Es cierto que Spectre la nueva película de la eterna saga de James Bond, no fue muy bien recibida ni por el público ni por la crítica. Hubieron voces que se alzaron para defenderla, pero quedaron enterradas debajo del ruido que genera un fracaso de taquilla. Con un presupuesto de caso 300 millones de dólares, en su primer fin de semana en los Estados Unidos recaudó apenas 70 millones y ha redondeado un total de 200 millones desde el día de su estreno hasta su salida de las carteleras. La que fue presentada como la última intervención de Daniel Craig en la piel del mítico personaje de Ian Fleming, decepcionó - según los comentarios negativos- debido a su liviandad y a su cantidad de vueltas de tuerca psicológicas.
Negando absolutamente lo primero y poniendo en relieve, destacando como una virtud, lo segundo, desde Super 8 nos proponemos plantarnos del lado de Spectre ya que - aún con pasos en falso, de esos de los que nadie escapa- no deja de ser un clásico filme de James Bond bastante alejado de lo que venimos recibiendo hace años y mucho más cercano a aquellos de la edad de oro (Sean Connery) que todos los aficionados adoran y recuerdan con nostalgia.
El filme inicia con una muy buena secuencia en México, donde James Bond (Daniel Craig) actúa fuera del radar para encontrar un importante objetivo. Recordemos que en la parte anterior, el espía británico tuvo que ver como M moría en manos del villano de turno, teniendo la obligación de cumplir con el deseo final de quien fue su, sí vamos a decirlo, gran mentora. El asesinato sucede e incluye una gran cantidad de edificios demolidos y en llamas, con una pelea arriba de un helicóptero que genera un caos masivo.
Su regreso a casa lo encuentra con los cañones políticos y mediáticos apuntando hacia el MI6. El servicio secreto está en pleno proceso de fusión, en una crisis interna muy grande, que lleva al nuevo M (Ralph Fiennes) a tener las manos atadas. Luego del escándalo en México, Bond es suspendido provisoriamente, pero al mismo tiempo entiende que hay algo detrás del supuesto proceso de modernización - que implica cerrar el programa 00- bajo el lema "la máquina reemplaza al hombre".
Con el deseo de la difunta M en la cabeza, este agente ahora tan certero como humano - gran trabajo de los guionistas en esta saga-, se embarcará en una misión muy peligrosa que tiene como principal objetivo el desmantelar una organización secreta de gran poder político y de fuego que viene realizando ataques a gran escala en todo el mundo.
A medida que cava más y más profundo, James se encuentra con una de las peores sombras de su pasado, una que no ha dejado de atormentarlo jamás y que ahora se materializa de una vez por todas. Con muchas dudas acerca de la naturaleza de su profesión y los recuerdos más dolorosos de su pasado reciente, nuestro agente secreto favorito se dispone a salvar el mundo una vez más. La gran pregunta que surge es ¿Será ésta la última vez que lo haga o habrá oportunidad de verlo nuevamente en acción?
Las escenas de acción de Spectre se encuentran muy bien filmadas. Esto no es ninguna casualidad, algo habitual en la saga actual que tiene a Daniel Craig como protagonista principal. El sello de su James Bond está impreso en cada una de ellas sin lugar a dudas, es decir: un poco de la fantasía de siempre - nunca olvidar cuando Bond una vez se sacó un traje de buzo y abajo tenía un smoking- combinada con una muy bienvenida dosis de realismo, que implica que el Agente 007 puede ser lastimado y hasta morir como cualquier buen mortal.
El exceso de peleas cuerpo a cuerpo con Craig en el centro de ellas siempre se agradece y también la muy buena intervención de la talentosa Lea Seydoux dentro de una espiral de violencia que se ve aplacada por su presencia, que le da a Spectre ese toque de la vieja escuela que tanto le pedían los fanáticos de antaño a este nuevo James Bond.
Como espectadores estamos ante un festival de sangre, fuego e intensidad muy bien repartidas a lo largo de toda la película. No faltan los autos de lujo, nuevos y más vintage, ni los gadgets habituales aunque esta vez con un rol un poco más marginal. En lo que se refiere al vestuario, hay que decir que es impecable tanto en la ciudad como en el desierto y la nieve, elegancia al extremo como era de esperar.
Se habló bastante también acerca del aspecto psicológico del filme, pero lo cierto es que si bien el foco está puesto allí, tampoco va más allá de la simple reflexión acerca de las mujeres de su vida, de como las ha afectado o perdido solamente por la tarea que cumple día a día. Lógicamente, estas reflexiones llevan a que Bond tenga dudas acerca de su propio ser y de su accionar, dejando una puerta muy abierta para un retiro que es bastante improbable.
Spectre tiene un final explosivo, muy frenético, a pura velocidad de la mano de una persecución por Londres que deriva en una conclusión más bien reveladora acerca de James Bond. La escena que da por terminada la faena es la que no ha conformado a los grandes fanáticos de la saga, lo cual puede dejar a muchos preguntándose ¿Qué es lo que ellos consideran que debe ser una película clásica de 007? Puede que hayan olvidado la cursilería extrema del Bond original, una que terminó con la llegada de Daniel Craig pero que ha sido revisitada brevemente con el objetivo - ya podemos decir que está cumplido, sin dudas- de relanzar una serie de filmes que ha tenido una cosecha dispareja en lo que refiere a taquilla.
PUNTAJE: 7.5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario