temporada 6, Episodio 5 "The Door"



El capítulo que siempre marca la mitad de temporada de Game Of Thrones suele traer sorpresas, pero "The Door" sin dudas que será recordado como uno de los mejores episodios de toda la saga. Dotado de una intensidad, un dolor y una emotividad dignos de cualquier gran película, esta nueva entrega por parte de George R.R Martin y los guionistas es un golpe al hígado del cual ha sido muy difícil recuperarse.

"The Door" comienza con Sansa recibiendo una carta de parte de Little Finger pidiéndole una reunión para ver como está y para darle información importante. La joven Stark asiste con Brienne para dejar su punto bien en claro y sin dejarlo hablar comienza a interrogarlo. Lo primero que hace es reclamarle por Ramsay, culparlo por haberla casado con el enemigo e introducirla en el peor de los infiernos. A pesar del desprecio que siente por él en ese mismo instante, Sansa se da cuenta que su ex protector sabía poco y nada del monstruo que era Ramsay, cuestión por la que también lo ataca.

Más allá de la disculpa, como le sucede a toda víctima del abuso y de la violación, a Sansa le da lo mismo - y le molesta y duele- que Little Finger haya cometido un error tan profundo e imposible de enmendar. Solo ella sabe que esas marcas las llevará en todo el cuerpo para siempre y sabiendo que ra algo evitable, le reprocha el no haberla protegido, el haber puesto su seguridad por detrás del beneficio político y personal. Antes de despedirse, le dice que no confía nunca más en él y le exige que se muera, porque lo único que hizo fue entregarla de los brazos de unos asesinos a otros monstruos asesinos aún peores.

Antes de irse, Little Finger decide hablar por última vez y le cuenta que su tío ha recuperado Riverrun y que posee un gran y poderoso ejército, que cuando sea necesario acuda a él pues los hombres que tiene su hermano no son suficientes para poder recuperar el Norte más allá de lo que significa el apellido para esa región.




Del otro lado del mundo, Arya continúa con las batallas contra The Waif, perseverando cada día más, sin rendirse y buscando ganarse nuevamente su lugar luego de haber recuperado la vista debido a su sacrificio y humildad. Tras otra sesión más bien dispareja, Jaquen le pide que camine con él y le explica que en realidad ningún noble jamás fue un devoto real del Dios de los Mil Rostros.

Más allá de esto, también la elogia porque sigue superando pruebas a cada paso que da y le comunica que se ha ganado la posibilidad de cumplir un encargo para el dios. Obviamente, el acento está puesto en el hecho de esta es su segunda chance y en el hecho de que no habrá una tercera si es que fracasa en esta misión. Su objetivo es una joven actriz que ha sido reclamada por la deidad, por lo que la más pequeña de los Stark comienza a realizar el trabajo de campo necesario para llevar adelante su trabajo.

Cuando llega a la función diaria en el pueblo, se encuentra con una parodia de la ejecución de su padre y todos los sucesos que le siguieron a ese momento que le cambió su vida. Hablando con Jaquen acerca de como la va a matar, y ante la pregunta de por qué quitarle la vida a quien no parece merecerlo, este le explica que la muerte no elude a quienes son buenos y decentes. Que debe matarla si es que quiere servir al dios pues un sirviente no pregunta sino que ejecuta sin piedad ni remordimiento.




En la cueva, Bran continúa con su entrenamiento y logra visualizar el momento en el que los White Walkers fueron creados. Lo particular del caso es que las criaturas que oficiaron de Victor Frankenstein fueron los Niños del Bosque, quienes hoy son enemigos declarados de los hombres de hielo y que están ayudando a Bran en su camino hacia la sabiduría plena.

Para pasar en limpio el origen de los White Walkers: los Niños del Bosque necesitaban derrotar a los Primeros Hombres, quienes buscaban eliminarlos de la faz de la tierra. Lograron sin dudas su cometido, pero en pos de la propia supervivencia crearon una fuerza anti-natura imposible de controlar que a la larga terminaría siendo la gran amenaza que se cierne sobre la humanidad entera.




En las Islas de Hierro, ante todos sus guerreros, Yara reclama con el apoyo de su hermano el Trono de Sal. Su discurso es convincente, pero nadie quiere que una mujer sea la Reina, apuntando todos a Theon - completamente recuperado luego de todo lo que pasó- pero este se alinea detrás de su hermana sin dudarlo por un segundo. Con firmeza la alaba y la proclama la Reina legítima, dejándole el trono en bandeja con un muy buen discurso.

Pero Euron, su tío y asesino del Rey, aparece para pedir por el trono y rivaliza con sus sobrinos. Ella ni se inmuta con su presencia y promete que va a ejecutar al hombre que mató a su padre, crimen que Euron admite y justifica en el hecho de que el viejo estaba hundiendo las Islas de Hierro desde que apoyó la rodilla en el suelo hace décadas.

Para sorpresa de Yara y Theon, todos los presentes acuerdan con ello y le dan la palabra a Euron para que se postule. Con el simple hecho de prometer la construcción de la famosa Gran Flota de Hierro y su posterior entrega a Daenerys Targaryen para que juntos conquisten el mundo, alcanza y sobra para ganar el trono. Es ungido como Rey en una larga y particular ceremonia a pesar de la resistencia de Yara y Theon, quienes lo más velozmente posible y con un grupo de fieles escapan ante un inminente destino de muerte, robándose los mejores barcos de la isla en busca de tierras donde puedan llevar adelante sus planes.




En Vaes Dothrak, Daenerys Targaryen mira a su gigante Khalasar y les agradece a Jorah y a Daario por salvar su vida y posibilitar su retorno a Mereen. Melancólica y bondadosa, le dice a Jorah que no lo puede mandar lejos, pero éste da un paso atrás y le muestra como la infección ha avanzado hasta casi tomarle todo el brazo.

Con todo el dolor en el cuerpo, Daenerys explica que no va a permitir que llegue hasta el final, que no le tiene que pedir perdón y que lo único que quiso siempre fue servirle. Tras la confesión de amor que todos esperábamos - y que llega con un timing lamentable, como Jorah en casi toda la saga-, el viejo guerrero se despide de ella. En una respuesta a lo dicho por Jorah, Daenerys le ordena que encuentre la cura, que la siga sirviendo y que se cure, que lo necesita a su lado cuando conquiste los Siete Reinos porque si no fuese así, nada tendría sentido.




En Mereen, Tyrion y Varys discuten con Gusano Gris y Misandei acerca de los relatos que tanto de los Hijos de la Arpía como Daenerys buscan instalar para poder dominar la región. A pesar de la charla habitual, el plan de Tyrion es claro pues convoca a otra Bruja Roja, a una devota más del Señor de la Luz, que entiende cual es su misión: lograr que se venere y obedezca a Daenerys tanto en presencia como en su ausencia, para nunca perder el control de la ciudad.

Con unas palabras acerca del destino, logra convencerlos de que el camino que marca el Dios de la Luz podría ser el correcto. Tal cual Lady Melisandre, pero con un poco más de ambigüedad y maldad, infundiendo miedo y atracción al mismo tiempo, este nuevo personaje los convence, impidiendo que la dejen afuera de lo que ella y su dios consideran será el inicio de una nueva era.




En un nuevo acto de "hago lo que quiero porque me siento muy poderoso (pero no lo soy)", Bran siente curiosidad después de lo que vio al inicio del capítulo y decide adentrarse en la oscuridad sin su tutor para poder explorar sin límites lo desconocido. Para su mala fortuna, toca el árbol al final del camino y al instante se encuentra en un mundo cubierto de nieve y rodeado por el ejército de zombies que lo observan sin hacer nada, como si no estuviese allí.

Caminando entre ellos, se enfrenta cara a cara con la muerte y también con los cuatro jinetes que lo observan y convierten el viaje en realidad. En un giro inesperado y dramático, el Rey de la Noche se percata de su presencia y lo toma del brazo, pudiendo escapar Bran al ras de la cuchilla de la muerte. Ni lerdo ni perezoso el maestro le avisa que se debe retirar porque ahora que está marcado, porque el rey lo puede y lo va a venir a buscar para asesinarlo.

Los tiempos se aceleran y el alumno debe convertirse en el maestro, sin importar si está listo o no para llevar sobre sus espaldas un peso tan grande.




En Castle Black, Jon, Davos, Sansa, Brienne y la Bruja Roja planifican el ataque contra Invernalia. Más allá de los deseos de Sansa de que el apellido Stark una a todo el Norte contra los Bolton, Davos le da una lección acerca de la naturaleza humana, de como siempre la seguridad estará por encima de los títulos, los apellidos y los ideales.

La figura del tío de Sansa y Jon, el legendario Pez Negro, surge como una posible solución a todos sus problemas. La princesa de Invernalia le pide a su ya amiga Brienne que vaya a él y le exija toda la ayuda que merecen. En una conversación posterior en privado con ella, donde surge Tormund inevitablemente despertando las únicas risas del capítulo, su leal protectora le pregunta por qué le mintió a su hermano acerca del encuentro con Little Finger, más allá de que la respuesta es demasiado obvia.




Pero todo lo sucedido hasta aquí no es lo verdaderamente relevante dentro de "The Door". Los minutos finales del episodio contienen tal vez las escenas más fuertes y dolorosas que se hayan visto hasta el momento. En la cueva donde Bran y los suyos se esconden, los muertos llegan con toda su potencia hasta la puerta. Claro que en ese mismo momento el Stark inválido se encuentra en medio de su aprendizaje acelerado por lo que no puede percatarse de lo que pasa a su alrededor.

Sin más espera, el ataque comienza, con los Niños del Bosque listos para morir defendiendo la entrada a pura sangre y fuego. Tras despertarse a medias, Bran ve como su maestro - y como Summer, sumando otro nombre más a la lista de Lobos tristemente caídos- muere en manos de los Jinetes y su ejército, mientras escapa con la ayuda de todos casi de milagro en una escena sin duda alguna apocalíptica y de las más terroríficas que se han visto en toda la serie, con los muertos avanzando por las paredes circulares de la cueva, personificando la entrada al averno.

Con segundos por delante, mientras Meera arrastra a Bran hacia la tormenta de nieve, llega la obra maestra. Hablamos de un gran momento televisivo-cinematográfico, plagado de tensión y emoción, en el que Hodor conecta con su pasado - con Wilys, con el niño que hablaba normalmente- mientras sostiene la puerta con todo el peso de su cuerpo para evitar que los muertos atrapen a sus amigos. El grito de Meera es desgarrador "Hold the door" ("Sostiene la puerta") y se repite de forma desesperada mientras en el pasado, Wilys cae al piso y comienza a gritar esas tres palabras. Nuevamente en el presente- futuro, aguantando la estructura mientras es desgarrado vivo, dando su vida por Bran, podemos por fin entender la razón por la que lo único que puede decir es "Hodor".

Tal como lo indica la paradoja del tiempo - una que se puede ver y entender muy bien en los comics y el filme "X-Men: Days of Future Past"- en ese mismo momento, pasado, presente y futuro se conectan para formar una gran unidad, afectar al personaje al punto de marcarlo de por vida y, a la vez, lograr el mejor cierre que Game Of Thrones tuvo desde su comienzo hace cinco años. El autor y los guionistas lograron algo que solo se consigue en el más alto nivel: atrapar al espectador, involucrarlo al máximo en lo emocional y lo físico y luego lanzarlo al piso para destruirlo por completo.

Será difícil encontrar una vara más alta de aquí en adelante, pero hay una cuestión que ya es demasiado clara y que habrá que tener en consideración hasta el cierre de esta notable temporada...






Ya no hay confusiones al respecto, definitivamente los muertos están en camino.













viernes, 20 de mayo de 2016

Game Of Thrones: Temporada 6. Episodio 4 "Book of the Stranger"



El cuarto capítulo de la sexta temporada de Game Of Thrones bien puede haber sido uno de los más intrigantes e interesantes de toda la saga. Los dilemas continúan aquejando a cada uno de los protagonistas y que a medida que la trama avanza, hay interrogantes que se resuelven al mismo tiempo que se plantean otros. Cuando parece que hay nudos que se desatarán, la historia se complejiza cada vez más y el desafío para quienes dirigen y producen la serie evidentemente estará en evitar que la telaraña los termine atrapando a ellos.

"Book of the Stranger" abre con Jon Snow y Edd discutiendo en Castle Black la decisión del primero de terminar su guardia en el muro. En medio de todo esto, Sansa ingresa a Castle Black junto a Brianne y se funde en un emotivo abrazo con su hermano. Luego de tanto tiempo separados, de pensar que lo peor había sucedido, el solo hecho de estar juntos aborta la salida de Jon del lugar que fue su casa durante prácticamente cinco temporadas. 

En una charla muy bonita y amena, que contrasta con todo lo que se viene viendo en la serie hace demasiado tiempo, recuerdan viejos tiempos, ríen mucho y lamentan aquella salida desde Invernalia hacia el Desembarco del Rey cuando todos eran apenas unos muchachos con demasiadas ilusiones y poca noción de como funcionaba el mundo.

Pero Sansa a pesar de su felicidad no se anda con rodeos y toma el toro por las astas: luego de leer la carta enviada por Ramsay, donde los amenaza a los dos si es que ella no regresa, le pide a Jon que recuperen juntos Invernalia y vuelvan a su hogar de una vez por todas. Snow por primera vez admite estar cansado de luchar, pues siente que ha estado peleando toda su vida y que luego de toda la sangre derramada y los sacrificios realizados, ya no hay más nada que hacer.




En la otra punta de Castle Black, Melisandre le explica a Davos que ha encontrado al Príncipe que el Señor de la Luz le prometió y que seguirá sus ordenes tal cual lo hizo una vez con Stannis. La decepción en el nuevo gran héroe de la saga es notable, pero entiende que poco puede hacer para hacerla cambiar de parecer luego de haber sido clave para que recupere su fe en sus propios poderes.

Antes de que Davos pueda formular una respuesta, son interrumpidos por Brianne que de forma desafiante les cuenta lo que sucedió en el campo de batalla y como ella asesinó a sangre fría a un Stannis moribundo y desmoralizado luego de la humillante derrota que ha sufrido.




En el Valle, Petyr Vaelish regresa a visitar al joven heredero, que a pesar de su entrenamiento intensivo no ha conseguido progresar demasiado ni convertirse en ese gran guerrero que muchos desean que sea. A pesar de ello, y de su insoportable retraso debido a los problemas de su difunta madre, ha desarrollado un poco más su instinto político para ponerse al servicio de Little Finger. 

El juego político comienza de inmediato, con amenazas de por medio y la intención de ir a defender y a rescatar a Sansa de un destino que creen muy complicado. El peligro la acecha desde Invernalia, con un Ramsay decidido a recuperar a su esposa para asegurar su dominio en el Norte, por lo que luego de muchos años de pasividad absoluta, el Valle decide tomar las armas y unirse a una guerra - que podría verse desnivelada con su presencia- de la que estuvieron demasiado tiempo alejados.




Mientras tanto en Mereen, Varys y Tyrion intentan ganarse el favor de quienes financian a los Hijos de la Arpía, con un posible acuerdo que se ve en jaque por la resistencia por parte de los esclavos liberados por Daenerys, que no quieren que regrese la esclavitud ni ceder un poco siquiera del terreno que han ganado gracias a la Madre de los Dragones. 

A pesar de esto, la oferta de Tyrion y Varys sorprende a los esclavistas, pues se les propone eliminar la práctica en siete años, ofreciéndoles reducir sus pérdidas al mínimo y recibir una indemnización justa para compensar todo lo que puedan perder. Luego de una ardua negociación, el Gusano Gris y Missandei ceden un poco y le dan todo su apoyo a Tyrion frente a quienes lo cuestionan por la tregua que les ha ofrecido a sus enemigos.

Así se abre un nuevo panorama en Mereen, ya que el estilo confrontativo puro de todo o nada que posee Daenerys se ha visto matizado por la astucia de Tyrion y Varis, quienes no pretenden darle poder a sus rivales pero sí tenerlos siempre un poco más cerca, tal cual indica el refrán.




En otro sector de Westeros, Jorah y Daario continúan el arduo camino hacia Vaes Dothrak, tratando de esconder al máximo sus diferencias más allá de que pelearse es lo que menos les preocupa. Para colmo de males, Jorah está cada vez más débil, siendo consumido por su enfermedad a cada nuevo paso que da pero al mismo tiempo decidido a encontrar a Daenerys aún si eso le costase el último aliento.

Siguiendo correctamente las huellas, logran su cometido y tras una complicada entrada - en la que Daario le salva la vida a Jorah muy oportunamente- ingresan al campamento Dothraki. Allí  se encuentra, claro, su Khaleesi quien sufre cada segundo de su existencia dentro del templo que alberga a todas las viudas de los Khal. Es imposible no imaginarse el tedio que podría llegar a ser el vivir encerrada toda una vida con viudas de todas las edades disponibles, escuchando cuan miserable es todo desde que su "jinete del mundo" falleció. 

Aquí hay un punto de vital relevancia para la trama y hablamos de la determinación previa de los roles que uno debe ocupar en la vida. De un sentido común imperante que ordena a las mujeres de los Khal que han fallecido vivir un destino más que miserable y además todas encerradas en un mismo lugar mientras los hombres - en un modelo patriarcal llevado al extremo y muy bien retratado- hacen lo que quieren y hasta toman la decisión de elegir si una viuda merece o no ser Dosh Kaleen.

Como todos sabemos, Daenerys Targaryen jamás fue una mujer cien por cien sumisa. Al comienzo, lógicamente estaba bajo el azote de su patético hermano y con el miedo absoluto de estar casada con Khal Drogo quien en un principio no hacía más que fornicar con ella brutalmente y sin ningún tipo de amor de por medio. Pero cuando decide tomar las riendas del asunto y ponerse a la par de su marido, es el momento en el que su vida da un giro absoluto. De allí en adelante, no podrá tolerar jamás el ser sometida por nadie, haciendo la ley con sus propias manos en un acto absolutamente representativo del poder femenino en un universo donde la mayoría de ellas juega un rol subsidiario y como mucho a las sombras del poder masculino.

Una vez que Daario y Jorah llegan a ella, Daenerys les pide que no asesinen a nadie y que la acompañen al templo para poder hablar con Khal Moro. Los dos les imploran que por favor escape con ellos, pero muy decidida la Madre de los Dragones camina firme hacia lo que parecía ser un callejón sin salida.




En el Desembarco del Rey, la Reina Margaery comienza a transitar junto al Gorrión Supremo los pasos finales hacia su redención tras varias semanas de reclusión total. En una charla cara a cara, el Gorrión le da una lección acerca de la hipocresía y de como las formas y las mentiras enmascaran la verdad, explicándole acerca de su pasado que - sorpresivamente- era muy diferente a su actualidad.

Tras ver un progreso, la lleva de la mano a ver a su hermano Loras, algo que era su deseo desde el primer momento. Al encontrarlo quebrado y sin ganas de vivir, Margaery le pide que por favor se mantenga fuerte, que la pesadilla se va a terminar muy pronto.

En el castillo, el Gran Maestre intenta influenciar a Tommen, pero Cersei llega justo a tiempo para evitar daños mayores. Con el conflicto ya iniciado dentro del Consejo Privado tras la visita del capítulo pasado, las palabras del Maestre parecen haber anulado las intenciones de venganza del joven Rey, que le pidea su madre que no antagonice con el Gorrión pues éste tiene a a su esposa como prisionera.

Pero la situación no se termina allí, ya que la confesión que Tommen le hace a Cersei acerca de su conversación privada con el Gorrión, lleva a que el Consejo Privado - en un giro de 180 grados- se una nuevamente para derrotar a los fanáticos religiosos. Ante un peligro demasiado grande ya, dejan de lado los problemas entre sí y deciden rescatar a la Reina y a Loras, aún al riesgo de iniciar una guerra civil que podría dejar miles y miles de muertos




En las Islas de Hierro, Theon Greyjoy se reencuentra con su hermana luego de aquel fallido rescate donde varias vidas quedaron en el camino. Sin concesiones, ella lo acusa de traición y él intenta explicarle como Ramsay lo rompió física y psicológicamente. La mayor sorpresa llega cuando le admite que no quiere ser el Rey sino que su gran objetivo es que ella sea quien gobierne la tierra donde nació, por lo que se va a prestar para todo lo que sea necesario para lograr ese objetivo.

Mientras tanto, Ramsay Bolton continúa con su camino de sangre y odio, ahora asesinando con una daga directa al cuello a Osha tras decirle que sabía como se habían escapado los Stark, pues Theon le había confesado todo. Esta muerte es relevante, ya que significa el final del recorrido para un personaje importante para que la llama de los Stark se haya mantenido encendida desde la ejecución de Eddard Stark.

Jon Snow recibe en Castle Black una carte de guerra por parte de Ramsay, con el aviso de que tiene a Rickon como rehén y que le debe devolver a Sansa, pues si no una serie de atrocidades caerán sobre él, su familia y sus soldados. Considerando seriamente luchar por Invernalia, Snow le pregunta a Tormund cuantos hombres posee a disposición. El líder de los Salvajes le dice que contra los 5000 hombres de Ramsay, solo tiene 2000 listos y capacitados para pelear para recuperar el Norte. La duda invade a todos en la habitación, pero Sansa le implora que una a toda la región bajo el apellido Stark y que marchen a casa para reclamar lo que es suyo.




Si todo esto no fue suficiente como para considerar a este episodio uno de los mejores de toda la saga, restaba la secuencia final en la que Daenerys confronta a Khal Moro y sus soldados en el templo. Con mucha tranquilidad y seguridad, les propone que se unan detrás de ella para conquistar el mundo, recibiendo el rechazo absoluto por parte de quienes se consideran superiores por el mero hecho de ser jinetes Dothraki. Es en ese momento cuando decide ejecutar su plan, quemando el templo con todos los líderes adentro, generando un festival de dolor y gritos y atrayendo a todo el Khalasar alrededor del fuego. Y en una escena notable, tal cual en el momento del nacimiento de los dragones allá por la primera temporada, la Khaleesi emerge desnuda entre las llamas sin ninguna quemadura, con una mirada desafiante y cargada de poder, recibiendo la lealtad del Khalasar entero para comenzar a planificar su regreso a Mereen.

Si bien no se resolvieron varios de los interrogantes planteados en los episodios previos, lo cierto es que todos los puntos nodales de la trama dieron un paso hacia adelante. Seguramente en el próximo capítulo sabremos algo más del destino de Rickon, de los preparativos para la colisión entre los dos bastardos más poderosos de Westeros y de como se prepara el Desembarco del Rey para albergar una guerra civil de dimensiones significativas.

Detrás del muro, los Caminantes Blancos esperan al acecho para lanzar el ataque final, uno que promete destruir el mundo tal cual se lo conoce y unir a todos los conflictos entre los no-muertos detrás de una sola causa. 


Y no se confundan al respecto, pues los muertos están en camino.
















lunes, 2 de mayo de 2016

Game Of Thrones: Temporada 6, Episodio 2: "Home"



Después de la masiva circulación de todos los spoilers - práctica deleznable si las hay- en las horas posteriores a la finalización del segundo capítulo de la sexta temporada de Game Of Thrones, es hora de realizar en Super 8 un repaso de lo que nos ha dejado una nueva entrega de este éxito masivo que no parece dispuesto a entregarnos un solo momento para respirar.

Titulado "Home", este capítulo abre con una escena en la que Brandon Stark se encuentra en pleno entrenamiento. En un lugar remoto y congelado, el joven Stark es transportado hacia el pasado, más precisamente a Winterfell en la época donde su padre era apenas un muchacho. Con mucha felicidad averigua que Hodor alguna vez pudo decir algo más que la única palabra que le conocemos en el vocablo y también observar de cerca al gran amor de Ned Stark, algo que para entenderlo tendrán que remontarse a la primera temporada y a la conversación entre el soberano del Norte y su amigo y Rey de los Siete Reinos, Robert Baratheon.

Mientras continúa con su entrenamiento, que lógicamente aburre a quienes lo están acompañando, pues la guerra no está hecha para lucharse dentro de una cueva, en el Muro Sir Davos y los amigos de Jon Snow logran recuperar el Castillo Negro gracias a la indispensable ayuda de los salvajes. El favor que Snow les hizo al salvarlos de una muerte inminente tuvo su recompensa y su cuerpo pudo permanecer lejos de las manos de sus asesinos, todos ellos encerrados en los calabozos.




De inmediato, la acción nos transporta al Desembarco del Rey, donde Cersei y La Montaña comienzan a llevar adelante su venganza. Pero primero, su hijo Tommen le prohíbe asistir al funeral de Myrcella, no porque no desee su presencia sino por las amenazas que ha recibido por parte de la Fe Militante que ya la humilló lo suficiente.

Los conflictos internos del joven Rey quedan expuestos en una conversación con su padre Jaime enfrente del cadáver de su hermana y luego de la aparición del Gorrión Supremo en el templo se va a ver a su madre para pedirle perdón. El cara a cara entre el Gorrión y Jaime no es tan positivo y queda cerca de la tragedia, pero la sombra de un conflicto sangriento entre la Fe Militante y el reino hace que de momento las aguas se mantengan calmas.

Claro que esto no durará mucho, ya que Tommen logra reconciliarse con Cersei y en un profundo abrazo le pide que por favor le enseñe a ser fuerte y a vengarse de todos los que les han hecho daño desde la muerte de su hermano Joffrey. Con La Montaña siempre detrás de la Reina Regente, asesinando a sangre fría hasta a los que se atreven siquiera a burlarse de ella en la ciudad, no es difícil vislumbrar un futuro lleno de muerte para el Desembarco del Rey.




En Mereen, luego de unos tragos y algunos chistes de eunucos, Tyrion les explica a todos que el primer paso hacia la recuperación de las ciudades perdidas en manos de los esclavistas es liberar a los dos dragones encerrados por Daenerys en los calabozos. Ante la incrédula y atemorizada mirada de Lord Varys, se enfrenta cara a cara con ellos como si se tratase de un perro al que buscase conocer. Para nuestra sorpresa, en lugar de ser comido o quemado vivo (o las dos cosas), los libera y ambos se muestran agradecidos por sus acciones.

Estos hechos abren la puerta hacia el ya mencionado rescate de Daenerys, que sigue prisionera en manos de Khal Moro y sin muchas expectativas respecto de su futuro. Con el plan en marcha casi de manera involuntaria, la atención regresa a Braavos donde Arya logra resistir un nuevo ataque de The Waif y ganarse la confianza de Jaquen H'Gar una vez más luego de rechazar los favores ofrecidos por su maestro (comida, techo, ropa y hasta su vista).

Sabiendo que ya no es una mendiga, que ha logrado regresar al Templo del Dios de las Muchas Caras, la felicidad de Arya está impresa en su rostro aunque es muy evidente que su camino hacia la máxima elevación - el convertirse en una asesina implacable al servicio de su Dios- no va a ser uno de rosas ni mucho menos.




Y en el Norte, Ramsay Bolton decide en unos pocos segundos tomar el toro por las astas. Todos conocíamos el odio del bastardo por su padre, pero el hecho de que su madrastra, Lady Walda, diese luz a un varón termina por desquiciarlo y lo lleva a asesinar brutalmente a Roose Bolton.

Se proclama Lord Bolton y convoca a Walda y a su nuevo hermano sin avisarles que Roose está muerto. En tal vez el segundo acto más esperable del capítulo, Ramsay los encierra con sus sabuesos para que estos los devoren sin ningún tipo de piedad, disfrutando cada segundo de su salvaje y sangrienta mutilación.

Sin lugar a dudas, los planes en el Norte van a tomar un nuevo rumbo bajo la dirección de Ramsay, algo que se puede vislumbrar en la conversación previa al asesinato de su padre, donde le recomendaba atacar el muro y comenzar una guerra para agrandar aún más el ejército y las fronteras de su reino. Conociendo la delicadeza personal y política de Ramsay, no es de esperar que el caos se desate en un lugar que parecía bastante tranquilo y controlado por el puño de hierro de Roose Bolton, quien finalmente pagó la traición cometida a los Stark hace unas temporadas con el peor de los precios.




Siguiendo el recorrido por el mapa, llegamos a las Islas de Hierro, donde un deprimido y gruñón Balon Greyjoy conoce su destino final en manos de su misterioso hermano. Con el inminente regreso de Theon - que se despide de Sansa al verla a salvo con Brianne- y su hija luchando por obtener el Trono de Sal y colocar en el tablero una vez más a su reino, los movimientos políticos comenzarán a sucederse en un lugar donde hasta el momento no había sucedido demasiado, salvo la escena en la que un padre recibe como "regalo" el miembro de su hijo y heredero al trono.



Para asombro de quien les escribe, que esperaba que la tan anticipada resurrección sucediese uno o dos capítulos más adelante, el cierre del capítulo volvió a depararnos un golpe aunque esta vez no fue dirigido al hígado sino al rostro y sirvió para descolocarnos un poco antes de regresar a nuestra posición original.

Sir Davos asiste a la recámara de la Bruja Roja y le pregunta por las personas a las que ella ha visto regresar de la muerte. La depresión y desilusión de Melisandre son absolutas, pero alcanza a decirle que deje a Jon Snow muerto si es que quiere lo mejor para él. Davos no se rinde, le explica que no cree en ningún Dios y le ruega que intente realizar el milagro, ya que fue ella - y no el Dios de la Luz- la que le enseñó que hay mucho más para ver que lo cien por cien racional.

Luego de limpiarlo, cortarle el cabello y realizar una serie de conjuros sobre su cuerpo muerto, Melisandre y el resto de los presentes se retiran decepcionados porque nada ha sucedido. Unos segundos después, Ghost - el único ser que quedó junto al cadáver- se levanta de su cómodo descanso y un plano picado nos muestra la resurrección de Jon Snow para luego dar paso a los créditos finales.




Con menos de una semana por delante para que llegue el tercer capítulo, esta temporada de Game Of Thrones ha comenzado con un ritmo bestial. En las previas, las grandes sorpresas eran reservadas para los episodios finales, por lo que se puede deducir que lo que hemos visto hasta aquí es apenas una porción de lo que nos espera en la línea de llegada.

Las certezas son pocas, pero comienza a asomar la figura de Sir Davos, que antes de la muerte de Stannis Baratheon apenas si tenía un rol más bien subordinado a lo que hiciesen su líder y una Melisandre en su mejor momento. Tal vez estemos presenciando el nacimiento de un nuevo héroe, del gran personaje de la saga, pues es el único que parece entender que es lo que se avecina y colocarlo por encima de todas las rencillas que azotan a Westeros.


Y no se confundan al respecto, pues los muertos están en camino.

















sábado, 30 de abril de 2016

Game Of Thrones: Temporada 6, Episodio 1 "The Red Woman"



Luego de tanta espera, la ansiedad se terminó y el pasado Domingo comenzó la sexta temporada de Game Of Thrones. Ya en las primeras escenas, como espectadores nos dimos cuenta de dos cosas de gran relevancia: primero, que Jon Snow seguía efectivamente muerto - la trama comienza unos minutos más tarde del asesinato del Señor Comandante de la Guardia Nocturna- y, en segundo lugar, que por tal vez varios capítulos seguirá de la misma manera.

La quinta temporada había finalizado con un estruendo, dejando a casi todos los personajes principales repartidos por los más diversos y lejanos lugares del mapa, cada uno enfrentando un futuro inmediato bastante complicado.

Basta recordar que luego de un escape de Mereen sobre el lomo de Drogon y bajo una lluvia de flechas y lanzas, Daenerys Targaryen quedó a merced de una nueva y voluminosa horda de guerreros Dothraki que no tardó el hacerla su prisionera. Lo mismo aplica para personajes como la extraña pareja que conforman Tyrion Lannister y Sir Varys, ambos atrapados en una ciudad en plena guerra civil, con los dos lados de la contienda - cada uno con sus motivos- esperando el regreso de la Madre de los Dragones. Ni que hablar de Sansa Stark y Theon "Reek" Greyjoy que tras asesinar al verdadero amor de Ramsay Bolton, Myranda, eligieron tomarse de las manos y lanzarse por el barranco hacia lo incierto.

Pero mucho peor fue el castigo que recibió Arya Stark ya que tras asesinar sin el permiso del Dios de las Muchas Caras, quedó completamente ciega y sin ninguna posibilidad de escape. Tal vez su dolor sea gigante, pero nada equiparable al que sintieron la "arrepentida" Cersei Lannister y su hermano/amor de su vida Jaime Lannister al tener que enterrar el cuerpo sin vida de su hija Myrcella luego de que fuese envenenada por Ellaria Martell como primer paso para una venganza que se supone a mucha mayor escala que ese hecho individual.




Uno de los platos fuertes que este capítulo nos deparó fue el ver a la Madre de los Dragones al borde de las esclavitud y el abuso sexual, como si su vida ya no tuviese suficiente. Capturada por un nuevo Khalasar, es arrastrada por el desierto hasta llegar cara a cara con Khal Moro, que primero intenta violarla y que al escuchar que es la viuda de Khal Drogo promete no tocarla ni siquiera mirarla. Lo particular de la carta que Daenerys tenía bajo la manga es que si bien la salvó de un destino similar al que vimos en la primera temporada de Game Of Thrones, no pudo evitar su futuro traslado hacia el Templo de Dosh Khareen, lugar donde viven todas las viudas de los Khal hasta el día de su propia muerte.

Se espera que su destino no sea tan lúgubre, y algo al respecto hemos visto en los dos trailers previos al estreno: la imagen de uno de sus dragones sobrevolando el campamento de la horda Dothraki es la clave que nos puede hacer entender como es que, una vez más, la mujer de los mil títulos podrá sobrevivir y superar de manera exitosa esta nueva complicación que se le ha cruzado en el camino.




En el otro lado del mundo, más precisamente en Dorne, Ellaria Sand logra terminar con el primer gran paso de su venganza. Luego de ver morir al amor de su vida, Oberyn Martell en manos de "La Montaña Que Cabalga", Sandor Clegane, y de soportar que el hermano de este y Príncipe de Dorne, Doran Martell, se rehúse a tomar las armas contra los Lannister, esta guerrera y sus tres hijas toman las armas.

El asesinato de Doran no es inesperado ni tampoco el que nada se haya hecho para evitarlo, ya que casi todo el pueblo consideraba que el Rey era un cobarde y que estaba defendiendo y justificando a los asesinos no solo de su hermano, sino además de su hermana Elia Martell, masacrada por el mismo Clegane durante la toma de King's Landing en tiempos previos a todo lo que hemos visto desde la primera temporada.

Claro que el dardo envenenado llega directamente al corazón de Jaime y Cersei Lannister, que ven como la vida de su joven hija se ha esfumado en los aires debido a un conflicto en el que ella no tenía absolutamente nada que ver. El río de sangre sigue corriendo bajo los pies de la familia Lannister, que ha tenido que enterrar a otra persona y que se dispone a lanzar un contraataque lo más rápido posible.




En el frío Norte, Theon y Sansa lograron escapar con relativo éxito del castillo de los Bolton, pero no pudieron llegar demasiado lejos a pesar de su gran esfuerzo debido a una cacería implacable por parte de los soldados y sabuesos de Ramsay Bolton. La aparición de Brianne los salvó de la ira del heredero del Norte- dispuesto a hacer lo que sea para vengar la muerte de Myranda-, tomando esta vez Sansa la protección de su salvadora, algo que nunca debería haber rechazado en primera instancia más allá de que - al contrario del espectador, en un clásico recurso hitchcokiano- no sabía nada de la maldad que habitaba y crecía dentro de su futuro esposo.

Mientras Sansa imagina como vengarse de todos los que la despojaron de su familia y de la vida con la que tanto soñaba, su hermana más pequeña - con la que estuvo cerca de coincidir en el Nido del Águila unos días después del asesinato de su delirante tía Lysa Tully- se encuentra en Braavos sufriendo por haber asesinado a Meryn Trant sin el permiso de su nuevo Dios.



Cabe recordar que al final de la quinta temporada, Arya había perdido la vista tras matar a Meryn Trant, principal nombre en su lista negra, mientras este buscaba menores de edad para golpear y luego tener sexo en uno de los tantos prostíbulos de Braavos. Este error terminó por quitarle la vista a la mujer más pequeña de la familia Stark, que ahora comenzará un nuevo entrenamiento pues el Dios de las Muchas Caras le ha dado una nueva oportunidad a pesar de su desobediencia.

El sufrimiento es absoluto para la joven Stark, pero será recibida nuevamente en el templo y también guiada sin piedad alguna por su mentor Jaquen H'gar, quien sabe que ella es una pieza vital pero que necesita pasar por la oscuridad para alcanzar el gran objetivo. Su primera pelea a ciegas es lastimosa, recibiendo una gran golpiza de parte de The Waif, pero comenzando a ganar algo de motivación cuando creía que pasaría el resto de su vida posando como una mendiga en las calles para recolectar secretos.




Y para el final, el habitual golpe al mentón que siempre deja a todos preguntándose que es lo que había sucedido. En la secuencia que dio por finalizado el primer capítulo, una decepcionada y triste Lady Melisandre se encuentra en su habitación a punto de irse a dormir luego de otro día frustrante en el muro. Al sacarse el collar metálico que llevó puesto en casi todas las escenas desde su aparición, se revela que en realidad la imagen que teníamos de ella no era la correcta: como un gran homenaje a El Retrato de Dorian Gray, vemos como Melisandre no es más que una persona muy vieja, casi al punto de parecer un verdadero monstruo. Antes de seguir adelante, hay que aclarar que era de público conocimiento el hecho de que la Bruja Roja no tenía una edad convencional y que había vivido mucho más que el hombre promedio.

Una vez dicho esto, adentrémonos en las teorías conspirativas comenzaron a recorrer la Internet, haciendo hincapié la mayoría de éstas en la escena que comparten Melisandre y Selyse Florent, la atormentada esposa de Stannis Baratheon, donde ella se baña y no tiene puesto el ya famoso collar mágico. Lo cierto es que son las mismas líneas de su personaje en ese momento las que explican el por qué de la ausencia del elemento rodeando su cuello y el hecho de que nosotros tras la pantalla sólo la veamos con su apariencia habitual.

Bajo la atenta y extraña, casi perturbada, mirada de quien es una devota absoluta, Melisandre le cuenta que con quienes no están convertidos por completo ella está obligada a utilizar espejos y humo para engañarlos. Agrega que en el caso de ella, no se encuentra obligada a hacerlo porque la sabe entregada al Señor de la Luz, algo que visto en perspectiva parece aclarar todas las cuestiones suscitadas. Muchos hablarán de un error de continuidad - algo que también es posible- pero hay que tener en cuenta que el recurso de engañar el ojo del espectador no es novedoso, ya que en el momento en el que ingresa en la bañera, es imposible que nosotros podamos ver lo que Selyse - que baja muchas veces los ojos, como atraída y repelida al mismo tiempo- está visualizando a menos que la cámara sea completamente subjetiva.




Con el segundo episodio a horas de estrenarse, está claro que tras esta breve introducción el camino recién comienza para cada uno de los personajes mencionados. Luego de cinco temporadas en las que se mantuvieron luchando en un mismo lugar, el sexto capítulo de Game Of Thrones los encuentra dispersos por el mundo y lejos de ser lo que eran cuando la serie daba sus primeros pasos. El largo y espinoso camino del hombre, del ser humano, es lo que les espera a todos ellos, quedando la lucha por el Trono de Hierro muy desdibujada y atrapada dentro de lo que es el gran conflicto.

Y no se confundan al respecto, pues los muertos están viniendo. 























lunes, 25 de abril de 2016

The Forest

No hay nada más interesante que los mitos y el que rodea al famoso "Bosque Suicida" de Japón es más que cautivante para los interesados en estas cuestiones. El lugar se llama Akiogahara, se encuentra al pie del Monte Fuji en el país asiático y tiene la fama bien ganada de ser uno de los mejores lugares para quitarse la vida.

Hay varios documentales al respecto, siendo el más interesante uno de la muy buena cadena de noticias alternativa Vice, en donde de la mano de un experimentado guía, dos reporteros se adentran en lo que desde la apariencia es un hermoso lugar, naturaleza en estado puro, pero que es también un sitio de reflexión y de muerte.

Hubiese sido extraño que ningún estudio o director tomase la idea y la convirtiese en un largometraje, algo que justamente hizo Jason Zada. Con Natalie Dormer como cabeza de cartel, el filme era sin dudas interesante y parecía respetar bastante los elementos clásicos del cine de terror japonés. El resultado sin dudas que es disparejo, con algunos baches notorios, pero The Forest logra llegar a la meta sin que le falte nada ni le sobre demasiado.




Jess (Natalie Dormer) tiene un mal sueño, que consiste en ver a su hermana gemela corriendo en un bosque oscuro en Japón, pidiendo ayuda a los gritos mientras trata de huir lo más rápido posible de algo o alguien que la persigue. De inmediato, Jess toma la decisión de ir a buscar a su hermana, pues siente que ella de alguna manera le está pidiendo que vaya a rescatarla.

Entre varios flashbacks y flashforwards, nos enteramos que la hermana de Jess está desaparecida hace varios días y que ingresó al "Bosque Suicida", algo que suele alertar a las autoridades que esperan muy poco tiempo para dar a la persona por muerta. Los sueños acerca de la infancia se hacen más recurrentes en Japón, todo al mismo tiempo en que Jess investiga que es lo que sucede en ese bosque.

Una visita a la escuela donde ella trabajaba como maestra del primario la termina por convencer de adentrarse en el bosque. Es advertida por la directora acerca de la leyenda que rodea el lugar, pero no duda en comenzar por ver si su cuerpo no se encuentra entre los varios que son extraídos del lugar a cada semana.




En el lugar, una misteriosa persona le pide que no se adentre en el bosque porque al estar muy triste por dentro, el lugar la va a utilizar para atraparla y jamás dejarla salir. En el hotel conoce a un periodista llamado Aidan (Taylor Kinney) que le explica que irá con un guía a recorrer el lugar y que - a cambio de la posibilidad de escribir acerca de su caso específico- puede ir con ellos.

Luego de cruzarse con algunos cadáveres, muchos caminos marcados al estilo de Ariadna en el laberinto del minotauro y una carpa con una persona indecisa respecto de su futuro próximo, dan con la carpa y las cosas de Sara (también es Natalie Dormer, algo bastante lógico y digamos que menos caro). Jess elige quedarse a dormir allí a la espera de que Sara regrese y Aidan se queda con ella para que no corra peligro.

Comenzará el momento de las reflexiones, de las charlas acerca del pasado, de las diferencias entre ella y su hermana respecto de algunos hechos que marcaron sus vidas. Un camino que se convertirá en una pesadilla impulsada por esos mitos que son mucho más reales y espeluznantes de lo imaginado.




La trama de The Forest es interesante, no tanto por lo que sucede en el filme - salvo en algunos momentos con sustos repentinos-, sino por la leyenda y los hechos que rodean al Bosque de Akiogahara. El cuadro general muestra varios clichés del género, sin lograr emular el éxito y la calidad de otros proyectos de terror japonés que logran ponerle a uno los pelos de punta. Se puede decir que en comparación con otros intentos recientes, este es el mejor de todos, algo que no es un elogio demasiado importante pero que le permite a The Forest superar el piso mínimo.

El espectador quedará sumergido de a ratos en la atmósfera tensa y oscura, llena de soledad y desesperación, que la historia plantea, pero lamentablemente tardará bastante poco en salir de ella. El guión es un poco engañoso, con un buen giro final que resuelve el conflicto basal pero que deja una sorpresa mucho más grande para los minutos previos a los créditos.





PUNTAJE: 6/10









domingo, 24 de abril de 2016

Spectre

Es cierto que Spectre la nueva película de la eterna saga de James Bond, no fue muy bien recibida ni por el público ni por la crítica. Hubieron voces que se alzaron para defenderla, pero quedaron enterradas debajo del ruido que genera un fracaso de taquilla. Con un presupuesto de caso 300 millones de dólares, en su primer fin de semana en los Estados Unidos recaudó apenas 70 millones y ha redondeado un total de 200 millones desde el día de su estreno hasta su salida de las carteleras. La que fue presentada como la última intervención de Daniel Craig en la piel del mítico personaje de Ian Fleming, decepcionó - según los comentarios negativos- debido a su liviandad y a su cantidad de vueltas de tuerca psicológicas.

Negando absolutamente lo primero y poniendo en relieve, destacando como una virtud, lo segundo, desde Super 8 nos proponemos plantarnos del lado de Spectre ya que - aún con pasos en falso, de esos de los que nadie escapa- no deja de ser un clásico filme de James Bond bastante alejado de lo que venimos recibiendo hace años y mucho más cercano a aquellos de la edad de oro (Sean Connery) que todos los aficionados adoran y recuerdan con nostalgia.

El filme inicia con una muy buena secuencia en México, donde James Bond (Daniel Craig) actúa fuera del radar para encontrar un importante objetivo. Recordemos que en la parte anterior, el espía británico tuvo que ver como M moría en manos del villano de turno, teniendo la obligación de cumplir con el deseo final de quien fue su, sí vamos a decirlo, gran mentora. El asesinato sucede e incluye una gran cantidad de edificios demolidos y en llamas, con una pelea arriba de un helicóptero que genera un caos masivo.




Su regreso a casa lo encuentra con los cañones políticos y mediáticos apuntando hacia el MI6. El servicio secreto está en pleno proceso de fusión, en una crisis interna muy grande, que lleva al nuevo M (Ralph Fiennes) a tener las manos atadas. Luego del escándalo en México, Bond es suspendido provisoriamente, pero al mismo tiempo entiende que hay algo detrás del supuesto proceso de modernización - que implica cerrar el programa 00- bajo el lema "la máquina reemplaza al hombre".

Con el deseo de la difunta M en la cabeza, este agente ahora tan certero como humano - gran trabajo de los guionistas en esta saga-, se embarcará en una misión muy peligrosa que tiene como principal objetivo el desmantelar una organización secreta de gran poder político y de fuego que viene realizando ataques a gran escala en todo el mundo.

A medida que cava más y más profundo, James se encuentra con una de las peores sombras de su pasado, una que no ha dejado de atormentarlo jamás y que ahora se materializa de una vez por todas. Con muchas dudas acerca de la naturaleza de su profesión y los recuerdos más dolorosos de su pasado reciente, nuestro agente secreto favorito se dispone a salvar el mundo una vez más. La gran pregunta que surge es ¿Será ésta la última vez que lo haga o habrá oportunidad de verlo nuevamente en acción?




Las escenas de acción de Spectre se encuentran muy bien filmadas. Esto no es ninguna casualidad, algo habitual en la saga actual que tiene a Daniel Craig como protagonista principal. El sello de su James Bond está impreso en cada una de ellas sin lugar a dudas, es decir: un poco de la fantasía de siempre - nunca olvidar cuando Bond una vez se sacó un traje de buzo y abajo tenía un smoking- combinada con una muy bienvenida dosis de realismo, que implica que el Agente 007 puede ser lastimado y hasta morir como cualquier buen mortal.

El exceso de peleas cuerpo a cuerpo con Craig en el centro de ellas siempre se agradece y también la muy buena intervención de la talentosa Lea Seydoux dentro de una espiral de violencia que se ve aplacada por su presencia, que le da a Spectre ese toque de la vieja escuela que tanto le pedían los fanáticos de antaño a este nuevo James Bond.

Como espectadores estamos ante un festival de sangre, fuego e intensidad muy bien repartidas a lo largo de toda la película. No faltan los autos de lujo, nuevos y más vintage, ni los gadgets habituales aunque esta vez con un rol un poco más marginal. En lo que se refiere al vestuario, hay que decir que es impecable tanto en la ciudad como en el desierto y la nieve, elegancia al extremo como era de esperar.




Se habló bastante también acerca del aspecto psicológico del filme, pero lo cierto es que si bien el foco está puesto allí, tampoco va más allá de la simple reflexión acerca de las mujeres de su vida, de como las ha afectado o perdido solamente por la tarea que cumple día a día. Lógicamente, estas reflexiones llevan a que Bond tenga dudas acerca de su propio ser y de su accionar, dejando una puerta muy abierta para un retiro que es bastante improbable.

Spectre tiene un final explosivo, muy frenético, a pura velocidad de la mano de una persecución por Londres que deriva en una conclusión más bien reveladora acerca de James Bond. La escena que da por terminada la faena es la que no ha conformado a los grandes fanáticos de la saga, lo cual puede dejar a muchos preguntándose ¿Qué es lo que ellos consideran que debe ser una película clásica de 007? Puede que hayan olvidado la cursilería extrema del Bond original, una que terminó con la llegada de Daniel Craig pero que ha sido revisitada brevemente con el objetivo - ya podemos decir que está cumplido, sin dudas- de relanzar una serie de filmes que ha tenido una cosecha dispareja en lo que refiere a taquilla.





PUNTAJE: 7.5/10








martes, 29 de marzo de 2016

The Revenant

Hasta el final de los tiempos, The Revenant o El Renacido será recordado como el filme que le dio su merecido Oscar al Mejor Actor a Leonardo Di Caprio. Basada en una historia clásica norteamericana y dirigida por Alejandro González Iñárritu, este filme se adentra en el infierno del que tuvo que salir el cazador Hugh Glass, que luego de perder a su hijo en las manos de su peor enemigo y ser dado por muerto, logró recuperarse y concretar su venganza. Más allá de la historia, ya conocida por todo el mundo, The Revenant es una película tan intensa como polémica, algo que se puede observar en toda la filmografía del exitoso director mexicano.

No hay filme de Iñárritu desde su primer gran éxito, Amores Perros, que no pase por el ojo crítico sin dejar rastros. En una era donde el cine que vende la mayor cantidad de entradas suele estar más atado a los efectos especiales que a los debates alrededor del estilo y la idea a la hora de filmar, es imposible negar que más allá de todos los defectos que se le pueden señalar al realizador latinoamericano, sus productos son disparadores de esas viejas charlas acerca del cine - algo que sucede con pocos directores hoy día, Quentin Tarantino es el mejor ejemplo de esta tendencia en vías de extinción- y al mismo tiempo rinden en la taquilla como las grandes productoras y estudios esperan.




La historia ya la explicamos en el primer párrafo, pero hagamos el esfuerzo de cavar un poco más profundo: en 1823, una de tantas exploraciones del hombre blanco a lo salvaje termina en una emboscada de los indios. La masacre es cuasi absoluta y los sobrevivientes quedan a la deriva río arriba en un territorio que no conocen. Lejos de su base, Hugo Glass (Leonardo Di Caprio) y John Fitzgerald (Tom Hardy) se muestran como las dos figuras fuertes dentro de un grupo con hambre, frío y mucho miedo. Sabiendo que se encuentran expuestos a un nuevo ataque, los problemas internos no tardan en surgir.

La presencia del hijo de Glass, que casualmente es piel roja, complica la situación general y tensa al máximo posible la relación entre los dos protagonistas excluyentes. La decisión de abandonar el barco y adentrarse en el bosque es unánime, pero la lluvia, la nieve, el viento y el espesor del lugar hacen prácticamente imposible el avance a buena velocidad. Glass decide investigar a pie en soledad y comete el error de entrar en el perímetro de un gran oso y su cría, lo cual deriva en una lucha cuerpo a cuerpo entre el hombre y la naturaleza. La disparidad es lógicamente abrumadora y el cazador termina con el cuerpo destruido y su vida pendiendo de un hilo.




Cuando lo encuentran, es poco lo que pueden hacer para suturar sus múltiples heridas, aunque evitan que se desangre vivo. Logran estabilizarlo y comienzan a transportarlo en una gran camilla, pero al poco tiempo Fitzgerald comienza a presionar al Capitán Andrew Henry (Domhnall Gleeson) para que abandone a Glass y les permita a todos los demás regresar a salvo a la base. El odio es lo que mueve a Fitzgerald, que logra quedar en soledad con solamente un joven llamado Bridger (Will Poulter) y Glass y su hijo Hawk (Forrest Goodluck), a quien asesina ante los ojos de su padre - que nada puede hacer, pues está inmóvil- para luego enterrar vivo a su gran enemigo.

Milagrosamente, sucede lo que todos ya conocemos de antemano: Glass sobrevive, logra ponerse de pie y comienza a transitar lentamente su largo y duro camino hacia la venganza. La nula piedad de la naturaleza, sus heridas a flor de piel y los indios que lo persiguen completan el panorama para que de allí en adelante la historia se divida en dos partes que viajan en paralelo hasta cruzarse en el epílogo.




Es interesante el hecho de que el guión, la imagen y las actuaciones logren que una primera hora sin demasiada acción, con pocos escenarios y con diálogos cortos y mascullados sea dinámica y mantenga la atención del espectador. Los cortes de escena son ley, algo habitual en Iñárritu, y esta vez el movimiento de cámara seleccionado por el director es la panorámica, uno que gracias a la belleza y profundidad de los paisajes hace que cada cuadro sea muy estético.

El recurso de llenar espacios vacíos con majestuosidad puede ser pomposo, más si hablamos de este director en particular, pero eso ya es parte del análisis subjetivo. No es descabellado suponer que todos esos silencios contemplativos son la roca fundacional, la base sobre la que se erige The Revenant.




Gran parte de las escenas tienen en su centro a Leonardo Di Caprio - que demuestra todo su talento en un trabajo poco habitual, mereciendo el Oscar y mucho más por ello- y al sufrimiento constante por el que debe pasar su personaje, que no consigue paz hasta en los momentos en los que tenemos la impresión de que todo va a salir mejor. Un tour de force absoluto que lo lleva a caer desde peñascos muy altos, a sobrevivir a la deriva en los rápidos, a enfrentar un oso gigante, a escapar contínuamente de los indios, a dormir dentro de un caballo muerto y demás experiencias que marcan el viaje de Hugh Glass.

Las batallas con los indios están filmadas de una manera impecable, a pura crudeza, con los planos generando la sensación en el observador de estar en el medio de la contienda sangrienta. Todas las escenas de The Revenant son 100% explícitas, sin guardarse absolutamente nada, siendo un ejemplo acabado de esto la pelea con el oso: la brutalidad es notable, con el cuerpo de Glass siendo destrozado poco a poco por un animal tan majestuoso como mortífero, que debido a las leyes de la naturaleza lo deja al borde de la muerte.




Hay un fantasma moral que persigue a todos los involucrados en la farsa, en encubrir la muerte de Glass, que parece materializarse en la presencia de este, observando desde todos los rincones del mundo. El chamanísmo está presente, era imposible que faltase, un cliché sin dudas innecesario ya que no le agrega más que misticismo artificial al filme.

El trabajo de imagen es sin lugar a dudas lo mejor de The Revenant, una obra de arte por sí solo, con una colección abrumadora de paisajes hermosos, de los más puros que se pueden encontrar en el globo. Todos ellos filmados con una maestría innegable que hace que sea difícil como mínimo el no sucumbir ante la belleza y vastedad de un mundo que lejos de las grandes ciudades sigue estando allí para que lo descubramos.

Al mismo que tiempo, se ocupa de meterse de lleno en un tema siempre incómodo para los norteamericanos: la masacre y el robo de tierras por parte del hombre blanco y "civilizado" a los pueblos originarios, pobladores de ese territorio desde mucho antes de la llegada del a veces mal denominado "progreso".




La batalla final entrega al espectador todo lo que venía anunciando desde el inicio del filme: sangre e intensidad, sin efectos especiales ni retoques, dos hombres luchando mano a mano en el medio de la nada. La venganza llega, pero la manera en la que es ejecutada se ajusta al planteo ideológico del director, algo que para su fortuna resulta muy positivo para la historia. Los valores del personaje y la crítica a la masacre de los pueblos originarios quedan resumidos en una escena que cierra una película que desde su estreno viene dejando mucha tela para cortar.




PUNTAJE: 8/10