lunes, 10 de agosto de 2015

Insidious: Chapter 3

Es sorprendente que Insidious (2010) haya dado lugar a una saga que no parece estar cercana a su defunción. El primer episodio, dirigido por James Wan, había sido algo nuevo dentro de un género que pedía a gritos un constructor de atmósferas como el malasio. Ya el segundo lucía demasiado forzado, pero merced de los trucos ya conocidos - y a pesar de carecer, por ende, del famoso "efecto sorpresa"- y mucha muñeca del realizador, logró llegar hasta la línea final pasando apenas por algunos sobresaltos. Para esta tercera entrega, Wan anunció que no iba a estar tras las cámaras por lo que las expectativas no eran las mejores. 

Insidious: Chapter 3 está planteada como una precuela, algo que como decisión inicial es inteligente pues ya no había más conejos de la galera para sacar si la historia seguía caminando hacia adelanta. Años antes del famoso episodio que sufrió la familia Lambert, nos encontramos con Quinn (Stefanie Scott), una adolescente conflictuada por la reciente muerte de su madre tras una dura lucha contra el cáncer y su posterior agonía. Va en busca de Elise (Lin Shaye), que para ese entonces estaba retirada como medium tras el fallecimiento de su esposo. Lo que Quinn necesita es comunicarse con su madre, pues siente su presencia y está segura de que lo que ella intenta hacer es decirle algo muy importante. Elise se niega en un principio y le advierte que hay algo malo dando vueltas en el aire, que si uno le habla a un muerto todos los demás están escuchando atentamente. El cuadro de por sí es complicado para la protagonista: es al mismo tiempo ama de casa, madre de su pequeño hermano y una talentosa actriz que vive estudiando y está a punto de lograr entrar a la escuela de sus sueños. 


}Agobiada por las circunstancias, fracasa en su intento de ingresar al establecimiento y esa misma noche ve a alguien o algo que le hace un gesto desde un oscuro callejón. Va a su encuentro y es atropellada accidentalmente por un auto que pasaba a máxima velocidad. Tras un breve encuentro cara a cara con una entidad aterradora, despierta para enterarse que tiene las dos piernas quebradas. Comenzará su lenta recuperación en su casa, pero de a poco se dará cuenta que hay algo que la acecha en las sombras y que no se detendrá hasta consumirla por completo. 


Como pueden ver, no estamos ante nada que no hayamos visto antes en la saga. Pero la atmósfera está bien construida, basada esta vez en el contraste absoluto entre el día y la noche. El terror es progresivo, marca de agua del creador, y estalla con las clásicas variaciones bruscas en la banda sonora. Se insinúa mucho más de lo que se elige mostrar, por lo que los fanáticos del terror a la vieja usanza no tendrán demasiado de que quejarse en este departamento. 


Elise es la segunda protagonista y es bueno que así sea, pues hasta el momento era el personaje más interesante pero el que menos había sido explicado y desarrollado. El guión no es muy novedoso, todo se mueve al mismo ritmo que el de los dos filmes previos: hay un demonio que persigue lentamente a su víctima, utilizando sus tragedias, miserias y dolores para debilitarlo y así poder ocupar su cuerpo. 


Hay un buen uso de los primeros planos, con acercamientos que varían entre los lentos y los repentinos. Los silencios están muy bien utilizados, un recurso que James Wan logró reinsertar en el mainstream y que Leigh Whannell aprovecha muy bien aquí. Los homenajes a The Exorcist y The Shining (cuando no, el bendito pasillo) son demasiado forzados, lo cual los hace más bien simpáticos antes que cualquier otra cosa.


La dinámica de Insidious: Chapter 3 es muy buena, no da muchas vueltas alrededor del premio y va directo a sus obligaciones. Está construida alrededor de una estética y recursos ya conocidos, por lo que no gasta tiempo en presentarnos nuevamente lo mismo. Elise y sus dos particulares compinches aparecen por una razón: explicar cual fue la razón por la que tres individuos tan dispares terminaron juntos peleando contra el mal. Se atan varios cabos sueltos y se vuelve a foja cero, los misterios de la saga se terminan por el momento. 


Los efectos especiales son muy buenos y no hay un abuso de ellos. Lo único que falla en la película es su previsibilidad, y esto no es algo menor que pueda ser dejado de lado. Al no plantear nada nuevo, Insidious: Chapter 3, desperdicia actuaciones bastante buenas y una ejecución óptima tanto en la dirección como en la posterior edición. Whannell va a lo seguro y no se despega por un momento de las herramientas que James Wan tiene en su variada y conocida caja. Gana puntos al ser más explícita a la hora de mostrar el deterioro de la entidad maléfica y en proveernos de un rescate en el Más Allá mucho más entretenido y oscuro que los anteriores. El cierre es redondo, con la doble despedida de ocasión y Elise tomando un nuevo rumbo. Insidious: Chapter 3 es un filme que tranquilamente podrían no ver, salvo que sean grandes fanáticos de la serie/director o que busquen pasar el tiempo y llevarse algún que otro buen susto. Le alcanza con seguir el libreto técnico y el trabajo de Lin Shaye, pero la verdad es que después de sus 97 minutos de duración, lo que deja es sabor a poco. 



Puntaje: 5/10 

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