Clouds Of Sils Maria es uno de los grandes filmes del año tanto por su guión, su calidad en cuanto a la filmación y las magistrales interpretaciones a cargo de Kristen Stewart y Juliette Binoche. Sin ir más lejos, compitió por la Palma de Oro en Cannes - que ciertamente mereció, pero no logró obtener de manera injusta debido a lo aburguesado que está ese festival- y le dio un premio César a Kristen Stewart como Mejor Actriz Secundaria, entre varios otros premios y nominaciones de gran importancia que recibió la actriz norteamericana por su labor. Claro que el jurado de los Premios Oscar no perdió su tiempo y decidió ignorar por completo a este filme, dándole a quienes no lo vieron aún una razón muy poderosa para hacerlo.
Valentine (Kristen Stewart) es la atareada asistente de una súper estrella de cine llamada María Enders (Juliette Binoche). Ambas se encuentran al inicio del filme en un tren que se dirige a la región de Sils María, un pequeño pueblo que se encuentra en el medio de los Alpes. Hay dos motivos para este viaje: el primero es un premio que María debe recibir allí, que también servirá para homenajear a un amigo de toda la vida y, segundo, para ensayar de cara a un nuevo proyecto que viene rechazando amablemente aunque con la intención clara de participar en él.
A pocas horas de llegar a Sils María, se entera de que su gran amigo - el homenajeado- acaba de fallecer luego de una lucha contra una enfermedad muy complicada. Llega al lugar y se contacta con familiares y amigos para expresar sus condolencias y compartir el profundo dolor que siente. Mientras tanto, una vez más le llega la propuesta a la que se viene negando, algo que tiene una razón profunda: la película es una remake del filme que la lanzó al estrellato hace veinte años, donde María interpretaba a una joven seductora y hermosa que entabla una relación amorosa con su jefa y luego la termina llevando al suicidio tras enamorarla, tenerla rendida a sus pies y dejarla tirada como si nada hubiese pasado.
El gran problema es que el rol en el que debe ponerse ahora es justamente el de la jefa caída en desgracia, algo que tiene sentido por el paso del tiempo y que al espectador lo retrotrae a Sleuth (1972/2007) adaptación de una obra de teatro homónima donde Michael Caine interpretó al joven amante en la primera versión y treinta y cinco años más tarde al esposo que entabla el duelo a muerte con el italiano que se acuesta con su mujer. Tras reflexionar con Valentine durante largas noches, María decide aceptar el papel y se comienza a preparar para el gran desafío de su exitosa carrera. Si bien la intimida el tener que conocer a la joven y rebelde estrella Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz) - que le recuerda mucho a ella misma cuando tenía esa edad- que será su compañera de trabajo, logra tranquilizarse y encarar el proyecto más que nada por el apoyo de su asistente.
Pero a la espera de que los ensayos formales comiencen, y con la sombra de Jo-Ann cerniéndose sobre ella, los miedos e inseguridades de María salen a la superficie. Esto genera varios choques frontales con Valentine, que es su sostén pero que también tiene opiniones propias que no necesariamente van de la mano con sus métodos y pensamientos. Poco a poco, María comienza a desarrollar una obsesión con su nueva co-protagonista, que combina admiración por temor a que la opaque y entierre su carrera a poco de terminarla. Además, todo lo que su nuevo personaje engloba es justamente aquello de lo que viene huyendo hace mucho tiempo: la vejez, la falta de carácter, la nula rebeldía, la poca autoridad, la carencia de control y de poder sobre su propia vida. Es decir, todo lo que ella jamás fue ni quiso ser, peligrosamente puesto como un espejo enfrente suyo.
Todos los pensamientos que posee acerca de la obra y de Jo-Ann están llenos de ira y angustia. Lo conflictivo es que los refleja en Valentine, algo que complica una excelente relación personal - y siempre al límite, bastante ambigua, bien jugada en ese sentido- llevando a los momentos de tensión ya mencionados durante los ensayos que se empiezan a parecer más y más a lo relatado en la ficción. Ambas mujeres se frustran por completo, llegando a un punto de cuasi no retorno, justo a días de que el encuentro entre María y Jo-Ann se realice.
Clouds Of Sils María es un filme clásico francés, con todos los ajustes que se le han venido haciendo a lo largo del tiempo. Todas las escenas poseen una duración similar y para separarlas se utiliza un recurso típico de este cine, que es el corte con un fade out a negro mientras la voz de uno de los personajes continúa aún cuando la pantalla queda completamente oscura. El ritmo es más bien lento, pero no cansino, pues hay que recordar que estamos frente a un exponente del cine de su país como Olivier Assayas por lo que como espectadores nos encontraremos con diálogos profundos y planos que cambian con la velocidad justa. Ni que hablar de lo magistrales que son las secuencias donde se ve solamente a los Alpes, de una belleza notable no solamente por el paisaje sino por la forma de registrar esos momentos con música de cámara como fondo, todos esenciales para la trama.
El guión es excelente, una clase práctica acerca de como interpretar a un personaje, de como poder realmente tomar su forma por completo. Todos los conflictos que se desatan dentro de un actor antes de realizar un trabajo quedan expuestos, sobre todo cuando se trata de un papel estresante y comprometedor como es el caso que María tiene en sus manos. También ahonda en ese momento de la carrera de una gran estrella en el que en realidad lo único que quiere es descansar, más allá de que a veces la presión de los medios, los representantes y el propio ego no se los permite. La historia se va desarrollando de una manera inteligente y posee un MacGuffin notable que permite que los momentos tal vez más lentos mantengan una leve y calculada tensión en el espectador. En lugar de Esperando a Godot, bien podríamos decir Esperando a Jo-Ann Ellis, algo que demuestra la pericia de Assayas a la hora de escribir el guión.
Las actuaciones son simplemente maravillosas, sobre todo la de Kristen Stewart, que en la piel de Valentine lleva a cabo una tarea impresionante con mucha expresividad - siempre se dice lo contrario, lo cual considero una locura- y una presencia implacable. Un duelo con constantes momentos de tensión y distensión entre ella y Juliette Binoche, compartiendo gran parte de las escenas de Clouds Of Sils Maria y mostrando un respeto y admiración mutuas notables. Los dos papeles son muy profundos y tienen varias capas, están llenos de angustia, matizados con sonrisas y buenos momentos, la contracara del rol interpretado por una eficiente y talentosa Chloë Grace Moretz cuya rol de una actriz rebelde es igual de complejo pero un poco más llevadero. Aún así, los tres personajes logran cristalizar lo difícil que es el mundo de los actores y actrices, mostrando que sus vidas detrás de cámara no son tan simples y felices como todo el mundo quiere imaginar.
Puntaje: 9/10