sábado, 31 de mayo de 2014

Kill Your Darlings

La Generación Beat fue un grupo de talentosos escritores que cambió una época introduciendo una concepción diferente de la realidad. Creo que estudiarla es una de las cosas más apasionantes que se pueden hacer, pues su relevancia social es demasiado importante como para dejarla de lado. Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William S. Burroughs fueron sus tres grandes exponentes y además tres escritores brillantes que dejaron una huella imposible de borrar en el campo literario. Kill Your Darlings es la opera prima de John Krokidas y su guión es una adaptación de "And The Hippos Were Boiled In Their Tanks", un gran libro escrito por Kerouac y Burroughs a dos manos que además recomiendo fervorosamente. El filme además de servir como una introducción a la Generación Beat, también nos muestra a estos talentos en el momento en el que se conocieron y dieron los primeros pasos que los llevarían a conformar un movimiento que hasta el día de hoy genera innumerables debates y controversias.

Un joven Allen Ginsberg (Daniel Radcliffe), hijo de un reconocido poeta, aplica para ingresar a Columbia y lo logra. En un primer momento, el enamoramiento va a ser absoluto. Pero no pasará mucho tiempo hasta que comience a sentirse incómodo con la rigidez académica - es decir, pacatería y esnobismo en estado puro- de un establecimiento que, con su tradición y valores anticuados, parece estancado en el tiempo. El ingreso de Lucien Carr (Dane DeHaan) leyendo a un prohibidísimo Henry Miller parado sobre la mesa de la biblioteca mientras Ginsberg y otros ingresantes reciben el tour por la universidad, logra sorprender de manera positiva al novel estudiante. El acercamiento se hará efectivo al poco tiempo y Ginsberg descubrirá en Carr a un muchacho brillante y libertino que lo inicia en la buena literatura y en los vicios más profundos que se puedan conocer. Desde un primer momento, la química entre ambos es muy extraña y contiene grandes dósis de tensión sexual e intelectual. Los demás personajes irán ingresando en la historia a medida que la relación entre los dos aumente en intensidad y supere todo tipo de límites. Mientras se prefigura el escenario donde explotará el Movimiento Beat, un conflicto amoroso hace que Ginsberg, Burroughs y Kerouac se vean involucrados en una situación que podría arruinarlos para siempre.


Lo que se ve en Kill Your Darlings es el embrión de la Generación Beat. Todavía no son nada que se le parezca y no hay un movimiento que responda a ese nombre pero de a poco el clima social comienza a cambiar tras las Segunda Guerra Mundial. La Nueva York "Beat" era ya casi una realidad para ese entonces. Los tres protagonistas centrales se retroalimentan y en esto se encuentran las bases de lo que fundaron casi sin imaginárselo o proponérselo. Cada uno fue una influencia personal e intelectual para el otro, fueron de gran ayuda para el desarrollo mútuo de sus talentos. Antes de ser "Beats", ellos planteaban un sentido común muy distinto al vigente durante 1950/60: estaban en contra del academicismo y las tradiciones, y para lograr superar este esquema buscaban incesantemente una nueva visión de la sociedad y del mundo mismo. Un sistema en el que la libertad fuese el eje central y donde las pesadas cadenas del pasado desapareciesen para no regresar. 


El centro de la trama está en la turbulenta y apasionada relación entre Lucien Carr y Allen Ginsberg. La pasión, el amor y el dolor confluyen de una manera intensa a medida que ambos se van conociendo. Carr era muy distinto a Ginsberg, poseía una personalidad explosiva e instintiva, lo racional siempre quedaba a un lado cuando se trataba de sus cuestiones personales. Obviamente que esto lo hacia una persona muy complicada no ya para sostener una relación - cualquiera que esta fuere- sino para siquiera tratar. Pero más allá de sus trastornos y obsesiones, Carr fue "la plasticola que unió a Kerouac, Burroughs y Ginsberg", como bien dijo el mismo poeta varios años más tarde mientras el Movimiento Beat se encontraba en su momento de mayor efervescencia.


El juego pasional sin ningún tipo de ataduras, prejuicios ni límites entre los cuatro personajes, que incluye una fuerte experimentación sexual y con todo tipo de drogas, derivará en una tragedia de la que no podrán escapar tan fácilmente. El "Círculo Beat" apenas si pudo salir unido de ese episodio que en ese momento estuvo muy cerca de dinamitar los cimientos de algo que recién estaba comenzando.


Hasta aquí con la trama. Ahora vayamos a las actuaciones, que en su mayoría son impecables y llevan adelante a la película con rítmo y pasión. Dane DeHaan sigue demostrándo que es un actor muy versátil y talentoso. Tiene mucho presente y no les cuento lo que tiene con miras al futuro. Aquí logra que Lucien Carr resucite y aparezca frente al espectador en la pantalla. Carr era un muchacho brillante y atormentado que tenía una relación bastante tortuosa con un profesor suyo que se tornó en obsesión y persecución de parte de este. Todos sus temores e inseguridades yacían detrás de su fachada repleta de confianza en sí mismo y es en este punto en el que DeHaan brilla ya que desde la mirada solamente logra transmitir todos los fantasmas que su personaje tiene. Michael C. Hall interpreta de manera óptima al profesor que atormentó a Carr durante toda su adolescencia y logra dar en la tecla con la enfermiza obsesión de alguien dispuesto a perder todo con tal de perseguir a su objeto pasional. Un buen paso tras el éxito de Dexter. Daniel Radcliffe no parece poder salirse de la maldición de Harry Potter más allá de ser un muy buen actor sin duda alguna. De a ratos convence como Ginsberg pero va a tener que dar algunos pasos más allá de escenas con drogas y desnudos para consolidarse. A su favor debo decir que sabe jugar con la ambiguedad sexual de su personaje y que como narrador posee una voz amena y por ello es muy eficiente. Ben Foster redondea un gran trabajo con Burroughs y es el que menos aparece en escena de los tres grandes del Beat. Aun así, cada escena le da más que tiempo suficiente para mostrar toda la oscuridad y el libertinaje que se harían marca registrada de este fenomenal autor. Un dato aparte, una pequeña nota de color: David Cross interpreta al papá de Allen Ginsberg en el filme y él mismo también se puso en la piel del poeta en la película Don't Look Back - en el fragmento del Dylan de los 60'- y a decir verdad el parecido entre ambos es realmente particular.


Como ya dijimos, Kill Your Darlings es un muy buen retrato de la Generación Beat en estado embrionário. De todas las historias que ese movimiento nos ha dado, esta sin lugar a dudas es una de las más poderosas e intensas. Si bien la película tiene sus baches en la trama y su figura central no es la que más sobresale dentro de un gran elenco, respeta los hechos tal como se los conoce y puede ser vista como la "cocina" del libro de Kerouac y Burroughs mencionado al comienzo de la crítica. Quienes gusten de esta época se van a encontrar con una fiel recreación de los años 50'/60' - tanto desde la imagen como desde la época en sí misma- y quienes sean apasionados por el Movimiento Beat encontrarán en el filme una novedad para agregar a la lista de datos. Y si les gustan las dos cosas por igual, les aseguro que no terminarán en absoluto insatisfechos.


Puntaje: 7/10
    

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