viernes, 22 de noviembre de 2013

The Iceman

Este año ya tuvimos por nuestras pantallas The Frozen Ground, un buen filme que nos contaba la historia de un oscuro y macabro asesino de mujeres en Alaska. No soy un gran fanático de este tipo de biopics porque - más allá de siempre tratar temas que me interesan mucho, como la mente y las motivaciones de los asesinos más terribles de la historia- tienden a repetirse en sus argumentos y en la manera de ser filmadas. La historia de Richard Kuklinski me era desconocida hasta que escuché hablar de The Iceman. Busqué sus datos en Internet y me encontré con uno de los más feroces asesinos a sangre fría que Estados Unidos supo conocer. Durante muchos años, esta persona trabajó como sicario para la mafia y cometió cientos de matanzas. Decidí darle una oportunidad a la película y si bien mantiene varias similitudes con el primer filme que mencioné, las actuaciones son mucho mejores y posee mucho más ritmo y acción que este.

Richard Kuklinski (el gran Michael Shannon) es un empleado de la mafia. Trabaja revelando películas porno para ellos y lleva una vida austera pero tranquila. Un día su jefe Roy Demeo (Ray Liotta) lo convoca a una reunión en la que le propone trabajar como asesino a sueldo para él. El negocio del porno no estaba pasando un buen momento e iba a ser dejado de lado por la mafia, entonces a Richard no le queda otra que aceptar. Al poco tiempo conoce a quien será su mujer y madre de sus dos hijas, Deborah Pellicotti (Winona Ryder) y mientras avanza su relación también lo hace su gusto por matar personas. Ejecuta las órdenes recibidas con una efectividad y frialdad absolutas, por lo que - y junto a su particular modo de deshacerse de los cadáveres- se gana el apodo que da nombre al filme. Todo el mundo comienza a hablar de él, pero nadie sabe realmente quien es. El dinero comienza a rebasar sus bolsillos y junto a su familia comienza a vivir una vida llena de comodidades en un barrio de lujo. Nadie más que él y sus jefes saben cual es su verdadera profesión, hasta que las vidas que venía llevando en paralelo comienzan a tocarse peligrosamente. Tras un problema con otro grupo local, Demeo deja sin trabajo a Kuklinski. En su desesperación por no poder seguir matando personas y sostener el nivel de vida que lleva adelante, se asocia con Robert "Mr.Freezy" Pronge (Chris Evans) para continuar trabajando de manera encubierta. Lo cabos comienzan a quedar sueltos y el cerco se va cerrando sobre Richard que ve como, gracias a la paranoia que lo consume, el balance entre su vida criminal y su vida personal es destruido por completo.


La elección del personaje es interesante. Es bueno remarcar que no estamos ante la historia de un psicópata - como se insinúa en todas las publicidades y comentarios- sino la de un mercenario. Kuklinski era un hombre común, el típico average joe, que un día descubrió que tenía mucho talento para matar. Además, era una actividad que le reportaba un muy buen ingreso. El tema del gusto por asesinar no tiene que ver con el placer o la diversión que el siente sino con el hecho de que los sentimientos son algo ajeno para él. A excepción de su familia, todas las demás vidas son desechables. No hay moral ni ética en alguien que es un burócrata perfecto: un hombre gris que ejecuta sus tareas sin cuestionarlas y sin conocer claramente el por qué de sus asesinatos - más allá de cobrar una deuda, por ejemplo-. Michael Shannon vuelve a probar que los villanos son lo suyo y se despacha con un Kuklinski perfecto. Su cara de sufrimiento y la pasión que le imprime a sus performances logran llenar la pantalla. Winona Ryder se lleva todos los aplausos con su composición de una esposa que ama a su marido y que no tiene la más remota idea de que es lo que sostiene su vida de ensueño. Ray Liotta, y ya lo he dicho varias veces, repite el mismo rol de siempre (o policía corrupto o jefe de la mafia) y por ende aburre mucho. Chris Evans no está mal, pero su elección para interpretar a Pronge es una de esas que te deja pensando si verdaderamente fue o no la decisión correcta.

La atmósfera es muy oscura y nos remite a la Alaska de The Frozen Ground. La luz está ausente en casi todo momento y cuando es de día, las nubes grises cubren el cielo. Ariel Vromen, en su primer filme grande, no decepciona y realiza un trabajo correcto - pero no osado- con buenos enfoques y una historia bien contada. The Iceman mezcla muy bien el drama autobiográfico con el thriller criminal y consigue salir bastante bien parada con algunas escenas que son memorables. La recomiendo para pasar el rato, pero no la miren un día gris o lluvioso porque los va a deprimir mucho.


Puntaje: 6.5/10

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